¿ERES FELIZ CONMIGO?

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ARES

Mientras nos reíamos, no podía evitar disfrutar de la situación. Hada estaba roja como un tomate, y Nora, con su inocente lógica infantil, había transformado un momento incómodo en algo simplemente difícil de olvidar. Me encantaba ver a Hada así, tan humana y vulnerable, aunque se me iba a costar caro después.

—Anda, Ander, cuéntanos más sobre esos juegos de médicos —dijo Erick, entre risas.

—¡Sí, y sobre la cigüeña! —añadió Matt, sin dejar de reír.

Yo solo pude reírme y encogerme de hombros, disfrutando del momento a pesar del bochorno de Hada. Desde luego, esta sería una anécdota que recordaríamos durante mucho tiempo.

Después de que las risas se calmaron y la conversación se desvió hacia otros temas, me quedé observando a Yaran, el padre de Hada. Él estaba sentado tranquilamente, disfrutando de su pizza y charlando con Erick sobre el rancho. Sabía que si quería averiguar más sobre Colt, él sería mi mejor fuente de información.

Me acerqué disimuladamente a Yaran, sirviéndome otro trozo de pizza y tomando asiento a su lado. Aproveché un momento en el que nadie más estaba prestando atención para abordar el tema que realmente me rondaba la cabeza.

—Oye, Yaran —dije con un tono casual—, parece que Colt se ha adaptado bien al rancho. 

Yaran me miró de reojo, como si estuviera midiendo mis intenciones. Finalmente, sonrió y asintió.

—Sí, Colt es un buen tipo —respondió—. Volvió hace un año más o menos, después de estar en Carolina del Norte. Se especializó en veterinaria y cuando Hada se fue a Los Ángeles, él ocupó su puesto aquí. Ha sido una gran ayuda para nosotros.

—Eso parece —dije, manteniendo la misma expresión neutral—. Hada no me había contado mucho sobre él, así que no tenía ni idea.

Yaran dejó su pizza en el plato y me miró más directamente, como si estuviera evaluando cada palabra que decía.

—Colt y Hada tienen historia juntos —dijo finalmente—. Fueron novios en el instituto. Pero ya sabes cómo son esas cosas, la vida sigue su curso. Cada uno tomó su camino.

Asentí, tratando de no dejar que se notara demasiado mi interés. Pero algo en mí seguía sintiendo la necesidad de obtener más información.

—Sí, entiendo —dije, tratando de sonar despreocupado—. Pero parece que volvieron a cruzarse después de tanto tiempo. El mundo es un pañuelo.

Yaran se encogió de hombros.

—El rancho es un lugar donde la gente suele regresar, tarde o temprano —dijo, con un tono de voz que sugería sabiduría y experiencia—. Colt es un buen hombre, y es muy apreciado aquí. Pero no tienes de qué preocuparte, Ander. Hada ha tomado sus decisiones, y tú formas parte de ellas.

Su comentario me pilló por sorpresa. ¿Tan evidente era mi incomodidad? Me esforcé en mantener la calma y sonreí, tratando de cambiar de tema rápidamente.

—No es eso, solo me ha sorprendido la familiaridad que tiene con Hada —dije, tratando de restarle importancia—. Pero es bueno saber que el rancho está en buenas manos.

Yaran me dio una palmada en el hombro, como si intentara tranquilizarme.

—No te preocupes, Ander. Lo que tienes con mi hija es sólido. Colt es parte del pasado, y ella está feliz contigo y con Derek. Solo asegúrate de siga siendo así, y todo irá bien.

Asentí, agradecido por sus palabras. Pero, a pesar de su tono tranquilizador, no podía sacudirme del todo el ligero malestar que Colt me provocaba. La conversación se desvió a temas más ligeros y, poco después, nos unimos al resto para seguir disfrutando de la noche.

ERES MIA VAQUERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora