UNA MALA PALABRA = 20$

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ANDER

Me acerqué a ella y la besé. Al principio, fue un beso dulce y suave, lleno de ternura. Pero poco a poco, el beso se fue haciendo más intenso, más apasionado. Sentía la electricidad entre nosotros, como si el tiempo se detuviera y solo existiéramos nosotros dos en ese momento.

Mientras seguía con el beso, se puso encima de mí, y aprovechó para deslizar sus manos bajo mi camiseta de dormir, quitándomela de un tirón, seguida por mis pantalones y boxers. Ahora desnudo, me empujó suavemente, colocándose encima de mí, con una pierna a cada lado de mi cuerpo. Joder, me encanta verla así, dominando la situación.

Se quitó la camiseta grande que solía usar para dormir, quedando solo con su diminuto tanga.

—Me vuelves loco, amor...

Hada bajó su rostro hasta el hueco de mi cuello, dejando un rastro de besos mientras descendía por mi pecho y abdomen, hasta llegar a mi erección, que se metió en la boca sin dudarlo.

—Pocahontas, no sabes lo mucho que me gusta follarte la boca.

Mis palabras solo la incitaron a seguir, su lengua recorriendo todo mi tronco desde la base hasta la punta. Recogí su larga melena en una coleta improvisada, guiándola en la intensidad y profundidad, notando cómo la metía por completo en su boca.

—Joder, me vuelve loco verte así.

Ella levantó la vista hacia mí, sus ojos llenos de deseo, mientras seguía chupándomela.

—Verte así solo hace que te quiera follar muy duro.

Ella aumentó el ritmo, con su lengua y labios trabajando en perfecta armonía, llevándome al borde.

No pude más, la levanté suavemente y la giré, colocándola debajo de mí. Mis manos recorrieron su cuerpo, quitándole el tanga y revelando su humedad.

Empecé a besar sus tobillos, dejando un rastro de besos hasta llegar a ese delicioso coño que quería chupar y lamer hasta saciarme por completo de mi mujer.

Aunque sé que eso no va a pasar nunca, nunca podré saciarme de ella.

Mi lengua empezó a jugar entre sus piernas, lamiendo, chupando y succionando. Atrapé su clítoris entre mis labios para tirar de él suavemente, a lo que Hada soltó un gemido fuerte y puso una de sus manos en mi cabeza mientras con la otra se tocaba los pechos.

—Dios, cómo me excita ver cómo te vuelves loca cuando te chupo. Eso es, amor, tócate mientras te como el coño. —dije mientras metía dos dedos en su interior.

—No pares, por favor, sigue así. Me encanta cuando me haces esto... ¡Ander!

Verla en ese estado solo provocaba querer seguir chupándola hasta hacerla correrse en mi boca.

—Ander, amor... Oh joder, Ander, me voy a correr.

—Hazlo, Hada, córrete.

Hada se arqueó, sus gemidos llenando la habitación.

—Me encanta cómo te corres para mí. Eres mía, toda mía.

—Soy toda tuya, Ander...

Me incliné hacia adelante, besándola profundamente mientras aumentaba la intensidad de mis embestidas.

—No puedo esperar a follarte hasta que ninguno no podamos más.

—Eres todo lo que necesito...

La di vuelta, dejándola apoyada en sus manos y rodillas. Joder, una de las mejores vistas del mundo, porque ver a Hada en nuestra cama desnuda, tan caliente y mojada para mí, era todo un placer para la vista, y saber que solo yo la podía tener así y que solo yo podía estar dentro de ella era...

ERES MIA VAQUERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora