¡____Harada ha decidido convertirse en una heroína!
Se mudará a una nueva ciudad para asistir a la academia de héroes. Lo que nunca imaginó es que su nuevo vecino sería también su compañero de clases, y además ¡comparten la misma pasión por los vid...
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Pasó la semana y llegó el día de la escapada, era temprano por la mañana. Bakugo había traído su mochila en la noche, no quiso decirme que debía llevar yo, así que preparé mi bolso con mis cosas de siempre.
Anoche, durante la cena, fingí el inicio de un resfriado para que no pareciera raro que no fuera a salir de mi habitación en todo el día. Todos parecieron creerme, incluso me aconsejaron no levantarme de la cama.
Bakugo, por su parte...
---Mañana estaré entrenando en mi habitación todo el día. Si alguien se atreve a molestarme, lo mataré.--- hizo un gesto de cortar la garganta y subió las escaleras.
Negué con la cabeza recordando el momento, nada debería salir mal.
---Tsk, lo olvidaba.--- dijo mientras se ponía su mochila. ---El bastardo eléctrico sabe que saldremos, se lo dije por si los imbéciles ignoraban lo que dijimos y venían a meter sus horrendas caras por aquí.---
---Buena idea.--- asentí poniéndome mi bolso. ---Le compraré un regalo afuera entonces, para agradecerle por cubrirnos.---
---Tsk, ya vámonos.--- se acercó a mi.
Con algo de nervios, nos teletransporté a las afueras de las instalaciones. Mi alcancé se había expandido bastante, casi llegué a la calle que separaba los grandes territorios de la academia del resto de la ciudad.
---Date prisa.--- Bakugo caminó rápidamente en dirección a la estación de tren.
El camino fue muy largo, intenté sacarle pistas del lugar donde iríamos, pero era muy cuidadoso con lo que decía. De repente, se levantó del asiento, me tomó del brazo y nos acercó hasta la puerta. Me fijé en el cartel de la próxima estación.
---Así que... Kyoto.---
No conocía para nada esta ciudad, no tenía ni idea de que podríamos estar haciendo aquí.
Caminamos unos minutos por el lugar. Era bastante tranquilo, estaba rodeado de montañas. El clima estaba menos frío que los últimos días, incluso me dio un poco de calor.
---Iremos ahí.--- apuntó a una montaña.
---¿Haremos montañismo?--- pregunté con entusiasmo.
---No, ni cerca.--- sonrió y siguió caminando.
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Ya nos encontrábamos muy profundo dentro de la montaña. Era más como un bosque, aunque debía usar mi Quirk para atravesar lugares de difícil acceso.