VIII

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La leve brisa removía las almas transparentes de la manada, las risas se escuchaban y el sonido que indicaba un simple segundo de trabajo arduro que parecía nunca acabar. En ello, resonaba el llanto de un cachorro de cuatro años, quien pedía a gritos la atención de cuya madre corría hacia el.

-SungHoon!-chillo su madre, preocupada al ver a su hijo llorar de esa forma, aveces, su hijo a pesar de ser un pequeño Alfa le temia a muchas cosas- ya cariño... Mamá esta aquí...

SungHoon lo sabía, sabía muy bien que su madre estaba ahí, por lo que su llanto aumento, abrazando el cuello de la mujer, olfateando su aroma a flor de lila, tan esquisito, tan suave y elegante que era muy recorfortante para el cachorro. Tenía miedo de que su madre se fuera, que le dejara solo y ello era una de las cosas a las que más le temia SungHoon.

Estar solo...

-Vamos, ya casi está la merienda-solto dulcemente Jihyo, levantándose con su hijo en brazos para caminar lejos de ahí- SeoHam!! Te dije que no dejaras al niño s-!!

-Señora....su esposo se encuentra en una junta-solto Nayeon, quien le sonrió encantadoramente para luego correr hacia el comedor-

SungHoon sintió a su mamá empezar a caminar a la dirección contraria, bufando molesta al no ver a su esposo disponible, escuchando los álagos y saludos llenos de emoción que recibía la que, a sus ojos era la mujer más hermosa de la vida. Su mamá.
No era más de decir que Dark Mon era una manada alegre, pacífica e trabajadora, fuera de problemas, y libre de guerras gracias al Alfa que lideraba su manada.SeoHam era un líder compasivo y reflexivo, con un gran corazón a pesar de su rango y siempre pendiente de su manada.

Pero, como toda manada había un intermedio que la hacia imperfecta.

Y ese era el hecho que su madre estaba enamorada de otro hombre.

O, el hecho de que ambos líderes parecían irritarse de su hijo,.de su cachorro que tuvieron casi a la fuerza.

Por qué, apesar de ser perfectos líderes nunca fueron perfectos padres, incluso SungHoon se acostumbro a amarlos cuando más grandes eran los momentos solitarios de falta de amor familiar. No obstante, así los amaba Hoon.

SungHoon miro a su mamá soltarle, corriendo a saludar a un hombre en específico, quién era el joven a cargo de los guardias de la manada. Un apuesto joven de diecinueve años muy fuerte pero bondadoso,de cabello castaño y apariencia de cachorro fue el que recibió la ingrata sorpresa de su madre, asustandose en cuanto vio a la mujer llegar. El cachorrito lo conocía, ese agradable Alfa le cuidaba cuando sus padres no tenían tiempo, le enseñaba a usar la espada y contaba varios chistes que por más malos que fueran eran muy graciosos, pero sobre todo Hoon amaba su linda apariciencia a un cachorrito.

Aunque, si fuera honesto prefería al Kappa unido al Alfa que tanto anhelaba su madre. Le gustaba la presencia de Jihoon y tenía un agradable aroma a galletas y chocolate amargo-debido a su edad-, pero sobre todo era cálido, amistoso, tierno, le horneaba postres, le preparaba rica comida y, lo más importante, cumplía sus caprichos. Para el la pareja era muy linda, hasta se diría perfecta y le dolía que su mamá quisiera meterse, no la odiaba, claro que no. Ella era muy linda con el y siempre trataba de ser cordial con su padre, era una perfecta Omega para la manada aunque en casa no era una mala pero tampoco buena, por lo que su mami siempre fue alguien que se esforzaba en un objetivo, lo que amaba como nunca SungHoon.

Pero...

-¿Qué no las parejas destinadas se aman, Jihoonie?-

El joven Kappa dejo de cepillar el cabello del cachorro que le miro esperando su respuesta, Jihoon suspiro, tratando de encontrar una respuesta a esa pregunta, por qué, incluso el aveces se hacia la misma pregunta.

BEHIND YOU (Sunghee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora