XXVI

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HeeSeung se recargo en el umbral de la gran cama, con la cabeza abajo mientras su cachorro lloraba frente a el, en brazos de Yuna que por alguna extraña razón siempre estaba al tanto de todo movimiento de Yujin

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HeeSeung se recargo en el umbral de la gran cama, con la cabeza abajo mientras su cachorro lloraba frente a el, en brazos de Yuna que por alguna extraña razón siempre estaba al tanto de todo movimiento de Yujin. Para el Omega era raro que una hechicera tan poderosa como la mujer le hubiera prometido cuidar de Yujin toda su vida hasta morir junto a el, en lugar de pasar siglos cuidando la magia de la humanidad que la utilizaba erróneamente.

Había pasado exactamente un mes desde que SungHoon desaparecio aquel día. Un mes...treinta amaneceres idénticos al que hubo cuando su Alfa se perdió entre los rayos del sol.

La manada Dark Moon estaba desesperada por qué sus líderes regresarán, pero HeeSeung no tenía el valor para volver y decirles que SungHoon había desaparecido, que ahora cualquiera de dos Omegas, ya fuera el, o su hijo, los iba a liderar por su cuenta desde ese día y que SungHoon...aquel Alfa que los guiaba tan adecuadamente solo iba a ser un alma que no debían olvidar.

Cuando Sunoo dijo que SungHoon podría haber muerto HeeSeung cayó en tristeza, lloro fuertemente durante las noches, no comía, no alimentaba a su cachorro, tampoco hablaba o se levantaba de la cama. Su rutina se basó en dormir y llorar, no había nada más que pudiera interesarle hacer antes de morir con el corazón roto.

Nisiquiera era capaz de mirar a Yujin, cada que miraba a su hijo recordaba a SungHoon sosteniendo su pequeño cuerpo en sus brazos por última vez la noche en la cual Jungwon lo llevo a su muerte, antes de cortar todo contacto con ellos. Recordaba las risas de su familia al estar junta, recordaba tantas cosas que deseaba volver a tener en ese presente, en ese futuro, en sus suspiros y latidos.

—Debe alimentar al cachorro Yujin, Omega HeeSeung, si no lo hace el pequeño podría morir. —exclamo Yuna, más que preocupada por el cachorro—

El rostro pálido e cansado de HeeSeung no cambio.

—Entonces es mejor así... —murmuro, la mujer abrió la boca impactada— Mi hijo y yo lo único que deseamos es reencontrarnos con SungHoon...si sigo así...pronto estaremos los tres juntos una vez más...

—Si vuelves a decir algo semejante te arrancaré la lengua, HeeSeung.

El Omega sintió la rabia crecer en su interior al escuchar esa grave voz otra vez, cada mañana todos los días el Rey iba a visitarlos a su habitación, con un plato de comida en manos que HeeSeung nunca tocaría. No quería nada de ese hombre, Sunoo...había permitido que SungHoon muriera, si tan solo no lo hubiera olvidado a venir a la coronación, o no le hubiera permitido hablar con el Emperador su Alfa seguiría a su lado.

Sunoo camino hacia la cama, dejando el plato en una mesita de noche mientras le hacía una seña a Yuna.

—Puedes retirarte, deja a Yujin en su cuna.

BEHIND YOU (Sunghee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora