¡____Harada ha decidido convertirse en una heroína!
Se mudará a una nueva ciudad para asistir a la academia de héroes. Lo que nunca imaginó es que su nuevo vecino sería también su compañero de clases, y además ¡comparten la misma pasión por los vid...
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Hoy no llegué tan temprano como ayer, ya había algo de gente en el salón. Di un saludo general y simplemente llegué a mi asiento y recosté mi cabeza entre mis brazos.
Ayer papá cocinó una rica cena como premio al enterarse que quedé quinta en la prueba. Mientras comíamos, hicimos videollamada con mamá y aproveché de contarle todo mucho mejor. Nos dijo que llegaría este fin de semana a casa.
Un fuerte azoté en la puerta hizo que levantara la vista. Ví que era mi vecino, el que odia los árboles. Se acercó a su asiento frente a mi. Noté que me observaba mientras caminaba. Cuando llegó lo suficientemente cerca, abrió su boca.
---....Buenos días.---dijo muy bajo y se sentó. Hoy se acaba el mundo.
---Buenos días.--- le devolví el saludo sin dejar que se notara mi confusión. Volví a mi anterior posición.
Mientras avanzaba la hora, el salón se iba llenando. Algunas de las chicas se acercaban a mí para saludarme.
La clase empezó, era inglés. Era como en la escuela, muy normal. Después nos tocó la hora de la comida. Me levanté y fuí rápidamente al comedor.
Pedí un almuerzo normal junto con una manzana y me teletransporté a la azotea. No entiendo por qué este tipo de lugares siempre está vacío, es de lo más tranquilo para comer.
Empecé a comer mirando por la baranda mientras escuchaba mi música. El paisaje es mucho más amplio que en mi anterior ciudad. Inevitablemente me llegó el recuerdo de mi último día de escuela. Estaba concentrada recordándolo todo hasta que sentí como alguien me tocaba el hombro. Alterada, y pensando que me encontraba en una situación similar a la de mi recuerdo, rápidamente me giré y lancé un puñetazo al que lo hizo, tirando mi almuerzo en el proceso. Para mi vergüenza, no se trataba de alguien que me quisiera hacer daño.
---Ay no, lo lamento. De veras que lo siento.--- dije totalmente apenada al ver de quien se trataba, tocando la mejilla del chico pelirrojo de mi clase. Escuchaba unas risas al fondo, pero no podía pensar en nada aparte de lo que acababa de hacer.
---Tranquila, Harada-san. Lamento haberte asustado. Gracias a mi Don, soy bastante resistente.--- dio un pulgar arriba y me dedicó una sonrisa.
Yo seguía conmocionada por la situación, pero al ver que estaba bien, pude suspirar. Al mirar a mi alrededor, noté que había un grupo de chicos de mi clase. Eran cinco en total, entre ellos Ashido y ¿Bakugo?.
---Vaya golpe te llevaste, Kirishima.--- decía riendo aún el del rayo.
---Basta Kaminari-kun.--- Ashido le dio un codazo. Al chico pareció dolerle.
