38⎟ ✶ Vendetta

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Dumb dumb. Mazie.
Blow My Brains Out. Tikkle Me.

***

Nicoletta.
Horas antes...

Dame una razón. Una sola razón para confiar en ti.

Escucho la interfería a través del teléfono mientras lo pego a mi oreja. Estoy sobre el techo de la casa, mirando hacia el horizonte la línea por donde el sol se ocultó hace solo tres horas mientras aún respiro el dulzor del remedio casero que unté en las heridas de Sara esta misma tarde. Ella no habla mucho, es tan tranquila y silenciosa que se convierte en un fantasma, pero no me tiene miedo a diferencia de Peggy.

Cuando se lo pregunté, Sara dijo que Peggy solía frecuentar a veces el hospital, la llegó a ver junto con el resto de las chicas que tenían encerradas. De ahí que se encoja cubriéndose el pecho cada que la ve. Hice lo que pude con las hierbas que encontré en el jardín y le hice una infusión para ayudarla a dormir, la ansiedad la carcome tanto que parece una sombra asustadiza por las noches.

¿Sigues ahí?

La voz de Kaizawo me trae de regreso a la realidad. Aprieto el teléfono con fuerza mientras me esfuerzo por no colgar. Esto es una mala idea.

—Hago esto por mi hermano, no por Dante.

Hago una mueca. Incluso pareciera que intento convencerme a mí misma.

—¿Te refieres al hombre que lo entregó? —Lo escucho bufar—. Eres una traidora, no me interesa aliarme contigo ahora que sé que estás cooperando con la inspectora.

—Sé lo que sucede cuando alguien delata a la mafia con la policía. Cazarán a Isaías y lo torturarán más allá de la muerte. No habrá sitio seguro para él.

Y aunque ahora mismo lo odio, no quiero verlo morir.

—Si te ayudo a sacar a Dante, perdonarán lo que mi hermano hizo. Esa es mi condición. No tienes manera de entrar ahí, pero yo sí. Mañana me reuniré con la inspectora en la sede principal de SSAM para que me interroguen, tendré acceso a su oficina principal porque mentí diciendo que las salas de interrogatorios me ponen nerviosa y como tengo información sumamente útil al ser su esposa, no se negó.

—¿Cómo sé que esto no es una trampa? Se supone que estás del lado de ellos.

—No lo sabes. Pero es tu decisión, dejas que Dante sea trasladado a la prisión de máxima seguridad y no vuelves a saber nada de él o aceptas mi ayuda.

Escucho el ruido de interferencia unos segundos, después emite lo que parece un suspiro.

—Y... Hay otra cosa. —Hago una mueca, no se supone que le pida ayuda porque va negarse, pero puedo intentarlo—. Necesito que me consigas una forma de salir ilegalmente del país.  

Al día siguiente, cuando Isaías y Peggy me llevan directo a la oficina de la inspectora, hago lo que Kaizawo me pidió. Le digo su nombre y el de los capos de la improvisada lista que medio por la noche para probar que tengo información. La única manera de hacer creer a un policía que estás de su lado es dandole justamente lo que quiere; la verdad.

La mujer no se separa en ningún instante de su escritorio, observo su teléfono llamándome como un señuelo, pero no puedo tocarlo mientras esté mirándome. Debo crear una distracción, obligarla a separarse de la mesa. Kaizawo fue claro, lo único que necesito es que poner el sensor unos segundos sobre la pantalla para que él pueda interferirlo, podrá robar su información, direcciones y los accesos clasificados de la sede para burlar a la seguridad.

Legado oscuro [1.0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora