Silencio. Ira. Su cuerpo está tirado en el suelo, con un charco de sangre a su alrededor, su vida se ha apagado como un foco que se funde. Hace menos de cinco minutos estaba discutiendo con ella. Ahora se había ido para siempre.
—Bien, ojo por ojo. Estamos a mano —su voz oculta sus ganas de reír, y veo como alza su pistola, ahora apuntando a mi.
Y entonces empiezan a disparar.
No estoy seguro de donde vienen las balas. Luego veo que caen dos cazadores y los otros se están cubriendo. Es Daniel. Me cubro detrás de un auto y las balas cesan. Volteo a verlo y observo que está golpeando la pistola. Se le han acabado las balas y está llorando. Pero no ha matado a nadie, solo los ha herido. Y yo solo quiero matar a esos malditos.
Mi mano tiembla pero no me importa y me asomo. Disparo. Caen los dos que estaban heridos. Solo quedan cinco. Alguien llega por atrás, es Daniel.
—¡Ahí vienen! —está exaltado, llorando, y asustado. Alza su mano y señala lo que lo asusta.
Una camioneta avanza por todo el camino del puerto y está cerca del puente. Está blindada y mucho, arriba hay dos hombres con trajes negros y gruesos con dos armas demasiado largas colocadas en el techo de la camioneta.
Estamos muertos. Todo se arruino. Le fallé a los demás y a mí. Un disparo me despierta de mis pensamientos. El cristal del carro en el que estoy cubriéndome se revienta. Me vuelvo a asomar y le disparo a un cazador que se está acercando. Cae muerto.
—Estamos muertos —dice Dan mientras junta sus rodillas a su barbilla. Está aterrado.
La camioneta está lo suficientemente cerca y empieza a disparar. Hace grandes agujeros a los carros enfrente de nosotros.
No podemos morir. No debemos. No fallaré. No más.
Me volteo a buscar una salida. Solo hay una.
Estamos a lado del barandal del puente, el cual está roto y del otro lado la caída y el agua.
—¡Saltemos! —le digo a Dan.
—No —contesta aterrado.
Las balas perforan más nuestro auto. El frente esta machacado. Lo que sigue, nosotros.
—No se terminara nuestra suerte hoy —le digo. Lo jalo de su camisa, no se resiste, y lo empujo al río que separa a las ciudades.
Doy un último vistazo antes de saltar, como veinte metros y luego la corriente del agua, fuerte y ruidosa. Y salto.
Siento un roce de ardor por mi brazo y luego mis pies chocan con el agua. No sé nadar mucho y la tarea se complica con toda la corriente contra mí. Intento salir a tomar aire pero mi cuerpo está girando en el agua y no puedo detenerme. Pronto siento que mis pies pueden tocar la tierra y empiezo a detenerme. Cuando ya estoy parado, lucho contra el agua y llego a la orilla. Me tiro sobre la tierra mojada y saco toda el agua que llevo dentro. Intento respirar y giro la vista. Estamos del otro lado del puente y bastante alejados, la corriente me ha alejado bastante del puente. La siguiente ciudad está llena de edificios. Y me siento aliviado, pero después recuerdo todo y recuerdo a Dan.
Me pongo de pie. Mi brazo me arde. Otra bala me ha rozado. Intento encontrar a Daniel con la vista pero no lo veo. Camino un poco más esperando verlo.
—Dan, ¡Daniel!
—Acá.
Me giro y lo veo tirado y con la mano alzada. Por un momento creo que se ha herido y corro hacia él. Se pone de rodillas cuando llego e intenta recuperar el aliento.
—Estoy bien —me dice—, no tenías que empujarme.
—De nada, te salve la vida de nuevo —y de repente estalló contra él y desquito toda mi ira—. ¡Se supone... se supone que debías disparar si algo salía mal! ¡Ahora está muerta! —estoy exaltado y gritándole.
—¡Lo siento! No sabía que hacer, no reaccione, los recuerdos, me paralizaron —se ha puesto a llorar.
—¿Recuerdos? —pregunto molesto, pero continudo—, le dije que iba a fallar, sabía que no era tan fácil y ahora... ahora está muerta —me tiro al piso y me pongo a llorar. Se ha ido, por mi culpa, por su culpa. Ya no la volveré a ver, ni a escuchar. Ya no es nada más que un recuerdo. Y ahora toda la vida parece estar hecha solo de recuerdos.
—Lo siento, yo también la quería.
—Como la vas a querer si ni la conocías bien. Sólo porque te salvo la vida no quiere decir que la conocías.
—Bueno —dice algo serio—, la quería más que a ti.
Me paro y le doy la espalda. Por algún motivo me irrita que haga esos comentarios, no conocía absolutamente nada de ella, solo llevaba horas con ella, no podía conocerla. Me giro y lo veo furioso.
—No la vuelvas a mencionar... No tienes derecho -digo algo molesto.
—Pero...
Se queda en silencio. Me volteo y veo la ciudad frente a nosotros.
—Y ahora ¿Qué va a pasar? —pregunta tímido.
—Yo continuare no sé tú que harás.
—Te seguiré.
—No.
— ¿Por qué?
—Porque no eres mi problema.
—Crist... ella no hubiera querido esto.
—Tú que sabes lo que querría o no.
—Sé que esto no lo hubiera permitido.
«Y cuidalo a él»
De lo último que creo que dijo.
Me quedo en silencio pensado lo que dice, no tengo otra opción. Ella no quería perder su humanidad, Dan era la prueba de que no se la quitaron y murió siendo humana. Esto era importante para ella. Demostraba que las sombras no iban a acabar con nuestra voluntad, con nuestra humanidad. Él fue para ella la prueba de que murió luchando en contra de lo que el mundo se había convertido, un par de personas que han abandonado toda esperanza y principios y se matan los unos a los otros.
—Te quedarás, pero harás todo lo que te diga, no me estorbaras. No seré tu trébol de la suerte que te salva a cada rato. ¿Entendido?
—No hay problema —dice aceptando la idea— ¿Continuamos?
—Continuamos —afirmo mientras me limpio las lágrimas, pero sin ser capaz de quitarme la sensación de vacío en mi interior.
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La última esperanza Parte 1 (The last hope #1)
Fiksi IlmiahTen cuidado con las sombras. Témele a los humanos. Catorce años han pasado desde que las sombras invadieron nuestro planeta. Catorce años desde que Evan hizo su promesa. Ya no queda nada y los pocos sobrevivientes restantes luchan entre ellos por se...