74. + BOOK TRAILER

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PATRIK


No sabía qué camisa ponerme, solo que nada me quedaba bien. Dudaba entre la camisa negra o la azul, o si debía arremangarla hasta los codos o dejarla suelta. Sabía que estaba siendo paranoico. A Rochel no le importaría en lo absoluto cómo iría vestido a nuestro encuentro, pero al menos quería sentirme seguro con la apariencia, porque tenía miedo de arruinar nuestra relación de nuevo, no saber qué decir o no recitar las palabras que merecía. Ni siquiera pensé cuerdamente cuando la invité a salir. De haber sabido que me sudarían las manos y me temblarían las piernas, lo hubiese atrasado hasta la próxima semana, pero con ella todo era tan espontáneo.

Bajé hacia el primer piso y me despedí de mamá con la excusa de que traería algo para la cena, aunque mi atuendo la dejó curiosa. No perdí más el tiempo y fui por mi bicicleta. Manejé hacia la plaza sin importarme lo arrugada que quedaría mi ropa por culpa del viento.

Al llegar tomé asiento en unas de las bancas de madera de la calle. Movía mi pierna derecha mientras me distraía en el teléfono. No había nada con lo que pudiera calmarme.

Pasaron veinte minutos hasta que una sombra sobre la acera apareció. Alcé la mirada para encontrarme con ella. Me levanté y nos abrazamos por instinto. El color azul de su vestido se burlaba del anochecer. Aquel podría convertirse en mi color favorito.

-Lamento la demora, Patrik. El autobús se detuvo y...

-Eso no importa. Me alegra por fin tenerte aquí.

Me mostró una sonrisa genuina que quise enmarcar en un cuadro y colgarla en mi habitación.

Rochel insistió en que camináramos por la calle sin rumbo. Ella me contaba sobre los planes de su graduación mientras yo la escuchaba atentamente con todos los sentidos. Estaba nerviosa, pero eso no le impedía explayarse conmigo. Paramos en una tienda y le compré un helado de cereza que devoró en pocos minutos. No supe cuándo dejé que entrelazara su brazo con el mío, pero no me quejé. Estábamos tan cerca que la acción sería inevitable. Tomé la iniciativa de besarla. Desde el momento en que nos vimos habíamos retenido esa necesidad.

Nunca había tenido las ansias de besar unos labios. Nunca comprendí lo importarte que podía ser ese gesto hasta que no pude hacerlo con ella. Fue un alivio que Juliette hubiera dejado su rencor de lado, porque ya no habría nada que nos impidiera formar un nosotros.

-Patrik...

-Perdóname, Rochel. No merecías mi indiferencia. Debí ser más maduro y no guardarte secretos. Haré lo posible para ser una mejor persona y no comportarme del todo como un niño, pero por favor, no te alejes de mí otra vez. No lo soportaría.

Rochel jaló del borde del cuello de mi camisa y me inspeccionó con la mirada. Me preguntaba si podía descifrar la culpa que me invadía por haberle hecho tanto daño.

Sus nudillos acariciaron mi mejilla y un cosquilleo me invadió en el pecho. No podría alejarme de ella luego de esto.

-Debiste contarme lo de Juliette.

-Lo sé, lo sé. Me arrepentiré de ello toda la vida.

-Pero no estoy molesta. Estoy... tranquila. Creo que ahora tengo todo lo que siempre he querido. -Dejó un beso en mi mentón y luego otro en la comisura de mis labios. Nadie lo había hecho antes-. Te quiero, Patrik. Solo quiero saber si sientes lo mismo... Si te quedarás conmigo, porque no pienso sufrir por alguien otra vez.

Terminamos arrinconados en un callejón casi desolado. Sus labios volvieron a recorrer lugares desconocidos.

-Te quiero, Patrik -susurró en mi oído.

-Yo también. -Acaricié su rostro con mi mano y me sentí la persona más afortunada del mundo por tenerla-. Te quiero, Rochel.



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Desde aquella noche Rochel y yo no nos habíamos separado. Ella buscaba cualquier excusa para visitarme en casa y yo para acompañarla a la suya luego de sus últimas clases. Nos habíamos besado y acariciado más de la cuenta. Rodeaba sus brazos alrededor de mi cintura, me peinaba el cabello con sus dedos y yo me acostumbré a que recostara su cabeza sobre mi pecho para que descansara.

Todo parecía perfecto hasta que me prohibió visitar la floristería debido a una remodelación. Eso fue lo que ella me dijo, pero por primera vez, no pude creerla. Y odiaba no confiar en sus palabras, pero cuando hablaba sobre ese tema, ella me evadía. Ayer comenzó a temblar cuando la dejé en casa y ni siquiera se despidió antes de ingresar.

Necesitaba desenmascarar sus secretos antes de que nos destruyeran.



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Holii, dejaré adjunto el link del Booktrailer en los comentarios. Hice lo que pude con la edición JKJKSK Ahhh, lo pondré aquí también por si prefieren copiarlo: https://youtu.be/dLth6Sx72vs?si=QxSMSaCoYTA7d5sO


El día que el amor se marchite Pt. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora