CAPÍTULO 32

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Terminé de dar mi clase de tutoría con mis chicos y cogí mi preciado Seat Panda para ir a la oficina de mi jefe. Debo actualizarle el último problema que ha pasado recientemente, la amenaza del otro día del salón de actos hacia el usuario llamado @I'm_sexy. Por lo menos sabemos quién es la víctima.

He notado muy raro últimamente a los diez. Ya no parecen tener la misma energía de equipo que habían logrado en una semana. Seguro que se han amenazado los unos a los otros y por eso están peleados.

El más asustado que vi fue a Álex, desde que interrumpió su padre en el centro no ha hecho nada más que esconderse. El director prohibió la entrada del sujeto al igual que hizo con el padre de Ester, así que no debe de haber ningún problema. Sin embargo, nada huele bien.

Antes de que llegara a la oficina ya me llamó mi jefe. Qué impaciente es, encima que estoy a dos pasos de llegar donde me ve por los cristales y ya está viniendo hacia mí.

Todos los de alrededor se han levantado de sus asientos y se han subido de inmediato a los coches patrullas.

Mi jefe me dio las llaves de su coche para que condujera yo por mis increíbles habilidades de conducción y él hiciese de GPS sentándose en el asiento del copiloto. No me hizo falta preguntar qué ha pasado porque lo están gritando a los cuatro vientos. Hay que detener a todos los de la banda de gángsters, han asesinado a alguien. Si bien logramos detener a todos, se nos escapó uno.

💫 💫 💫

WILL MOHAMMED

Gasté toda la gomina del bote que había en el baño. Miré un tutorial para atarme la corbata y por último me puse la chaqueta del traje. Cogí el ramo de flores y salí del dormitorio.

Menos mal que hoy no llueve o si no habría arruinado mi cita. El día de la graduación utilizaré el mismo traje para recordar el día de hoy. Mi novia debe de estar impacientemente esperándome en la puerta del instituto.

Bajé deprisa las escaleras y crucé el pasillo sorprendiendo a todos los de mi alrededor por mi elegancia, incluso le robé la colonia a Izan para echarme un poquito.

La vi parada frente a conserjería. Ella lucía más hermosa de lo habitual. De por sí ya era blanca como la leche, su vestido color crema la hacía verse mucho más blanca. Parecía estar vestida como una novia en su boda y yo con lo elegante que me puse no me quedo atrás.

Noté su maquillaje natural y el peinado que se hizo. Tomó los dos mechones de delante y los trenzó hacia atrás. Además, tenía una flor de decoración a un lado del cabello. Aproveché su distracción y le tapé la vista poniendo el ramo de flores delante de su cara.

— Cookies, aquí está tu Crumbl. — me arrodillé en el suelo para ofrecerle el ramo.

Al escuchar mi voz de inmediato fijó sus ojos en mí.

— ¿Puedo ser tu novio oficialmente? — le besé el dorso de la mano.

— No me jodas que eres tú. — dio un paso hacia atrás.

— ¿Qué pasa, Mei? — me levanté enseguida por si le estaba incomodando demasiado afecto amoroso — ¿Las rosas no son tus flores favoritas? Si me dijiste que lo eran el primer día que nos escribimos. ¿No te gusta mi peinado? Me lo cambio. ¿O es mi traje que está feo? Puedo ponerme otro.

— ¿Cómo que eres tú? — retrocedió otro paso.

Su rechazo me estaba doliendo.

— Mei, sé que he sido un gilipollas contigo durante todo el curso. — admití — Pero me has hecho cambiar de persona. Gracias a ti he intentado convertirme en mi mejor versión para darte lo mejor porque estoy muy enamorado de ti. No me porté bien contigo y ahora quiero hacer las cosas bien. ¿Así que puedo ser tu novio?

— No, ni de coña. — negó enseguida — Joder, de todas las personas del mundo tenías que ser tú. Will, olvídate de mí. Ya no me escribas nunca más. No puedo creerme nada, de verdad.

Tiró mi ramo de flores al suelo y huyó corriendo a pesar de ir en tacones, esa habilidad suya me enamoró más. Pero un pedazo de mi corazón se rompió. ¿Lo hice todo mal para que me rechazara?

El ramo de flores incluso me dejó de importar cuando recibí un mensaje urgente de mi madre suplicándome que fuese de inmediato a casa.

El conserje no estaba donde tenía que estar vigilando la puerta. Así que salí corriendo, justamente cuando empezó a llover y despeinó mi cabello que tardé una eternidad en hacerme el look gastándome mucho tiempo del patio. La lluvia estaba estropeando mi traje y mis zapatos de cuero, hasta me dificultaban correr.

No hizo falta que llegara a mi casa para enterarme de que ya no tenía casa. Mamá me envió una foto de lo que quedó.

Estaba completamente destrozada. Los cristales de las ventanas rotas, la puerta destrozada en pedazos, las paredes agrietadas además de agujereadas y dibujos de pollas con spray por todos lados.

Recibí una llamada entrante de mi padre y me explicó entre lágrimas que cuando ellos estaban comiendo tranquilamente en el comedor alguien de repente los atacó a balazos y piedras. Sólo mi hermano pequeño quedó herido porque una bala le alcanzó una pierna y ahora están con él en el hospital.

No tuve ni que ir a enfrentarles, ellos mismos aparecieron frente a mí, los seis llegaron en la moto con un arma con ellos, desde martillos y sierras hasta una pistola.

— Qué elegante vas para volver a reunirte con nosotros. — se burló el que llevaba la pistola, el único que me preocupaba porque me podía disparar sin tener que moverse.

Entonces me di cuenta de algo. A ellos nunca les dije dónde vivía, por tanto no deberían de saber que esa era mi casa.

— ¿Quién os ha dado mi dirección?

El que sujetaba la sierra encendió su móvil y me enseñó el mensaje de la persona que les dio la calle de mi casa. El usuario era @I'm_sexy.

— Ya te advertimos, Will. — habló de nuevo el de la pistola — Nadie vive mejor que nadie. Si alguien vive debajo de un puente, entonces todos vivimos debajo de un puente. Nadie vive mejor que nadie.

— Joder, yo ya había dejado la banda. — me quejé.

Maldita Isa, esa traidora lo pagará caro por darles la dirección de mi casa. Esto no se va a quedar así.

Vi que quien más mandaba en la banda de gángsters levantó la pistola. Me va a matar.

Salí corriendo aunque el traje no me lo permitiese, aunque se arrugasen mis zapatos de cuero y aunque los charcos del suelo ensuciasen mis pantalones.

Intenté huir como pude cuando sentí un golpe fuerte en mi muslo derecho. Caí al suelo y vi cómo la sangre empezaba a mezclarse con el agua de la lluvia.

Giré la cabeza hacia atrás y vi a los seis acercarse con toda la tranquilidad. Yo no puedo morir, tengo que sacar adelante a mi familia, ya no los odio, incluso serviría agusto como un esclavo a mi hermano y trabajaría en la peluquería de mi padre o volvería a escuchar el rechazo de Mei. Aún tengo que dejarle a Noa ser la primera en estrenar mi videojuego.

No quiero morir. Estiré mis brazos e intenté arrastrarme por el húmedo suelo de la carretera para huir de ellos. Escuché cerca las sirenas de la policía, estoy a salvo. No pude ver a la policía bajar de sus patrullas. Todos mis sentidos dejaron de funcionar cuando sentí otro balazo en mi cabeza.

NOTA DE LA AUTORA:
¿No os caía mal Will? Bueno, aún quedan nueve estudiantes, no os preocupéis.
¿Alguna teoría o sospecha?
Gracias por leer, cuídense, chauu <33

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