Incertidumbre

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---Capítulo 33---

"Quédate conmigo hoy."

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Desperté en una camilla de hospital, tenía un vendaje en mi brazo. Asimile mi situación con bastante rapidez, sabía perfectamente lo que había pasado.

Al percatarme que no había nadie en la habitación me levanté y fui hacia la puerta. Cuando la abrí, Aizawa estaba por entrar. Por alguna razón, cuando me vio puso una cara de preocupación.

---Harada, vuelve a la camilla.--- dijo totalmente serio.

---Me encuentro bien ¿Qué pasó con los demás?---

---La misión fue un éxito. Logramos rescatar a la niña. La mayoría salimos bien, pero Sir Nighteye no lo logró.--- dijo agachando la cabeza, yo me sorprendí.

---Maldición...--- susurré.

---Y eso no es todo... Deberías volver a la camilla, los doctores deben revisarte.--- lo notaba con más solemne de lo normal. Algo estaba pasando.

---¿Por qué actúas así? ¿Qué pasa?--- dije sin moverme de mi lugar.

---A Mirio le dispararon... y perdió su Quirk.---

---Lo sé. Volverá en unos días ¿No?--- dirigió sus ojos hacia mí y frunció ligeramente el ceño.

---No, Harada. Perdió su Quirk. No parece que vaya a regresar.--- me quedé helada ante sus palabras y toque mi brazo.

---P-pero ustedes dijeron que...--- mis manos empezaron a temblar. Aizawa no me diría esto si no fuera en serio.

---Al parecer lograron completar el arma. Ahora su efectividad es total.--- lágrimas amenazaron con salir de mis ojos

---Te hicieron unos exámenes de sangre mientras estabas inconsciente, en unas horas sabremos si tu corres el mismo destino. Igualmente deben hacerte otro tipo de pruebas ahora.--- asentí en silencio y volví a la camilla en silencio.

Aizawa cerró la puerta, dejándome sola.

---Mierda, mierda, mierda. Se acabó.--- llevé las manos a mi cabeza, sujetando mi cabello con fuerza. Sentía el miedo expandirse por mi pecho, no sabía que iba a pasar ahora. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras respiraba con dificultad.

Volví a mirar a mi alrededor, la habitación seguía vacía, no había nadie a mi alrededor. Ni siquiera tenía mi celular conmigo para hablar con alguien. Quería que mis padres estuvieran aquí conmigo, quería que alguien me abrazara... Quería que Bakugo estuviera aquí.

Los doctores llegaron y me revisaron. Concordaron que todo lo demás en mi cuerpo estaba bien y me dijeron que mis resultados estarían en unas horas.

Después de que se fueran, Aizawa entró y se sentó en la silla para visitantes. Se mantuvo en silencio, con los ojos cerrados. Valoraba su compañía, pero me hubiera gustado que hablara conmigo.

El destino de los heroes (Bakugo Katsuki Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora