CAPÍTULO 24

23 8 65
                                    

Esperé a la hora del patio para ir a la cafetería a esperarle en el sitio donde siempre solía aparecer para comprarse un buen almuerzo.

El hombre llegó a la barra y le pidió a la trabajadora que le pusiera una docena de churros con una taza de chocolate bien caliente además de un bocadillo de jamón ibérico con pimiento asado más huevo frito.

Minutos después recogió su pedido y se lo llevó a una mesa para disfrutar de su manjar a solas.

Yo pedí mi café con leche de siempre y compré unas galletas para acompañar. Cogí la taza y me senté a su lado, incomodandole con mi presencia aterradora.

— ¿Estudiar economía hace millonario a las personas? — pregunté con ironía — Si lo llego a saber estaría aquí disfrutando de una comida como la tuya en vez de una pobre tacita de café.

— Si quieres te doy un churro, profesora Palacios. — el profesor Cash evitó el tema.

— ¿O quizá debería haber estudiado cómo robarle dinero a un estudiante? — le miro fijamente a los ojos y muestro una sonrisa fingida.

— Y-yo, n-no le robé a Borja, te lo prometo. — se puso nervioso.

Me quedé atónita, él mismo se había delatado, no me hacía falta asustarle más. Así que extendí la mano y finalmente sacó el resto de billetes que le sobraron del pedido.

— Ahora le devolverás a mi estudiante los ciento cincuenta y siete euros que le faltan. — calculé más o menos la cantidad de dinero que le robó en total desde que empecé a vigilarle — Si no quieres que le diga a la policía que tú le robabas dinero a la ex directora Rocío Hernández.

— Está bien, no diga nada. — me suplicó.

Sonreí para mí misma, otro profesor caído y otro problema de un estudiante más solucionado.

El billete de veinte que me dio me los guardé en mi cartera, para futura manutención de mi cabello por si salen canas por culpa de estos diez rebeldes y así me lo pueda tintar.

El profesor Cash salió corriendo de la cafetería, así que me tomé mi café y me acabé su bocadillo aparte de los churros con chocolate. No sabía que así de gratis me iban a salir las cosas.

Cuando sonó el timbre, vibró mi móvil y vi que uno publicó un mensaje. Suspiré porque no quería que las canas me saliesen tan pronto cuando aún soy joven y soltera.

💫 💫 💫

BORJA CORONADO

Cris saltó para bloquear la pelota que lanzó Polo. Corrió por la banda derecha esquivando a Isa y le pasó la bola a Eloy. Este siguió hacia delante para llegar al campo contrario encontrándose de frente con Polo que había bajado para defender. Vio a su compañero de equipo libre y le devolvió el balón. Isa se abalanzó para robarlo, sin embargo, su mejor amigo le sujetó de la cara y la tiró fuertemente contra el suelo. Cris recuperó el equilibrio y recibió bien el pase de Eloy. Flexionó las rodillas para saltar y extendió los brazos descubriendo su abdomen al levantarse la camiseta. Me quedé embobado mirando su piel desnuda como si pudiera ver más abajo. Pero mi visión se vio tapada cuando Isa le dio un codazo en el estómago por haberla tirado y Eloy le revolvió el pelo para felicitarle por la canasta que metió.

— Isa, así no vamos a ganar. — Polo, a pesar de ser dos años menor que la bollera, tuvo la suficiente fuerza para apartarla de Cris que le estaba cogiendo del cuello.

— Eres un tramposo. — Isa le robó el balón a Cris para echar a correr hacia la canasta.

— Ni que fuera un partido profesional. — se excusó su amigo.

LA ACADEMIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora