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El sonido del carruaje alejándose se elevo en el aire fresco de la primavera, HeeSeung sentía el ya nudo habitual en su estómago que lo acompañaba siempre que el Rey se alejaba del Reino hacia un viaje con algunos de sus amigos.

Con sutileza en sus pasos camino hacia el interior del castillo, ya no nesecitaba aprobación ni autorización para ir a dónde quisiera en el palacio, las miradas se los guardias alfas no se hacía de esperar y solo causaba que el nudo que tenía le diera ganas de vomitar. Entro a su dormitorio sin hacer mucho ruido, los demás Omegas descansaban en sus camas, o, algunos ya hacían en el suelo.

Tuvo suerte de tener una cama para en solo, debido a que las habitaciones del lado del castillo para los Omegas era muy limitado, solían dormir cinco o seis en una habitación con solo tres camas y un corto espacio que las separase junto un baño. El Omega no podía reclamar, tenían agua y comida, además, había un número aproximado de doce Omegas en el Reino y salir sería muy peligroso, podrían ser capturados o en el peor de lo casos, violados.

Ya hacia muchos años la sobrepoblación invadió el reino de Seul, por lo que a las familias se les fue obligado a tener un solo hijo. Cuyo acto injusto iso que las familias se esforzarán por tener hijos alfas o betas que fueran de ayuda en el campo u otras tareas, ya que los Omegas solían ser más delicados y suaves en sus actividades en el hogar, lo que les llevo a desear puros Alfas, podrías enseñarles a trabajar y el labor de casa lo aria la madre o padre Omega de la familia.

El varios años después Seul estaba hecho un desastre, no había omegas en el reino a menos de uno, estos debido a una causa desconocida en ese entonces murieron, por lo que el Rey ordenó que tuvieran hijos Omegas ya que haci el Reino sería elogiado por tener una cantidad de más de quince del rango extinguido. Cuando las cosas se pusieron feas, y el rey Shim asumió el trono, los templos, iglesias, sinagogas y hasta otros Reyes de asia dieron la orden y ley que empezó con el infierno de los Omegas.

"Cualquier Omega del Reyno, será esclavizado en el palacio para servirle a la persona en el tronó"

El pueblo trato de forzejar en contra de la idea del padre del actual Rey de Seul, los Omegas empezaban a usar sus encantos para manipular al Rey y cancelar esa Nueva ley a su rango en extinción, con la esperanza que sus respectivos rangos pudieran salvarlos, pero al hacerlo lo único que consiguieron fue convertirse en presas fáciles del demoníaco Alfa en el trono, seres sedientos de algún Omega que merodeaban en los pasillos del palacio, su nuevo hogar.

El nació a ello de semanas después de la ley, cuando supieron que era de rasgos delicados asumieron que era un Omega, ya que, estos solían nacer con rasgos delicados y sutiles, diferentes a los demás, creció en el palacio desde que su madre fue capturada por los guardias. Creció con clases para ser un buen Omega para el Rey. Cuando cumplió ocho años, había empezado a hacer sus deberes como debía, capturando así al lobo del engreído príncipe con su belleza inigualable a los otros Omegas, convirtiendose así en el esclavo personal del actual Rey, y, próximamente seguro su Omega, HeeSeung pensaba que era lo que muchas personas veían normal, de alguna forma, su rango se había ajustado a su nuevo labor hasta su muerte en un tiempo considerable.

-HeeSeung...-llamo Wonyuong, en una voz suave para que los demás no le escuchasen, recargando sus brazos en el borde la cama del Omega con actos tiernos- ¿ya se fue?...

-Ya...-respondio, mirando a la menor con una expresión cansada, un suspiro lastimero saliendo de sus labios- yo...y-yo no se que hacer cuando vuelva...N-No estoy preparado y m-me asusta demasiado...¿y si es Alfa?, me lo arrebataran.

Wooyuong acariaco su cabello, soltando feromas cálidas para tranquilizar al Omega que ahora lloraba. HeeSeung no sabía que hacer, se sentía lástima propia por alguna razón, Shim Jaeyun le pedía hijos y estaba seguro que quería un Omega, si no se lo daba, Shim no lo dejaria en paz hasta que se lo pueda consedir, pero asustaba, asustaba demasiado, no se creía capaz de soportar los dolores del embarazo, mucho menos tenía la esperanza de poder sobrevivir al parto, su madre había muerto en su segundo embarazo, cuando nació su hermano menor como un Alfa y fue hechado del palacio, no quería eso para su hijo, si tuviera la fuerza suficiente para darle vida a un cachorro, le encantaría que fuera un alfa para que no pase el infierno por el que está viviendo, cuidarlo el mismo y poder amamantarlo con sus propias manos, que no se lo arrebaten solo por ser de un rango tan común y sobrepoblado.

BEHIND YOU (Sunghee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora