Legado oscuro [1.0]

03⎟✶ Un pasado olvidado

El resto de la fiesta transcurre con tranquilidad. Mi cabeza se siente pesada conforme se alarga la noche y aunque intento buscar con los ojos al mismo hombre del jardín, no logro encontrarlo por ninguna parte. La sensación de que alguien me observa no desaparece ni cuando mi hermano me hace compañía. Intento comportarme por lo que queda de la velada hasta el día siguiente.

—Los accionistas quieren verte. Será tu primera aparición en la empresa como futura CEO.

Observo a madre con inquietud, la sola idea me revuelve el estómago de mala manera. La tía Freya se toma su usual batido de proteína de cada mañana y se gira a mirarme.

—Ni se te ocurra poner la memoria de mi difunto hermano en vergüenza. Ya es muy humillante que seas precisamente tú quien herede el puesto.

—Ella lo hará bien —interviene Isaías dándole una mala mirada—. Yo me encargaré de ello.

—Lo hará tan bien como todo lo que sabe hacer... Espera, ¿y qué sabes hacer? —se burla Zuria, mi prima.

—Siempre has sido solo una cara bonita. De todos en la familia eres la menos apta para...

—Basta, ya no la distraigan, será mejor que ella lo haga bien porque estuve hablando con uno de los accionistas en la fiesta de anoche —interrumpe madre—. Uno de ellos es primo político del señor Monockmy.

—¿Los ricos de Austria? —inquiere Zuria, parece molesta.

—Es Australia —la corrige su hermana, Janette.

—Eso no es importante. Lo que importa es que el hijo heredero está soltero, dicen que están considerando la opción de casarlo con alguien de su mismo nivel para cerrar un buen trato.

—Entonces...

—Sería muy beneficioso si los Monockmy se interesaran en ti. Ellos son líderes en el sector de limpieza, con toda la cadena hotelera que tenemos aquí y en el extranjero, podría ser una colaboración muy significativa.

—¿Pero..?

—Pero el accionista se niega a presentárnoslos hasta ver de lo que estas hecha. Por eso la junta de hoy debe salir excelente para lograrlo.

—En ese caso será mejor empezar ya.

Miro a Isaías sin entender cuando pone frente a mí una enorme pila de documentos en el que hay fotografías y archivos de todos los tamaños.

—Tus lecciones empiezan desde hoy. Tienes que aprenderte los nombres de los accionistas y su papel dentro de la empresa.

—¿Esperas que haga eso solo un par de horas antes?

—Sin duda es mejor que nada.

Ni siquiera puedo intentar oponerme cuando paso las siguientes tres horas memorizando nombres de personas que realmente no me interesan conocer. Cuando creo que ya he acabado, Isaías me da un último tomo de hojas con el rostro serio.

—Quiero que memorices bien el rostro y nombre de este hombre.

—¿Por qué? —hojeo las páginas con curiosidad.

—Su nombre es Dante Volsoyosky, él es...

—¿El hombre con el que padre estaba haciendo un trato antes de morir?

—¿Cómo..? —Parece confuso—. Mikael, claro que fue ese niño entrometido.

La sonrisa se borra de mi rostro apenas veo la fotografía de aquel hombre. Ojos verde intenso, lunar sobra la mejilla y facciones marcadas. Es el mismo hombre que el día del teatro y entre más observo sus ojos, siento que también se trata del hombre de la fiesta. Un escalofrío se instala en mi nuca.