Legado oscuro [1.0]

??⎟ ✶ El comienzo

We'll Meet Again. ★ Vera Lynn.

***

Un mes después...

Sentada frente al enorme ventanal de su oficina en el duodécimo piso de las instalaciones secretas de SSAM, cerca de la frontera de París, la Suprema revolvía las partículas de hierbas medicinales que había en su té con una pequeña cuchara de plata que había heredado de su madre.

Escuchó el sonido de la puerta al abrirse, no se molestó en girar su asiento, solo había una pregunta importa por hacer que le ayudaría a deshacerse del insomnio de los últimos días.

—Entonces... ¿Sí lo hiciste? ¿Tal como te lo pedí?

—Lo hice. Le dije que fue Volsoyosky quien lo mató.

La voz de Isaías Kasper resonó por entre las paredes.

Sonrió cuando pegó la orilla de la taza contra sus labios. Aquel hombre parecía capaz de vender hasta su alma con tal de salvar lo que quedaba de su legado y se sintió extrañamente identificada, ambos eran similares. Estaban dispuestos a hacer lo que fuera con tal de ganar.

—Hice lo que debía para proteger a mi hermana —se excusó Isaías, casi como si pudiera adivinar lo que ella pensaba—. Aunque ahora ella ya no quiere saber nada más de mí.

¿Qué clase de persona usaba a beneficio propio la muerte de alguien cercano con tal de tenerlo todo? Sorprendentemente, conocía a muchas personas de esa clase.

Dejó la taza sobre su escritorio y del cajón de hasta el fondo extrajo los papeles que había preparado con antelación para esa reunión. Entonces se giró a él, mirándolo por primera vez desde que habían hecho el trato y con una educada sonrisa, le tendió el contrato.

—No te estoy juzgando, Isaías. Tienes mi profunda gratitud. —Su sonrisa creció—. Y como prueba de ello, conseguí lo que me pediste.

Los ojos de aquel hombre brillaron más allá de las gafas, se ajustó la corbata y asintió con lentitud, incluso si su rostro permanecía sereno, ella sabía que Isaías se esforzaba por no sonreír.

—Oficialmente la empresa hotelera Kasper es tuya. —Estrechó su mano con formalidad—. Felicidades, ya eres el nuevo CEO y heredero único.

—¿El nuevo CEO? —Pareció saborear sus palabras—. Yo siempre debí ser el único desde el principio.