¡____Harada ha decidido convertirse en una heroína!
Se mudará a una nueva ciudad para asistir a la academia de héroes. Lo que nunca imaginó es que su nuevo vecino sería también su compañero de clases, y además ¡comparten la misma pasión por los vid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▼▼▼
Unos días después, el profesor Aizawa vino a nuestra residencia. Nos dijo que debíamos asistir a la ceremonia de graduación de los de tercer año. Luego, tendríamos una charla sobre lo que se vendría en este año en nuestro nuevo salón.
Miré el reloj en la pared, eran las 8 A.M. Debíamos estar en el auditorio a las 9 A.M en punto.
Me volteé en la cama, quedando cara a cara con Katsuki. Justamente estaba despertando.
---Buenos días.--- sonreí. ---Iré a darme una ducha y ponerme el uniforme, ya vuelvo.--- me levanté y me teletransporté a mi cuarto. Esa noche habíamos estado en su habitación.
Era incomodo bañarse con el yeso, debía ponerle una bolsa para evitar que se mojara.
Cuando estuve seca, me puse el uniforme y volví a la habitación de Katsuki.
El chico tenía el pelo húmedo, también se había dado una ducha. Ladeé la cabeza al ver que tenía puesto el pantalón del uniforme, pero seguía usando la camiseta que usa para dormir. Además, aún estaba descalzo.
---¿Por qué traes puesta esa camiseta?--- dejé mi bolso en el piso.
---Tsk... Necesito ayuda para ponerme la puta camisa.--- sonaba avergonzado.
Me sentí tonta por preguntar lo último. Claramente no podía ponerse la camisa del uniforme solo, era mucho más difícil de poner que las camisetas que había estado usando estos días.
---Te ayudaré.--- tomé la camisa. Me sonrojé cuando empezó a quitarse la camiseta, mariposas revoloteaban en mi estómago mientras veía su torso desnudo.
---Si quieres voy sin camisa, se ve que te gusta.--- su irónico comentario hizo que volviera a la realidad. Mi sonrojo se hizo más grande.
---N-no digas esas cosas.--- me acerqué para pasar una de las mangas de la camisa por su brazo herido. Me aseguré de hacerlo con extremo cuidado.
Sentía mi corazón latir rápidamente, la cercanía con el chico semidesnudo me estaba afectando. Pasé una de mis manos por detrás de su espalda para tomar el otro extremo de la camisa. Él pasó su brazo funcional sin problemas, ahora solo faltaba abotonarla.
Dirigí mis manos al primer al primer botón, el que más cerca estaba del cuello.
---Hey, no la abroches desde tan arriba.--- tomó mi mano y la apoyó en su pecho, un poco más abajo. ---Parte desde ahí.--- asentí.
Mis manos fueron bajando cada vez que lo abotonaba. Mis dedos alcanzaban a rozar su pecho, sentía escalofríos cada vez que pasaba. No sé por qué esta situación me estaba pareciendo tan íntima.
