Extra #6

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Haerin estaba muy alegre, más de lo que recordaba haber estado alguna vez. ¿Cómo no? Hace unos dos días, la noche del baile de invierno, fue el momento más emocionante y hermoso de su vida. Pasaron muchas cosas, ella terminó bebiendo, comiendo alegremente y felicitando a Minji y a Hanni por ganar como reinas del baile.

Aunque el acontecimiento principal de aquella noche, fue la declaración más tierna y hermosa que le había dado Marsh Danielle, su Danielle. Bailaron juntas muchas veces, mirándose a los ojos con dulzura e ignorando las miradas curiosas de los otros compañeros. Sobra decir que también se dieron varios besos, Haerin amaba los suaves labios de la rubia.

Y no, no fue un sueño. Esa noche, después de que Danielle la despidiera tímidamente frente a su casa, ella se lanzó un balde de agua fría para asegurarse de no estar dormida. En realidad, fueron dos baldes, para verificar. Una nunca sabe. Al día siguiente no lograron verse, para la desgracia de las dos chicas. Haerin tuvo que asistir a una reunión familiar y estuvo todo el día de muy mal humor.

Kyujin alzaba una ceja, riéndose un poco. Haerin evitaba mirarle a los ojos, como su hermana llegara a enterarse de lo sucedido con Danielle, en cuestión de segundos toda la familia lo sabría.

Y lo que menos necesitaba era que sus padres se enteraran sorpresivamente, Jennie seguro estaría montando una fiesta de celebración, pero a Johnny no le agradaría la idea. Prefería decirles por su propia boca, cuando se sintiera preparada, o cuando Danielle se dignara a tener ovarios y fuera a la casa a hablar con sus padres.

El domingo fue lo mismo, Danielle no podía dejar solos a sus padres, ya que querían almorzar juntos. Lo único positivo fueron los mensajes de texto que intercambiaron. Haerin sonrió al recibir el primero, preguntándose donde había encontrado su número la rubia. Sospechaba de cierta castaña.

Nah, fue Kyujin.

Y aquí estaban, un lunes, en el Instituto. Ya a estas alturas, todos debían saber que entre Kang Haerin y Marsh Danielle había algo. No eran amigas, aún no, eran mucho más.

Haerin estaba sentada en una de las mesas del patio, mirando hacia el aparcamiento, esperando a cierta chica de ojos marrones y sonrisa angelical.

-Estoy frustrada - Fue el comentario inútil que hizo la chica pelinegra.

-¿Por qué? - Minji estiró los brazos, ella también esperaba a Hanni.

-Hace dos días que me he besado con Danielle y le dije que la amaba, no la he visto desde entonces - Su tono fue sarcástico, se cruzó de brazos, mientras movía la pierna - ¿Qué se supone que somos ahora?

-¿Rivales con ciertas actitudes cariñosas? - La castaña tentaba a la suerte con su chiste, vio los ojos chocolate asesinarla y alzó las manos - No me mates, era broma. ¿No querrás dejar a Hanni soltera, verdad?

-Le haría un favor - Rodó los ojos.

-Pff, claro - Chistó con gracia, echándose el cabello hacia atrás - Ya quisiera ella encontrarse otra novia como yo.

-No le deseo tanto mal, Minji. Espero que no existan dos como tú, con una me basta - Haerin movió las manos, esperando que la castaña se picara.

-¡Oye! Que tú no eres miss simpatía - Le dio un golpe en el brazo, la pelinegra sonrió - Soy increíble y estoy segura de que Hanni piensa igual.

Una voz tras ellas respondió, divertida.

-Tienes razón, Minji - Hanni sonreía con dulzura a su novia, la sonrisa resplandeciente de la castaña se mostró en sus labios - Eres maravillosa - Se sonrojó.

-Aww, gracias, Hanni hermosa - Minji le hizo ojitos.

Minji se lanzó a abrazarla, dándole besos en las mejillas y finalizando con un beso en los labios, Hanni reía como idiota, aún ruborizada. Haerin rodó los ojos, tanto amor por las mañanas le hacía sentir diabetes nivel III. Si es que existía. De todas formas, eran empalagosas.

RIVALES | DAERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora