Colet
La sonrisa egocéntrica de Dante desaparece de su rostro con la misma rapidez que un rayo desvaneciéndose sobre el cielo. Sus ojos son una tormenta cuando ve al hombre joven, rubio y de traje que sale de la casa. El extraño camina hasta quedar frente a él y con un destello de burla inclina la cabeza a manera de saludo, casi como lo haría un niño lleno de curiosidad.
—¿Me extrañaste,Volsoyosky?
Una sonrisa feroz le atraviesa el rosto, su piel es bronceada, igual a la canela pero con un matiz dorado, tiene una belleza salvaje, no génerica, sino del tipo que podría matarte con solo olfatear su perfume. Extiende ambos brazos y envuelve a Dante en un abrazo que no es correspondido.
—¡Es tan emotivo verte! Porque llevas muchos años dentro de mi corazón... —Se aleja de él con el ceño fruncido—. Mierda, eso ha sonado terriblemente gay, pero tú me entiendes, estaba por Escocia emborrachándome cuando escuché que te casaste y tenía que comprobarlo con mis propios ojos.
El extraño se gira hacia mí, me sobresalto cuando de un solo paso logra llegar hasta mi lado. Sus ojos son olivo y parecen dos aceitunas. Sus brazos lucen tan fuertes que si quisiera podría lanzarme como una muñeca insignificante al piso.
—Tú debes ser su esposa... —Sujeta mi mano para besar mis nudillos—. Un placer, señorita. Mi nombre es Francesco Benoit.
—Álejate de ella.
Dante lo empuja con una mano, finalmente saliendo del shock en el que se encontraba. Su cuerpo figura como una barrera protectora entre el extraño y yo, está tan tenso que siento su respiración chocando contra mi cuerpo.
—Ay, que delicado. —El rubio pone los ojos en blanco—. No todos los niños roban sus juguetes a otros, pero me queda claro que nunca me escuchas y yo que solo trato de darte lo mejor de mí.
—Vete al infierno —responde Dante mientras le suelta un puñetazo en la nariz.
Francesco se tambalea un instante, limpia la comisura de su labio inferior con el pulgar y sonríe con burla, algunas gotas de sudor le resbalan por la frente. Incluso si su postura es despreocupada, un odio genuino inyecta sus ojos mientras contempla a mi esposo.
—Con gusto, después de ti.
Y como el exceso de testosterona es bastante entre ambos, comienzan una dispusta que consiste en dos simios tirándose golpes entre sí. Francesco se abalanza sobre Dante y lo tumba el suelo, el segundo lo empuja y golpea su rostro con un puño varias veces, pero el rubio también es fuerte y es notorio que sabe pelear cuando patea a Dante y le devuelve el golpe directo a la mandíbula. Aún así, mi esposo es más ágil que él y esquiva con facilidad sus golpes.
Peggy pone los ojos en blanco, parece que todo le resulta un fastidio y se gira hacia mí con una de sus malditas sonrisas ensayadas y meticulosas, de esas que siempre le daba a la prensa cuando hablaba de la perfecta familia que éramos. Lo primero que pensé cuando la vi fue que debía correr, se me paralizó el cuerpo, me convertí en un ciervo a mitad del bosque, al que su instinto le dice que la hiena está por atacar, debía agachar la cabeza, pero no lo hice, reprimí el instinto y la miré directo a los ojos, retándola a atacar si se atrevía. Ya no era el ciervo, era el maldito lobo.
—¿Te apetece tomar el té con tu querida madre?
Sé que no tengo otra opción cuando la anciana de antes apunta con su arma hacia mí. Peggy señala hacia la casa y me obliga a seguirla, Mika intenta detenerme sujetándome por el brazo y niega con la cabeza, sus ojos muestran que está aterrorizado, intento tranquilizarlo con una sonrisa aunque no soy capaz ni siquiera de controlar el incesante golpeteo de mis oídos. No lo culpo por nada de esto, me alegra poder volver a verlo.
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Legado oscuro [1.0]
Misterio / SuspensoDespiadado, oscuro y escalofriante, Dante Volsoyosky es todo lo que podría catalogarse como un monstruo. Está sediento de venganza y obsesionado con destruir a todo aquel que interfiera con sus planes. Él no tiene debilidades, ni miedos. Él no nece...