El delirio mental me ha mantenido drogada desde ese beso que incluso pronuncio mal las palabras o noto que usé acondicionador en vez de shampoo cuando ya es muy tarde. Mi cabeza ha tenido un corto circuito porque no tengo ni idea de la clase de terreno inexplorado por el que estoy yendo, Dante tampoco, pero a diferencia mía no parece alterado.
Observo mi reflejo en un intento por apagar mis pensamientos. Tengo el pelo platinado atado en un chongo bajo decorado por un tocado con piedras blancas y diminutas hojas de cristales. El vestido blanco me cae pegado al cuerpo con un escote V. No es esponjoso ni aparatoso, pero algunas mariposas cosidas a mano decoran la parte de la cauda y los bordes del corset. Cuando le pedí a Marie conseguirme un vestido casual para el evento debí imaginar que escogería algo extravagante, aunque no me incomoda la ropa que llevo, con las mejillas sonrojadas y el collar de perlas sobre mi pecho, realmente me veo hermosa.
Isaías entra a la habitación con una actitud apacible, porque hemos acordado una tregua desde los últimos días. Lleva el cabello negro peinado con pulcritud y zapatos que relucen bajo la luz blanca. Mi sorpresa es evidente cuando a su lado está Mika, no suelta su teléfono y sus cejas pobladas se fruncen con severidad. Que vaya vestido con traje me hace saber que nuestro hermano mayor debió obligarlo.
—Eres una desconsiderada. —Sus labios se fruncen cuando corre hacia mí. Me sorprende que sus brazos me rodeen en un abrazo cálido cuando sé que él no tolera el contacto físico—. Dije que podías irte, pero al menos debiste despedirte.
—Lo siento. —Intento sonreír, pero las náuseas de todo el día no me lo permiten.
Es bueno ver que está bien y mantiene su actitud arisca. Me hubiese preocupado verlo decaído, con la cara pálida o sin ese brillo agresivo que caracteriza sus ojos. Miro a Isaías esperando una explicación, me conoce tan bien como para leer mi mente antes de que pregunte.
—Sé lo que pasó con el tío Bernat hace unos días. —Mika lo mira con curiosidad, es claro que él no lo sabe—. Buscó a madre para que le diera refugio un tiempo en casa de los abuelos, así que le pedí llevarme a Mika por unos días. No hubiera sido correcto dejarlo con ambos.
—Eh... ¿Hola? Sigo aquí, par de tontos. Si van a contar el chisme al menos háganlo bien.
—Esta conversación no es de tu incumbencia. —Isaías lo mira con severidad—. ¿No tenías un regalo para Colet?
Mika asiente de mala gana y extiende una bolsa negra que hasta apenas logro ver. Es pesada y apenas la abro, el olor a pintura nueva me golpea directo a la cara. Mis cejas se alzan cuando Mika se acomoda la corbata, sé cuánto aborrece las escenas sentimentales y esta sin duda lo es bastante.
—Tu sueño era aprender a pintar, pero en casa no podías hacerlo por tocar el piano. Sé que padre te lo prohibió. Ahora podrás.
Me suelto a llorar sin poder evitarlo, porque este regalo es la metáfora perfecta de mi libertad. Ahora puedo hacer cosas. Cosas que jamás hubiera podido hacer en casa. Solo entonces siento que mi espalda deja de doler, como si alguien acabara de quitar las piedras gigantes que me aplastaban hasta el fondo del océano, pudiera salir hacia la superficie y nadar a tierra firme. La daga que he tenido contra el cuello todos estos años está por desaparecer, algo que solo Dante ha hecho posible.
—Deja de llorar —ordena Mika mirándome mal—. Y si mencionas que he sido cursi te dejo de hablar.
Una risa escapa de mis labios en el momento en el que mis dos hermanos me rodean en un abrazo protector e íntimo, incluso si no lo dicen, sé con certeza que siente lo mismo que yo. Porque estar encadenada a la casa Kasper siempre fue más allá del maltrato físico, era soportar los desplantes de madre o agachar la cabeza ante las burlas de la tía Freya e inclusive aprender a transformarme en humo para pasar desapercibida entre las miradas de odio chispeante de mis primos. Era recordar que merecía ser odiada por los pecados de mi madre biológica.
![](https://img.wattpad.com/cover/358778402-288-k962444.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Legado oscuro [1.0]
Tajemnica / ThrillerDespiadado, oscuro y escalofriante, Dante Volsoyosky es todo lo que podría catalogarse como un monstruo. Está sediento de venganza y obsesionado con destruir a todo aquel que interfiera con sus planes. Él no tiene debilidades, ni miedos. Él no nece...