Oficial Lorence

71 4 1
                                    

Nunca pensé que sería capaz de moverme dentro de una Línea Ley sin una escoba... pero pude hacerlo.

Se sentía raro. Era casi como ¿caminar sobre el aire?

Solo lo hice por unos segundos, ya que casi de inmediato fui acribillado por una cantidad inmensa de hechizos que venían por todas partes. Mi atacante lanzaba hechizos sin parar, y me dio la impresión de que eran mucho más fuertes de lo que deberían.

De repente, caí de cara contra el suelo. No estuve ni un minuto entero ahí dentro, pero el daño que me hizo fue muy elevado.

Me paré como pude, solo para recibir un puñetazo en el estómago. No caí al suelo, por poco.

Devolví el golpe con otro puñetazo a la cara, pero ese maldito gorila apenas se inmutó.

Mierda, es muy resistente.

Estuve a punto de lanzar un Uzumaki, pero el agarró mi brazo, impidiendo que pudiera hacer algo, y me conectó otro puñetazo al estómago. Intenté usar de nuevo el Uzumaki Corporal, pero no tenía suficiente energía como para eso. Es más, si lanzara ahora mismo un Uzumaki, no sería tan potente.

Él me soltó. Estuvo a punto de volver a cruzar sus brazos para, presumiblemente, volver a abrir una Línea Ley. Tenía que pensar un plan rápido. Lanzar un Uzumaki débil no me daría una victoria en este momento, y necesitaba deshacerme de él.

Un plan se me ocurrió. Aunque arriesgado, de funcionar valdría totalmente la pena.

El hechizo Accio, el cual cree hace no mucho inspirado en el de Harry Potter, funciona un poco diferente al original. Porque,esto es la vida, aquí la magia no es tan conveniente.

Primero necesito infundir una parte de mi energía mágica en el objeto al cual voy a atraer con el hechizo. El número de usos del hechizo con el mismo objeto depende de la cantidad de energía mágica puesta en este mismo, ya que esta energía se va gastando con cada uso.

¿Pero que pasaría si, en vez de usar el hechizo con un objeto, lo intentara con un ser vivo?

Corrí hacia mi oponente y estampé mi palma abierta contra su pecho, liberando una cantidad de mi energía mágica la cual se adhirió a él. Por un momento pareció esperar que algo pasara, pero al ver que nada cambió, me alejó con un puñetazo.

Apunté hacia el frente y lancé un Uzumaki. Calculé el tiro para que no lo golpeara de frente. Al no ser muy fuerte, con un simple hechizo de escudo se pudo proteger de la atracción del Uzumaki.

—Primero un hechizo inútil y luego esto —dijo mientras mantenía el escudo activo— ¿Acaso el elegido ya se oxidó por estar rodeado de todas esas brujas inútiles?

—No soy ningún elegido —dije con disgusto al escuchar como se refería a mí.

Levanté mi mano y grité:

—¡ACCIO!

Mi rival vino hacia mí, atraído por el hechizo. Por el repentino jalón, su hechizo de escudo se desactivó, lo que causó que el Uzumaki que con anterioridad había lanzado, empezara también a ejercer una fuerza de atracción, pero al lado contrario. La fuerza de atracción de ambos hechizos, causó que quedara suspendido en el aire.

Mantener el Uzumaki activo y en su lugar fue desgastante, por lo que después de esto, estaría muy agotado.

—Esto se acaba aquí.

Usando las pocas fuerzas que me quedaban, aumenté el tamaño del Uzumaki, lo que causó que la atracción que causaba fuese aún mayor. Todo esto dio como resultado que la persona atrapada en medio de los dos hechizos se partiera a la mitad.

El Primer, Único e Inigualable Brujo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora