Dante se ha ido, hace 7 días que no lo veo y la única explicación que obtuve fue de parte de un soldado que mencionó que se irían en una misión al norte de Italia para buscar a su hermana. Sé que no me debe ninguna explicación, pero no puedo evitar decepcionarme por el hecho de que no se despidiera de mí o al menos me dijera algo, lo que fuese.
Tampoco puedo evitar pensar una y otra vez en lo que pasó. Siento que la cara me arde con tan solo recordarlo. Ni siquiera fui capaz de sostenerle la mirada los días después por no querer saber lo que pensaba, pero la incertidumbre me carcome por dentro, ¿y si en realidad decidió irse para estar lejos de mí por lo que hicimos? Pienso que también sería una manera sutil de rechazarme y dejarme en claro que nuestros deseos no están alineados.
Pero al mismo tiempo, recuerdo todo lo que me ha dicho y me resulta contradictorio. Pienso en sus manos sobre las curvaturas de mi cuerpo como mis propios dedos sobre el piano, siempre tocando las notas con intensidad, esa clase de furia desenfrenada que se convierte en un instinto salvaje. Siempre he odiado tocar el piano, pero estoy haciéndolo ahora mismo en el pequeño recinto de la villa para liberal mis pensamientos trágicos. Ahora toda esta gente sabe que soy la esposa de Dante, incluso tengo la sensación de que algunos me temen o me respetan solo por eso, pero evitan a toda costa relacionarse conmigo. Es algo raro considerando que antes solían humillarme con mucha facilidad. Solo Marie, que está concentrada en devorar un plato de aceitunas como su más reciente obsesión de embarazada, se mantiene imperturbable a mi lado.
—Al fin se respira algo de paz en este sitio, sin Riona o Volsoyosky cerca, casi parece un patio de niños. ¿No?
Sus palabras me hacen dudar, incluso fallo una de las notas, cosa que yo nunca hago. Me detengo de golpe e intento que la decepción no resulte evidente, pero quizás ya sea tarde.
—¿Riona se fue con él?
Marie se encoge de hombros, indiferente a mi nueva ansiedad. El tema de esa mujer se ha vuelto un creciente mal sobre mi estómago. El no entender por completo el tipo de relación que tiene con Dante me desestabiliza. ¿Fueron algo en el pasado? ¿Aún lo son? ¿Dante alguna vez se sintió atraído hacia ella? Estiro mis manos para evitar estrangularme por la falta de respuestas. Puedo entender que quizás para Dante lo que hicimos no haya significado la gran cosa, más allá de un deseo carnal, pero tampoco deseo convertirme en su pasatiempo si está enamorado de otra.
—Bueno, en realidad no se ha visto a Riona en la villa desde hace días. Supongo que debe estar con él y Kaizawo, pero no me consta. —Se encoge de hombros—. Ella suele ser indispensable en las misiones más importantes.
Y ese es otro aspecto que realmente aborrezco. ¿Por qué no puedo yo también ser de utilidad? Sin importar cuántas veces insista, Dante no confía en mí para ayudarlo de alguna forma. Incluso aunque llevo días esforzándome en aprender lo de la empresa y le he demostrado a los accionistas y a mi hermano mayor de lo que puedo ser capaz a a través de las reuniones en línea que hemos estado haciendo desde el lunes. No puedo evitar sonreír al recordar que en la última junta mi propuesta de remodelación no puedo ser descartada al ser compleja. Incluso Kaizawo, que parece decidido a no soportarme, reconoció antes de irse que mi trabajo había valido la pena.
—Estás molesta, ¿no es así? —Su mirada inquisitiva me intimida—. ¿Porque se fue o porque quizás ella esté ahí?
—No lo estoy. —Mi tono es inseguro—. Y aunque lo estuviera, no tengo derecho a ello.
—Eres su esposa, nadie te juzgaría si lo estuvieras.
—No soy su esposa. No realmente...
—Ustedes dos sí que son tontos. ¿Es que acaso fui la única que se dio cuenta cómo se miraban mientras decían esos votos?
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Legado oscuro [1.0]
Mystery / ThrillerDespiadado, oscuro y escalofriante, Dante Volsoyosky es todo lo que podría catalogarse como un monstruo. Está sediento de venganza y obsesionado con destruir a todo aquel que interfiera con sus planes. Él no tiene debilidades, ni miedos. Él no nece...