KhaotungEl sonido de mis zapatos rebotando contra el asfalto cesó al frenar en seco. Lo lógico habría sido respirar hondo, enderezar la espalda y continuar hasta Príncipe Pío, donde habría aguardado rodeado de borrachos en la parada a que asomase el bus que me llevaría de vuelta a Villaviciosa de Odón. Pero no lo hice. Esa noche no actuaba como Khaotung. Esa noche no era yo. A cada paso que daba me rompía, y eso dolía, vaya si lo hacía. Apreté los puños a ambos lados de mi cuerpo molesto por mi actitud. Solo había una cosa que odiaba más que sentirme frágil y vulnerable: compadecerme, y era exactamente lo que estaba haciendo. Inspiré profundamente y espiré.
Force me había hecho daño, de eso no había ninguna duda. Además, era una herida interna, en mi propia autoestima, de las que más lastiman. Podía llegar a casa, encerrarme en mi habitación y seguir llorando como un bebé hasta que amaneciera o hacer algo totalmente impropio en mí. Me arregle el pelo hacia atrás y desenfundé el móvil. Tenía veintitrés llamadas perdidas de mi ex. Supuse que ya había leído la nota que amablemente le había dejado reposando en mi lado de la almohada y que decía: «Eres un impresentable.» Sonreí al imaginarlo desesperado buscándome, y acto seguido me pregunté por qué iba a estarlo, por qué tanto esfuerzo durante meses fingiendo quererme para estar conmigo si por sus palabras quedaba claro que no le gustaba. Era incomprensible.
Era... Mis divagaciones se vieron interrumpidas por un pinchazo que me aguijoneaba el bazo, aparté los pensamientos y proseguí con mi plan. Solo había una persona de mi agenda que con total seguridad estaba despierta a esas horas. Bendita casualidad que se tratase del único que vendría quemando ruedas al fin del mundo si se lo pedía, mi mejor amigo y mi alma gemela desde el instituto: Mix. Lo llamé. -¿Khaotung? -vaciló.
-Hola.
-¿A estas horas no te dabas el baño de formol para mantener tu belleza intacta? ¿Qué te pasa?
-Necesito verte.
-¿Ahora?
-Lo que tardes en vestirte.
-Son más de las tres y tú nunca te vas a dormir después de las dos.
-Es importante.
-Eso espero -concedió-. Estoy en plena batalla con las hadas y las muy hijas de puta ganan terreno. -Mix era un friki de los videojuegos, tanto que siempre afirmaba que tenía dos vidas, la real (con ojitos de corderillo degollado) y la ficticia (dando saltitos entusiasmado).
-Force y yo hemos roto.
-¿Te ha dejado él?
-Creo que yo.
-¿Crees?
-Le he dejado una nota llamándolo «impresentable», espero que capte la indirecta.
-Ay, nene, estas cosas se avisan. Se me acaban de poner los pelillos como escarpias. Qué orgulloso estoy de ti.
-¿Force no te gustaba?
-Era demasiado perfecto... y tú te mereces alguien alucinante. -Se hizo un silencio cómodo, confortable, caliente-. Doy las órdenes precisas a mi clan para exterminar a las jodidas hadas de la faz de la Tierra y voy. Manda ubicación.
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La Noche que Paramos el Mundo
FanfictionKhaotung tenía la vida ordenada y segura que creía desear. Hasta que aquella noche que tenía que ser perfecta cayó el telón y todo voló por los aires. First vivía el presente. Despreocupado. Sin futuro. Con sus propias normas. Hasta que el solista d...