Esa noche dormía tranquilo después de desvelarme pensando sobre que tanto había desperdiciado mi vida, y algo me despertó. Era como un zumbido no muy lejano, y fugaz. Me quede mirando a mi techo y después me gire a la puerta de mi cuarto, observándola, como si esperara a que algo entrará por ahí.
Y entonces escuché un estruendo enorme. Me gire y lo que vi me aterro. La casa de mis vecinos estaba en llamas. Ahí vivían los Carson. Y entonces un objeto pasó a una gran velocidad frente a mi ventana. Sabía lo que era. Era una nave, una esfera. Pero no lo parecía, algo había cambiado en ellas, tal vez era que estaban en movimiento, pero también era algo más.
Me paré de golpe y lo seguí lo más que pude con la mirada y solo vi cómo se posaba sobre una casa, se giraba hacia abajo y de alguna parte lanzaba un rayo de luz y enseguida la casa se llenó de fuego. El fuego era como un fuego artificial, comenzaba como una chispa y se expandía a todas partes.
En ese momento entró mi padre por la puerta de mi habitación, no estaba asustado, estaba desesperado. Me lanzó una mochila y dijo:
—Guarda una muda de ropa y lámparas con pilas, lo que sea y baja a la cocina y guarda cosas empaquetadas —me sonaba bastante cuerdo y con palabras bastantes precisas, aunque su cara lo hacía parecer como un loco.
—¿Que sucede? —estaba espantado, confundido, intentando darle un sentido a lo que había visto hace segundos.
—Solo apresúrate.
Y así lo hice me puse una sudadera, eché ropa a la mochila y dos lámparas que había en uno de mis cajones, con un paquete de pilas. Salí de mi habitación y ahí estaba Sara llorando, espantada, con mi padre.
Bajamos a la cocina y eché a la mochila botellas de agua y varios paquetes de galletas y otras latas de comida en otra mochila que había bajado de mi cuarto. Mi padre de un mueble agarró un cuchillo y me lo dio.
—¿Haremos una ensalada? —pregunto mientras volteo a ver a Sara y le doy una sonrisa fingida, aunque en el fondo estaba aterrado, lo hice para que no se espantara aún más de lo que estaba. Mi padre se dio cuenta de la intención de mi comentario e intentó suavizar la respuesta de la mejor manera posible.
—Es lo único que tenemos, me imagino que sabes como matar jitomates —me contestó en un intento de broma, y dejé el cuchillo en mí mano hasta que mi padre me empujó mientras jalaba a Sara fuera de la casa, así que lo seguí. Salimos por la puerta principal y la calle era horrible. La mitad de las casas de nuestro vecindario estaban en llamas y más allá, donde se veía el centro de la ciudad, edificios estaban también envueltos por las llamas. La poca gente que había en la calle huía, pero no sé de que.
—Por aquí —dijo mi papá mientras nos conducía por la calle y vi en su mano una pistola. Me invadió un profundo temor. No tenía idea de donde la había sacado y para ser sincero nunca había visto una, no en persona al menos.
—¡Papá! Para que es eso —dije mientras miraba la pistola.
Y en ese instante algo brincó sobre un auto y luego sobre mi papá y lo tiró. Estaba sobre él, en el piso y parecía un humano pero no lo era. Tenía su cuerpo negro y delgado pero con brazos largos que atacaban al cuerpo de mi padre. Sus manos eran grandes y sus dedos largos y en lugar de uñas tenia garras negras y puntiagudas que formaban parte de sus dedos. Y en la espalda tenía cuatro largas tenazas dos que le llegaban más allá del cuello y dos abajo de sus brazos, también buscaban atacarlo. Y antes de que le viera la cara mi padre le disparó en ella y esa cosa dejo de atacarlo. Lo empujó a un lado y se paró. Su cara estaba salpicada de sangre, pero más oscura.
Sara estaba llorando y yo estaba paralizado. Él nos jaló por la calle y yo no podía terminar de creer lo que vi. Después de unos segundos en los que aún seguía en shock, llegamos al parque que estaba al final de la calle y nos adentramos en él.
—Aquí no nos verán —dijo mi padre mientras avanzábamos entre juegos vacíos y arboles enormes.
ESTÁS LEYENDO
La última esperanza Parte 1 (The last hope #1)
Science FictionTen cuidado con las sombras. Témele a los humanos. Catorce años han pasado desde que las sombras invadieron nuestro planeta. Catorce años desde que Evan hizo su promesa. Ya no queda nada y los pocos sobrevivientes restantes luchan entre ellos por se...