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El fin de semana había sido un nuevo descubrimiento para Danielle. Ahora que podía desahogarse con sus amigas, descubrió que estar clandestinamente enamorada de Haerin no era tan malo.

Bueno, era una mierda, pero ella no podía evitar sonreír al pronunciar su nombre y sus amigas a sentir náuseas, cada vez que lo hacía. Por amigas hablamos de Hanni y Hyein. Chaewon vivía la vida feliz y tranquila.

El lunes todo iba bien. Estaba con sus amigas caminando directamente a su casillero, pero cuando intentó abrirlo, este no le dejaba.

-Intenta otra vez - Le dijo Hyein y Danielle volvió a introducir la combinación, pero no quería abrir.

Estaba segura de que era el suyo, lo había sido durante dos años. Le dio unos cuantos golpes a la puerta y esta no parecía querer ceder, ya iba a ser la primera clase y su tarea de inglés ¡JUSTO LA DE INGLÉS! estaba en el casillero. Al final tuvo que desistir y fue hasta la clase, el profesor le restó puntos y ni se tomó el tiempo de escuchar la excusa de Danielle.

Ella apretó los dientes, el día no podía empeorar. Milagrosamente ninguna de las chicas plásticas la habían molestado, aún. Esperaba que lo hicieran, ya que quería ver a Haerin. Después de las primeras clases, al tomar su mochila las dos cuerdas se rompieron, y le quedó colgando de la espalda.

-¿Pero qué? - Comenzó, observó como Yeonjun y Taehyun chocaban los cinco disimuladamente antes de irse del salón.

Miró las correas y era obvio que alguien las había cortado, así que tuvo que llevar su mochila con las manos.

-Creo que lo del casillero fueron ellos - Murmuró Hanni, un poco enfadada también.

Ya le habían informado al conserje y este había logrado abrir el casillero. Alguien manipuló la cerradura para cambiar la combinación de apertura, así que Danielle tuvo que buscar otro. Llevó los libros junto con sus amigas a un nuevo casillero. Lo abrió, introduciendo la nueva contraseña, mientras a lo lejos se contemplaba como Yeonjun se carcajeaba.

-Mierda - Sus amigas la habían ayudado a traer todos los libros y sus cosas, pero ya que tenían clases diferentes tuvieron que retirarse, disculpándose con la rubia.

Danielle fue guardando cada libro, no podía creer que tuviera tantos. Fue casi una sorpresa cuando escuchó el ruido de unos pasos acercándose y al levantar el rostro se encontró con Haerin. Ella vestía una blusa y una falda, al igual que siempre y se había detenido, observando con asombro a la rubia.

Danielle no retuvo la sonrisa que se le formó en los labios, mirándola con una cara boba. Haerin, después de durar un rato sin decir nada y mirar a Danielle con la boca entreabierta, se sonrojó y carraspeó secamente.

-¿Qué haces aquí?

Danielle frunció el ceño hacia el chico que las observaba con cautela, parecía estar vigilandola.

-Tú querido novio me saboteó el casillero, así que me mudaron a este - Dijo encogiéndose de hombros, sentía muchas mariposas en el estómago.

-Eso suena a algo que haría yo - Dijo Haerin arrugando la nariz, y Danielle no pudo evitar mirarla con felicidad.

Era muy hermosa, debería ser un delito ser tan adorable y sexy al mismo tiempo. Si dependiera de ella, Haerin ya estaría tras las rejas por el crimen desde hace años.

Haerin, ante el silencio de Danielle y sus ojos cafés escrutando, volvió a sonrojarse e intentó abrir la puerta del casillero contiguo a Danielle, ignorándola. Sus dedos fallaban y tenía que comenzar desde el principio mientras que Danielle la contemplaba, estaba feliz ya que eran vecinas. Levantó la vista y observó con burla a Yeonjun, que abría los ojos dándose cuenta del error que había cometido. Danielle se río de su expresión y Haerin volteó a verla, con los ojos asesinos.

RIVALES | DAERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora