Epílogo

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Danielle estaba abriendo la puerta levemente, evitando emitir cualquier ruido, no queriendo despertar a la durmiente, aún. Su esposa le había ordenado despertar a la niña, sus suegros se encontraban en un crucero por el mediterráneo y las dos adultas estaban encargadas de cuidar a la adolescente, hace dos semanas desde que llegaron a la casa. Despertar a la chica de dieciséis años ya formaba parte de la rutina, ya que Danielle era la única capaz de interrumpir el sueño de la chica sin terminar lastimada. Si su esposa intentaba despertar a su hermana menor normalmente terminaba golpeada por una almohada o recibía quejidos negativos de la niña, por esa razón Danielle era la encargada de levantarla todas las mañanas.

-Eh, despierta, bella durmiente - Comenzó diciendo la rubia, sentándose en el borde de la cama y sacudiendo levemente sus piernas.

-Mmm - Fue lo único que recibió como respuesta.

Danielle inspeccionó el cuarto de la chica, aún sin levantarse de la cama, algunas revistas y la ropa regada por el suelo. El ordenador estaba encendido y mostraba la aplicación de iTunes abierta, parecía que alguien se quedó hasta tarde escuchando canciones de The 1975. Danielle sonrió, era en parte su culpa que la adolescente tuviera una obsesión con esa banda ya que desde pequeña la rubia le regalaba discos de sus artistas favoritos para su cumpleaños.

-Vamos, Yejin, tienes que despertar.

Danielle insistió una vez más, lanzándose juguetonamente sobre el ahora gigantesco cuerpo de Yeji bajo las mantas.

Yeji volvió a gruñir, acurrucándose más en la cama e intentando apartar a su adulta favorita de encima, aún no entendía como su hermana soportaba ser despertada por Danielle todos los días. Era muy entusiasta y lo peor era que le daba resultados, siempre las dos hermanas Kang terminaban obedeciendo a Marsh.

-No, Dani, vete - Dijo, jadeando por falta de aire cuando Danielle volvió a lanzarse aplastando su estómago - ¡Agh!

-Si no quieres otro ataque sorpresa, levántate - La amenaza iba en serio y Yeji lo sabía.

Aún así, se resistió, ayer había durado hasta tarde escuchando música y mirando por la ventana, ella quería dormir al menos unas... Doce horas más, sí, aquello se escuchaba de maravilla.

-Déjame.

-Pero ya es de mañana, tienes que ir al Instituto - Le intentó quitar la almohada de la cabeza forcejeando durante un rato.

Ahora, por culpa de la rubia, la castaña estaba más despierta de lo que quería estar, ella gruñó nuevamente. Se resignaba a moverse de la cama, eso hasta que algo de lo que dijo Danielle le llegó con claridad a la cabeza; "Instituto". De un salto se incorporó de la cama, logrando hacer caer a Danielle de culo al suelo. Yeji se rio un poco, su cuñada podría tener veintisiete años, pero a veces era casi tan infantil como ella.

Ni hablemos de su hermana, Haerin aún saltaba por los regalos el día de navidad.

-¡Tengo que cambiarme, se me hace tarde! - La menor de los Kang pegó un salto corriendo al cuarto de baño, parecía entre emocionada y feliz.

-Pero ¿ahora por qué tanto entusiasmo? - Danielle rascaba su cabeza formando una mueca ya que le dolía el trasero ¿por que los pisos de madera debían ser tan jodidamente duros? ¿Cuál era la necesidad?

Yeji volvió a salir de baño, quitándose el pijama y cambiándose a trompicones por unos shorts y un jersey, Danielle alzó la ceja, observando el apuro de la chica.

-Descuida, Yejin, aún faltan veinticinco minutos. Puedes llegar - Aún así, Yeji la miró, sacándole la lengua y con los ojos brillantes, cepillando su cabello.

RIVALES | DAERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora