CAPÍTULO 19

29 9 157
                                    

El consejo escolar estaba dando su presentación a la incorporación del nuevo director tras el fallecimiento de la antigua directora, Rocío Hernández.

Todos guardaron un minuto de silencio por la muerte y después el profesor Ribaul de educación física que también pertenecía al consejo dio una breve charla para homenajear a la fallecida.

Dejaron de lado su pérdida y presentaron a los nuevos miembros del consejo estudiantil. Dos alumnos de segundo curso de la ESO y las alumnas de bachillerato, Nuria Soler e Isa Vargas le dieron la bienvenida a los jóvenes.

El director dio su discurso para presentarse e imponer nuevas normas más estrictas para reprimir a los estudiantes más rebeldes y sin disimulo dirigió su vista a Isa, a pesar de que al director le molestaba que una estudiante como ella, que había visitado el despacho de dirección en varias ocasiones, perteneciera al consejo él no podía hacer nada porque Isa salió elegida por los estudiantes para ser la representante de ellos.

Bajo la distracción de todos prestando atención a la figura con más autoridad del instituto la pantalla que tenía detrás se encendió y apareció un mensaje de amenaza. «Te mataré» leyeron todos a la vez.

Las caras de sorpresa inundaron en la sala de la reunión y si bien no se sabía a quién se dirigía el mensaje, todo el mundo estaba aterrado menos Isa por su nula expresividad.

Reproducí el vídeo varias veces siempre viendo las mismas imágenes, no había nada sospechoso. Todos tenían miedo, así que tampoco supe para quién iba la amenaza.

Dudaba si fue un profesor o si fue un estudiante el responsable de dicho ataque cibernético, pero tenía la cierta sospecha de que fue un estudiante que estaba resentido con algún profesor.

A los profesores no podía investigar más allá de todo lo que le hicieron a algunos de La Academia, eran malos docentes sin más. Pero mis estudiantes aún seguían cabreados con ellos. Por lo menos entre los adolescentes pudieron empezar a relacionarse mejor, como si hubiera más complicidad. Esto parecía una guerra entre los seis profesores y mis diez alumnos.

La diferencia en esta batalla es que cada uno de los profesores tenían problemas con uno solo o dos estudiantes. Entre ellos no se culparían por tratar de cierto modo a algún alumno. Mientras que mis chicos, a pesar de tener todos el mismo deseo de ir a la universidad, entre ellos no cooperaban y en cualquier momento alguien podría dar una apuñalada por la espalda sin darme tiempo a descubrirle o que algún traidor lo impulse a hacerlo.

💫 💫 💫

ÁLEX ACOSTA

Todos los de la mesa se empezaron a impacientar porque mi novia no aparecía y la cena se estaba enfriando.

Mis padres estuvieron dos horas en la cocina para preparar un buen manjar porque les prometí que esta noche vendría Eda a cenar, yo se los iba a presentar y sobretodo para restregarselo en la cara a mi hermano por haberse estado burlando de mí en la vida.

Ahora podrían estar orgullosos de mí, aunque no sacara buenas notas sí tengo una novia. Y hablando de ella, le escribí varios mensajes para que se diera prisa.

Mi hermano aprovechó que ella estaba tardando mucho para culparme que me había inventado toda una farsa.

— ¿Tú eres gilipollas? — me levanté de mi asiento para encararlo — Espera y verás.

Cogí mi abrigo y salí afuera para visitar su casa. Quería saber qué estaba sucediendo porque los mensajes ni me los ha leído. Pasé por enfrente de la casa de mi vecina y la vi sentada en el suelo del porche de entrada comiéndose un trozo de pizza.

LA ACADEMIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora