Capítulo 34

1.7K 209 61
                                    

Daniel:

Mi respiración es agitada, el sudor escurre por mi rostro y debajo de mis pies escucho el crujir de las ramas y hojas secas. No puedo ver nada, he decidido apagar mi lámpara, así tendré más oportunidades de que no me encuentre. El aire es frío golpea mi cara, y no puedo hacer nada más que distinguir las sombras altas y delgadas de los troncos antes de chocar contra ellos.

Me detengo por unos segundos, escucho el crujir de las ramas, y continúo corriendo. Tengo ganas de gritar, de pedir ayuda, pero eso solo me delataría. No tengo la menor idea de a dónde ir, no puedo ubicarme en esta oscuridad. Así que decido hacer lo mejor que puedo: Esconderme.

Me tiro detrás de un árbol, y saco mi pistola. Me quedo en silencio. Durante varios segundos no escucho nada, solo silencio total y los ruidos creados por los animales nocturnos. El silencio me llena de terror, intento tranquilizar mi respiración, tapando mi boca, en ese momento escucho el crujir de una rama. Me asomo por un lado del árbol, y distingo una sombra delgada de una mujer.

—Vamos —dice débilmente—. No hagas esto más tardado.

— ¡Daniel! ¡Eddy! —El grito lejano hace que Brenda salga corriendo tan rápido que la pierdo de vista en un segundo. Reconozco esa voz, es la voz de Tomás, pero ¿Dónde está Evan?

Una vez más no escucho nada más que el silencio. Me pongo de pie y empiezo a avanzar lentamente entre las sombras de los árboles. De repente, de las sombras de los árboles, un hombre sale y brinca hacia mí, tirándome al piso, el sobre mí. Héctor. Alza su mano, con un cuchillo en ella y antes de qué la deje caer, jalo el gatillo, dos veces. Él se pone de pie, y se sujeta el estómago, mientras yo vuelvo a correr.

—¡Ven acá Daniel! —grita mientras me alejo de él.

Una vez más el silencio es reemplazado por el sonido de disparos, deben de pertenecer a Tomás. Unos segundos después, se detienen.

—Daniel.

—¡Daniel!

Una voz pertenece de Tomás, la otra de Héctor.

En ese momento escucho el crujir de las hojas de tras de mí, y sin voltear, comienzo a correr, a unos metros de mí, puedo ver el resplandor fugaz creado por unos disparos, pero yo continúo.

—Daniel.

—¡Daniel!

Las voces continúan, no se quién está cerca, quien no y ambas son muy similares. Corro, aún con alguien detrás persiguiéndome, doy un vistazo atrás y veo a Héctor.

Continúo corriendo, después de un largo tramo, me detengo, volteo atrás, y ya no está.

—Daniel.

Una voz detrás de mí. Una mano en mi hombro. Me giro violentamente, y sin darme cuenta, jalo el gatillo varias veces. El hombre se aleja unos centímetros de mí, se queda en silencio. Puedo ver como su boca escupe sangre, mientras yo comienzo a llorar y pido disculpas.

—Lo siento, lo siento, yo... yo no...

No puedo terminar la frase. Su cuerpo cae de rodillas, y después se tira sobre el suelo. Su pecho dejar de subir y bajar. Su mirada se pierde. Deja de respirar desesperadamente. Hasta que una vez más me quedo en silencio. Yo, el bosque a mi alrededor, y el cuerpo sin vida de Tomás en el piso.

La última esperanza Parte 1 (The last hope #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora