En los años antiguos, los Omegas eran considerados como un rango en "Peligro de extinción".Por lo que para un alfa conseguir uno era cuestión de buena suerte al ser esclavos del Rey.
Para Sunghoon, un fugitivo del Reyno, le fue fácil robar un Omega...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al momento que reconoció su odiosa voz, SungHoon se levantó de inmediato, su cuerpo tambaleando mineras trataba de enfocar su vista en el hombre, tratando de tomar su espada sin embargo no podía, se sentía tan mareado que incluso le costaba estar de pie, pero no podía dejar que ese maldito sujeto se saliera con la suya.
¿Cómo había llegado ahí?, nadie sabía, pero no lo quería cerca, su sangre hervía del coraje.
—Maldito...
Mascullo, en respuesta solo pudo escuchar un chasquido por parte del hombre frente a el, después de ello reino un gran silencio en el cual SungHoon supo que seguramente el Rey buscaba algún rasguño o herida en el cuerpo de HeeSeung quitando lo dañado que dejó su mano y pie el líder de la manada no muchos metros más lejos.
—HeeSeung es hermoso....¿no crees?, Aunque estás heridas no juegan con su belleza. —vacilo, SungHoon lo pudo ver un poco mejor— Pagarás por lo que le hiciste a mi Omega, líder Park.
El mencionado soltó una risita irónica, ya más estable para poder calcular los movimientos de su mortal enemigo, solo esperaba que alguien notará su presencia y corrieran hacia ese lugar, no podían llevarse a HeeSeung, tenía en vientre a su cachorro, al futuro de su manada, no estaba en sus planes dejarlo ir de ese sitio hasta poder tener un número considerable como descendientes.
—N-no...no d-dejaré que te lo lleves...e-el...el...
Jake dio un paso hacia el, soltando sus feromas para cubrir a HeeSeung completo de ellas para una vez que corriera ni hubiera rastro para encontrarlo.
—¿Mi Omega que?
SungHoon imitó sus acciones, sonriendo mientras dejaba un beso en la frente del pelirosa, soltando una risita al observar que seguramente Jaeyun no había notado el cabello rosa del Omega o tal vez lo vio normal. Por qué bueno, si algo sabía todo el mundo era que el cambio de color en los cabellos de los Omegas eran por una simple razón. Razón la cual SungHoon debía proteger, y ahora, empezaba a desear, esa razón que le devolvía la alegría poco a poco pensando todas las horas en múltiples nombres para su futuro hijo.
—Mi Omega esta esperando nuestro primer cachorro. —solto, su voz de mando resonando en el bosque—
Fue ese momento en el cual el cuerpo de HeeSeung se removió levemente sus ojos abriéndose mientras soltaba un pequeño bostezó, al estar más consciente, su mirada borrosa intento olfatear el aroma del sujeto que lo cargaba, ¿SungHoon?, No...su aroma se sentía muy lejano, y la tensión en el lazo le daba a entender que algo malo sucedía.
Hasta que el inusual aroma a menta llegó a el, tallando sus ojos para enfocar su vista.
Al mirarlo, su cuerpo tembló.
—Omega —llamo el Rey, apretando su cuerpo en sus brazos, HeeSeung soltó un quejido bajo— Es hora de ir a casa, Omega.
El nombrado dejo salir lágrimas, negando con la cabeza mientras sus manos de dirijan a tomar las del Alfa, tratando de soltarse de escapar. Su lobo asustado miro a SungHoon, debil, inmune, y ni supo que hacer, estaba entrando en pánico y su cuerpo no respondía a otra cosa que no fuera intentar escapar.