¡____Harada ha decidido convertirse en una heroína!
Se mudará a una nueva ciudad para asistir a la academia de héroes. Lo que nunca imaginó es que su nuevo vecino sería también su compañero de clases, y además ¡comparten la misma pasión por los vid...
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El día pasó mucho más rápido de lo normal, no pude concentrarme en mucho de lo que decían los profesores. Recordaba que Aizawa nos dijo algo sobre un internado pero no mencionó muchos detalles.
Me sentía extraña, no podía dejar de pensar en lo de esta mañana. Me había gustado y me gustaría volver a hacerlo, pero la reacción del chico después de dejarlo en su cuarto no me dio una buena sensación. Quería hablar con él lo antes posible para aclarar mi mente.
Noté que Mina estuvo preocupada por mi durante el día. De vez en cuando me preguntaba si estaba bien, yo le decía que no se preocupará.
Apenas terminó la clase, me teletransporté a la residencia. Vi a Midoriya limpiar el living del primer piso.
---Hola, Harada-san. ¿Qué tal el día?--- me recibió con una sonrisa.
---Estuvo bien, hablaron sobre un internado o algo así. Lo siento Midoriya, hablábamos luego.--- sonreí un poco y subí las escaleras con rapidez. En el camino me encontré con el dueño de mis pensamientos.
---Nerd, tenemos que hablar.--- dijo firme, sujetando una escoba. ---Ven a mi habitación a las 21:00. Ahora tengo que limpiar esta mierda.--- dijo apuntando una mancha que se encontraba frente a la habitación de Mineta.
Asentí y continué mi camino por las escaleras. Al llegar a mi habitación me tiré en la cama. Cerré los ojos y con esperanza creé un escenario en mi imaginación. Era yo llegando a su habitación, él diría que yo siempre le gusté y me besaría. Luego iniciaríamos una bonita relación. Sonreí al imaginar esta escena, poco a poco caí dormida.
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Me despertaron unos golpes en mi puerta. Al abrir mis ojos y mirar a mi alrededor, me di cuenta que ya era de noche. Rápidamente me levanté para abrir la puerta. Para mi sorpresa, se trataba de Bakugo.
---Hola ¿Qué haces aquí? dijiste que nos viéramos a las 21:00--- le dije con notable confusión. El chico entró y cerré la puerta.
---Son las 22:30, nerd.--- encendí la luz y miré el reloj de mi pared. Tenía razón.
---Vaya, me quedé dormida. Lo siento.--- dije sentándome en la cama. El chico chasqueó la lengua.
---Como sea, quería hablarte sobre lo de esta mañana.--- dijo aún de pie. Un leve sonrojo se apoderó de mis mejillas. ---Mierda, no sé cómo empezar.--- desvió su mirada hacia mi pared mientras movía su pierna con ansiedad.
---Relájate, solo dilo.--- dije con una sonrisa recordando mi fantasía antes de dormir. El chico cerró los ojos.
---Verás... creo que no deberíamos seguir con esto.--- quedé petrificada ante sus palabras, intenté que mi cara no cambiará ante lo que acababa de decir. Él tenía el ceño ligeramente fruncido, volvió a chasquear la lengua. ---No es que no me haya gustado ni nada de eso... Lo que pasa es que me distraes.--- alcé la ceja ante lo último. ---Desde que me empecé a volver más cercano a ti, no puedo concentrarme solo en ser el mejor.--- seguía sin mirarme.
