Capítulo 32

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Revisamos las mochilas de Héctor y de Brenda. No hay nada más qué cantimploras vacías, envolturas de comida vacías y algunas prendas de ropa. Ninguna otra arma o cosa que pueda implicar un peligro para nosotros. Yo guardo el cuchillo de Héctor, Tomás su pistola.

–Haremos guardias para cuidarlos –les digo.

–De acuerdo –me contesta Héctor.

Durante la madrugada me despierta Tomás.

–Es tu turno.

No ocurre nada, ambos están dormidos, y afortunadamente ningún rastro de sombras. La noche es bastante fría, esto es mala señal, el invierno nos alcanzará antes de llegar a la resistencia. Después de ver lo que ocurrió hoy, tengo demasiado miedo de que eso haya ocurrido con la resistencia, con Sara.

Todos duermen por mucho tiempo, ha sido una larga y difícil noche. Despierto a Eddy, y después de vuelvo a dormir. Me levanto cuando ya van a dar las cinco de la tarde, muy adolorido de mi espalda y con un dolor de cabeza.

–Ahora ¿A dónde vamos a ir? –Dice Tomas mientras extiende un mapa que Eddy traía en la mochila y todos nos ponemos alrededor de él–. Tal vez podamos ir a algún otro lugar como una fábrica o algo por el estilo y empezar desde cero.

–Pueden hacerlo –les digo–, yo aún iré por Sara.

–Y yo con él –añade Daniel entusiasmado.

–No, tú no.

–No me volverás a dejar solo.

–No podemos arriesgarnos todos –interviene Tomás.

–No se los estoy pidiendo, yo necesito ir y saber la verdad.

Todos se quedan en silencio.

–No hay ningún problema por nosotros –dice Héctor–. Se los debemos.

–Aún tengo la esperanza de qué la resistencia sigua hay –le digo a Tomás– de todas forma no tenemos ningún lugar al que ir y es el mismo peligro ir a la resistencia o a cualquier otro lado.

–Pero el invierno se acerca, será más peligroso –me contesta dudando.

–De igual forma qué sí vamos a cualquier otro sitio, el peligro no cambia –interviene Eddy y después pone cara como si hubiera dicho algo malo–. O al menos eso es lo que creo.

–Tomás... –le digo, pero me interrumpe.

–De acuerdo, iremos –dice por fin cediendo–, pero comenzaremos mañana, ahora es muy tarde para ir, nos quedaremos aquí esta noche ¿De acuerdo?

–Está bien –le contesto pensando en cuánto tiempo perderemos.

–Ahora podemos ir por algunos recursos –dice buscando algo en el mapa, luego señala con el dedo un lugar–. Estamos cerca de un lago, vayamos por agua, mientras los demás pueden ir a buscar algo que cazar –sugiere.

–Me parece bien –dice Eddy–, yo ya he estado en este bosque, se dónde podremos encontrar algo para cazar.

–Entonces hay que dividirnos, unos vayan al lago, otros a cazar –le digo a Tomás, pero él me voltea a ver, sé lo que me quiere decir, no podemos dejar a los nuevos solos.

–Héctor, Evan y yo al lago –dice Tomás–. Eddy, Daniel y Brenda vayan a cazar.

–No nos pueden separar –protesta Héctor.

–¿Algún problema? –Preguntq Tomás a la defensiva.

–No, bueno, es que ella es mi hermana y nunca hemos estado separados.

La última esperanza Parte 1 (The last hope #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora