En los años antiguos, los Omegas eran considerados como un rango en "Peligro de extinción".Por lo que para un alfa conseguir uno era cuestión de buena suerte al ser esclavos del Rey.
Para Sunghoon, un fugitivo del Reyno, le fue fácil robar un Omega...
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Pasos vacíos y gritos resonaban cada segundo en el palacio Imperial, las pasillos donde antes los sirvientes reían y bailaban mientras hacían sus deberes ahora estaba lleno de lágrimas y bendiciones, suplicas por qué Jungwon volviera, el más mínimo rincón del palacio era adornado por sombras y aromas agrios.
Star Seekers había regresado al imperio con menos de la mitad de la manada, sirvientes lloraron por los líderes de la manada dándolos por muertos cuando notaron que ninguno regresaba, teniendo en cuenta que Soobin había regresado a su casa en busca de su Omega después de indicar que todos se dirigieran al Imperio, el rumor corrió rápido y fue llevado con el viento, lamentando a los difuntos enamorados. Los pueblerinos, el imperio entero e incluso Mashiro trataron de negarse a ese hecho, la Alfa de dijo a si misma que su hermano no podría estar muerto.
Sin embargo los días pasaban y cada vez las personas de resignaban más a que podría ser verdad.
Sin embargo semanas después el líder Choi había aparecido debilitado, con el costado sangrando y heridas graves, dejando por cada paso un rastro carmesí. El Imperio se notó grandemente sorprendido ante la aparición del líder de la manada más poderosa, Soobin fue atendido de inmediato y fue salvado de la muerte.
Cuando pudo dar un paso corto Choi ni se tardó en hablar, aferrándose a la búsqueda de su Omega sin tener éxito en esos meses, cayendo en la desolación y el odio hacia el mismo. Aquel líder tan noble estaba destrozado, urgido por respuestas, desesperado por encontrar la dulsura de Jungwon.
—No!!! No puede ser!!!, Buscaron mal!!!.
El estruendo del jarrón de cristal estrellarse en el suelo provocó que una corriente eléctrica terrorífica erizara má piel de los guardias, mirando los trozos restantes y el vino manchar la fina alfombra. Soobin gruñía, sujetándose de la mesa con su mano derecha para no caer por el dolor de su torso.
Harua dio un paso hacia el después de suspirar, hacercandose a su amigo que temblaba, le tomo el hombro, buscando sus ojos con desesperación.
—Soobin, el no esta en ninguna parte del Norte, buscamos hasta debajo de la piedra más pequeña y no encontramos nada. —jadeo, mordiendo su lengua para poder retener las crueles palabras que soltaría. No, no podía soltarlo así como así, Soobin caería roto o le mandaría a la guillotina si soltaba una palabra semejante como si fuera lo más normal del mundo, bueno, tampoco era como si Harua mintiera y dijera que lamentaba la muerte de Jungwon, nunca le cayó bien ese Omega— Soo... —llamo, el alfa le miro con los ojos rojos e hundidos— debes empezar a tener la posibilidad de que Jungwon...de que el podría estar...bueno...tu lo sabes...
Soobin gruño, alejando con un golpe en seco la mano del Omega de cabellos cenizos, se enderezó y trato de mantenerse de pie para mirarlo, sus ojos se oscurecieron y su cuerpo entero tembló, soltando gruñidos graves y bajos, su voz ronca por la falta de hidratación y sus labios partidos se abrieron, sin embargo no soltaron ninguna palabra.
