En los años antiguos, los Omegas eran considerados como un rango en "Peligro de extinción".Por lo que para un alfa conseguir uno era cuestión de buena suerte al ser esclavos del Rey.
Para Sunghoon, un fugitivo del Reyno, le fue fácil robar un Omega...
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HeeSeung se encontraba al lado de SungHoon, ambos estaban alejados de la cama donde SunWoo descansaba después de su desmayo hace unas horas, Yuna se encontraba al lado del chico, sus dedos se movían desprendiendo algún tipo de niebla que era alejada por el cuerpo inconciente y los ojos de la hechicera descansaban como si ella también estuviera en un sueño, buscando al pobre chico que ahora parecía un cadáver sin vida.
La piel de SunWoo estaba pálida, con un toque azul muy tuene, sus labios se encontraban agrietados e incoloros, acompañados por un retrato que lo hacía ver sin vida, era la misma imagen que HeeSeung vio el día que abrieron la caja donde trasladaron el cadáver de su hermano, tembló al solo pensar en ello y sintió rápidamente un semblante familiar cerca del cuerpo agrietado de SunWoo, era extraño, vivido, completamente el recuerdo encarnado que no abandonaba la cabeza de Seung.
-Ya ha tardado mucho -dijo JungWon que estaba cerca de ellos, abrazado por su esposo que fruncía el ceño profundamente- creo que esto no es nada bueno, ¿Qué paso exactamente en esa habitación HeeSeung?.
El mencionado tembló.
-No lo se... -jadeo, apretando sus labios unos segundos- no se que paso... simplemente, el cayó ante su retrato.
El emperador, tanto como SungHoon y Soobin parecieron ver en la expresión de su rostro rosado el hecho de la mentira, sin embargo ninguno dijo nada, quizás era algo que solo debía guardarse el, un secreto que solo quedaría en la memoria de Seung si SunWoo jamás despertaba.
Justo en ese momento, Yuna abrió los ojos, deteniendo el movimiento de sus dedos para girarse a mirar a JungWon.
-Dime que pasa.
Ordenó suavemente el Emperador.
Yuna relamio sus labios y miro una última vez el rostro incoloro de SunWoo, sus mejillas estaban decorando sobre su piel incoherentes manchas moradas, lo que les hizo fruncir el ceño, ¿Qué era lo que pasaba?, ¿Por qué SunWoo estaba en algo tan extraño?, no sabían de que se trataba pero sin dudas había una sensación que no era nada amigable rodeando esa habitación.
-No es algo que yo pueda manejar, usted tiene que hacerlo -dijo seriamente la hechicera, haciendo que la pareja contraria se sintiera incómoda e incrédula- creo que quizás el poder Imperial pueda traerlo de vuelta un poco más estable, el parece estar en una guerra contra si mismo y alguien más, es confuso, no se que pase exactamente, Emperador...necesita utilizar su poder.
JungWon palidecio al escucharla, meditando un poco mejor sobre lo que había hecho y que estaba pasando después de esa decisión nefasta y egoísta que tomo, sus ojos no se despegaron de la mirada filosa de Yuna y lentamente su mirada se oscureció, claramente su leve miedo paso a ser coraje hacia todos.
-Eres la mejor hechicera del Imperio, debe haber algo que puedas hacer, encuentra la respuesta con tu magia.