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El miedo y pánico albergo el palacio en segúndos después de que los guardias perdieran cualquier rastro posible de aquel Alfa, los días pasaron, la búsqueda se expandia y el pueblo llegó a temer sobre el regreso del Rey

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El miedo y pánico albergo el palacio en segúndos después de que los guardias perdieran cualquier rastro posible de aquel Alfa, los días pasaron, la búsqueda se expandia y el pueblo llegó a temer sobre el regreso del Rey.

Las posibilidades, los deseos de encontrar a Lee HeeSeung antes del regreso del Rey se esfumaron aquella mañana, cuando el sol bronceaba la piel del rostro de los guardias llenos de pánico. El sonido de la carroza se escuchó y junto a ello el color de los cuerpos prontos cadavaderes se formaron en dos líneas al borde de la alfombra verde, vistiendo adecuadamente para recibir a su Rey.

Cuando los omegas llegaron,. Empezando a formarse de igual forma sin utilizar mucho espacio, el capitán de guardia paso, observando a todos con atención.

-Tu-señalo a una chica de cabello negro, quien se sobresalto en cuanto la señaló- y tú -esta vez señaló hacia un Omega de sexo masculino, sujetando su mano y corriendo escaleras arriba- el Rey llega en media hora, debe pasar a ver el pueblo en primera mano y tenemos tiempo, vístete con las ropas de lady HeeSeung y no te quites el velo.

El chico parecía un poco perdido, mirando a Wonyuong por alguna pista de que era lo que pasaba, pero no, nadie sabía nada. El hecho de que HeeSeung fuera secuestrado y casi imposible de encontrar fue lo que alarmó a todo el Reino, un escándalo que aún no llegaba a manos del consejo Real, los Omegas también se notaron aterrados, pues, estaban seguros, el secuestro de HeeSeung fue la llave para abrir la puerta del destino donde ellos solo se veían muertos.

Pero eso no fue lo que sorprendio por completo al chico, si no la orden dicha y el momento exacto dónde ese hombre le empezó a rociar con perfume de rosas, ¿Querían que remplazará a HeeSeung, que engañara al Rey?. No, nunca, no había ninguna forma de ello, HeeSeung siempre tuvo una educación diferente a la de todos desde los ocho años, tenía distintos profesores y aveces, tan solo aveces, veían Inglandeses a enseñarle más modales de como ser un Omega, el castaño siempre tuvo un postura recta, no soberbia ni prepotente, era pura, calida, pero de tan solo ver su mirada te podrías dar cuenta que definitivamente no estabas a su Nivel.

HeeSeung siempre tuvo esa escencia de caminar tan delicadamente, de hablar con un lenguaje tan inteligente, formal y dulce, con una voz suave y atendiendo las reglas que consistían ser el Omega de Shim Jaeyun. HeeSeung, incluso, nunca iso ningún acto erróneo, siempre fue.... "perfecto", pero, sin duda algo que sabían todos es que nadie que no fuera Shim Jaeyun podría igualarse y dañar el orgullo de HeeSeung. Kyungmin recordaba su mirada muy pocas veces apreciada, esa mirada llena de gloria, tan hermosa y con brillo gentil, de pureza e inocencia, con calidez y sonrisa que llevaba pena en toda la mezcla de emociones, tan reservado e ágil para esconderse de los demás aunque su sola presencia albergaba todo el Reino. Recordaba incluso nunca haber percibido feromas de tristeza, las muy pocas veces que veían el rostro de HeeSeung gracias a qué el Omega estaba obligado a usarlos.

-Debe ser la gloria ser el Omega del Rey -solto Kyungmin, mientras servía vino en la copa del Omega que tomaba una merienda en el jardín- tienes mucha suerte, HeeSeung

BEHIND YOU (Sunghee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora