Capítulo 10
Ha pasado aproximadamente un mes desde que salimos de nuestra ciudad, desde que Cristina murió, o al menos es el tiempo que supongo, tampoco es que lleve una cuenta de los días y los vaya tachando en un calendario. Y ahí está Dan, como si fuera un niño pequeño, jugando con un muñeco que se acaba de encontrar, algo quemado con capa roja destrozada, imitando ruidos de explosiones y vuelo. Va avanzando más rápido que yo, justo enfrente de mí, y me enoja. Desde la muerte de Cristina no ha hecho nada más que intentar ser gracioso y tratar de arreglar las cosas conmigo, pero no funcionará. No puedo evitar sentir enojo y coraje contra él cada vez que me habla. Pudo haber salvado a Cristina, o tal vez no, pero no lo sabré nunca porque él no lo intentó y ahora ella ya está muerta, como la gran mayoría de la humanidad.
— ¡Puuaaj! —Grita mientras lanza su juguete contra un auto, y luego vuelve a recogerlo.
Estamos avanzando entre grandes caminos, con cientos de autos varados en el camino, no ha habido cazadores, pero si sombras, lo cual nos ha retrasado, porque no nos enfrentamos con ellas, solo dejamos que continúen. Unas semanas más al sur y llegaremos, si es que nada nos retrasa.
—Podrías guardar silencio —le digo algo molesto—. Podrían escucharnos y solo luces patético.
—De acuerdo —dice mientras se detiene y guarda el muñeco en una mochila roja vieja que encontró hace unos días, solo guarda ahí una botella de agua y no sé que más—. No creo que tenga nada de malo jugar, no siempre lo hacía, además, ya me aburrí demasiado. ¿Te puedo hacer una pregunta? —No espera a que responda, solo sigue hablando— ¿Los humanos podían volar o solo los aviones?, es que no comprendo porque el muñeco tiene una capa y la caja del muñeco decía "Ahora vuela más lejos a salvar el mundo".
—Eso es algo demasiado tonto.
—Lo sé, pero no lo entiendo.
— ¡Eran juguetes!, no más que eso, juguetes de superhéroes —me empiezo a desesperar un poco.
—Oh si, ya lo recuerdo —lo dice como si no le importara mi actitud—, mi hermano me llego a platicar algo sobre ellos, que salvaban al mundo y hacían cosas increíbles.
—Y eran solo ficción, no eran reales.
—Eso explica porque no salvaron el planeta de las sombras —dice algo desanimado—. ¿Alguna vez volaste, en avión por supuesto?
—No, mi padre casi nunca estaba con nosotros así que no teníamos vacaciones — ahora estoy recordando mi vieja vida, y odio eso, porque los recuerdos son solo pensamientos que lastiman.
—¿Y alguna vez viste uno?
—Por supuesto, pasaban a diario, era parte de la normalidad de la vida.
«Y ahora han desaparecido, junto con la humanidad»
—¡Increíble!, espero algún día ver alguno.
—Solo en tu imaginación —le contesto, irritado ya no quiero hablar del pasado— ya deja de hablar.
—Bien.
Caminamos otros minutos. El paisaje es el mismo que en todas partes. Edificios destrozados. Autos quemados. Arboles con hojas cafés. El otoño ha comenzado, y con él, el frio que pronostica un invierno difícil.
Subimos una colina y podemos ver el atardecer, muchos colores en tonalidades hermosas, sobre lo que alguna vez pudo ser una playa. Y para mejorar el paisaje, sobre la playa se alcanza a ver un triángulo.
—¿Qué es eso? —me pregunta el algo desconcertado. La pregunta me sorprende. No es posible que no sepa que son.
—Son los triángulos, las naves en las que las sombras llegaron ¿Acaso no habías visto una antes?
—No, nunca nos acercábamos a las costas. ¿Por qué están ahí? Es decir, podrían estar atacándonos pero están ahí como si nada.
—Porque no creo que su misión se atacar —le afirmo—. Esas cosas extraen agua de nuestro planeta de vez en cuando. Es por eso que solo se encuentran en costas y océanos. Su punta esta abajo porque por ahí absorben el agua y la almacenan.
—¿Por qué harían eso?
—Porque ellos no solo vienen a destruir nuestra raza. Quieren destruir también nuestro planeta.
—No tiene sentido.
—No, no lo tiene —le afirmo mientras recuerdo la noche en que se comunicaron con el planeta por primera vez, cuando las naves ya habían llegado « venimos a salvar a su planeta, somos los salvadores del planeta» —. Piensan dejar nuestro planeta seco poco a poco.
—Así que estamos destinados a... ¿Perder?
—Sí, estamos destinados a perder.
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La última esperanza Parte 1 (The last hope #1)
Fiksi IlmiahTen cuidado con las sombras. Témele a los humanos. Catorce años han pasado desde que las sombras invadieron nuestro planeta. Catorce años desde que Evan hizo su promesa. Ya no queda nada y los pocos sobrevivientes restantes luchan entre ellos por se...