Capítulo 18 : Enfrentamiento en la Farmacia

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La risa llenaba el aire en la farmacia mientras Katie y yo nos divertíamos a costa de Maggie y Gleen. La escena que acabábamos de presenciar en el pasillo nos daba motivos suficientes para bromear sobre ellos. Sin embargo, la diversión se esfumó en un instante cuando la puerta se abrió de golpe.

Un hombre con aspecto desaliñado y una pistola en la mano entró a la tienda. Su mirada estaba llena de desesperación y furia. Nos apuntó con la pistola, y la atmósfera cambió de alegre a tensa de inmediato.

-¡Oigan!-gritó con voz rasposa y temblorosa.

-¡Dame algo de comer! ¡Tengo hambre!

Nos quedamos paralizados. Maggie y Gleen se apartaron rápidamente, su miedo era palpable. Mi mochila, que contenía los dulces que había guardado para Carl, se convirtió en el centro de la atención del hombre.

-¡Ábrela!-ordenó con tono autoritario. No había otra opción, así que abrí la mochila lentamente, mostrando los dulces.

-¡Dámelos, niño!- rugió. Su mirada se fijó en los dulces, pero su tono no era amistoso. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda.

-¿Y qué vas a hacer si no te los doy?- desafié, intentando ocultar mi creciente preocupación. Maggie se acercó, su rostro lleno de pánico.

-¡Thomas, no seas tonto! ¡Tiene una pistola!-exclamó, su voz temblando. El hombre se giró hacia ella con una mirada de enojo aún mayor.

-¿A quién debería matar primero, niño estúpido? ¿A ti, a la pelinegra, al chino o a la chica de pelo corto?- La amenaza era clara y su tono era frío.

Vi a Gleen, con su cabello oscuro y su cara pálida, temblar de miedo. Katie se había quedado cerca de la pared, observando la escena con ojos aterrorizados. Sabía que tenía que hacer algo rápido. No podíamos quedarnos de brazos cruzados.

-Está bien, te daré los dulces,- dije, intentando sonar más calmado de lo que me sentía.

-Déjame sacarlos de la mochila.

Me agaché lentamente, dándole la espalda al hombre para ocultar mis movimientos. La adrenalina corría por mis venas mientras sacaba mi cuchilla del cinturón, la cual había guardado para emergencias. Con movimientos rápidos, me preparé para la acción.

Me levanté de nuevo y, con un movimiento decidido, lancé la cuchilla hacia el hombre. El acero brilló brevemente antes de clavarse en su ojo. El hombre dejó escapar un grito ahogado y cayó al suelo, la pistola se esparció a su lado.

El caos se detuvo de golpe. El silencio que siguió fue ensordecedor. Vi a Maggie, Gleen y Katie respirar con dificultad, el alivio mezclado con miedo en sus rostros. Katie se acercó lentamente, su voz apenas un susurro.

-Thomas… ¿estás bien?

Asentí lentamente, mi corazón todavía acelerado. "Sí, estoy bien. Pero necesitamos salir de aquí antes de que algo peor suceda."

Tomé los dulces de la mochila y, con el grupo a mi lado, nos dirigimos hacia la salida de la farmacia. Mientras cruzábamos el umbral, la realidad de lo que acabábamos de enfrentar se asentaba en nosotros. Habíamos sobrevivido a una amenaza directa, pero sabíamos que el peligro estaba lejos de haber terminado.

Nos montamos en los caballos que habíamos encontrado en el granero. El sol comenzaba a bajar en el horizonte, pintando el cielo con tonos anaranjados y dorados. Los animales parecían calmados y tranquilos, un alivio después del caos que habíamos vivido en la farmacia.

Katie, Maggie y Gleen se acomodaban en sus respectivos caballos mientras yo subía al mío. La sensación de estar a lomos de un caballo me devolvía una pizca de normalidad en medio de todo el caos que habíamos enfrentado.

Miré a mis amigos y, con una sonrisa que intentaba ocultar el cansancio, dije:

-¡Vaya día más divertido, no creen chicos?

Katie me lanzó una mirada curiosa desde su montura. Maggie esbozó una sonrisa que no podía esconder completamente el miedo en sus ojos, pero parecía aliviada. Gleen, sin embargo, parecía asombrado, su mirada fija en mí con una mezcla de admiración y incredulidad.

-Thomas, ¿cómo haces eso?"-preguntó Gleen, su voz llena de asombro.

- Fue increíble lo que hiciste en la farmacia. No sé cómo te atreviste a enfrentarlo así.

Me reí suavemente, intentando mantener el tono ligero.

-No fue exactamente un paseo en el parque, pero a veces tienes que actuar rápido. En ese momento, sabía que si no hacía algo, las cosas podrían empeorar.

Gleen asentía, todavía sorprendido.

-No puedo creer que hayas tenido el valor de hacerlo. ¿Cómo supiste que funcionaría?

Miré hacia el horizonte, sintiendo el viento en mi cara mientras pensaba en cómo expresar lo que sentía.

-No sabía si funcionaría, pero en ese tipo de situaciones, la duda puede ser peligrosa. A veces, tienes que confiar en tus instintos y seguir adelante, sin importar cuán arriesgado parezca.

Katie, que había estado escuchando, añadió: "

-Estoy solo agradecida de que salimos de eso con vida. Pero definitivamente, Thomas, eres un verdadero héroe."

Me encogí de hombros, manteniendo la sonrisa.

-No soy un héroe. Solo alguien que trató de hacer lo correcto en el momento adecuado.Ademas hay peores cosas como los zombies qué ese hombre

Llegamos de nuevo al rancho Maggie es recibida por su papá y Gleen le da algo Lori Katie se ve a hablar con la hermana pequeña de Maggie Beth así que yo me voy hacia el cuarto a ver a Carl

Lo veo dormiendo así que me siento a la par de el

-Hola Thomas - dice Carl

-Ay no estabas dormido - digo

-crees que encuentren a Sofía - esa pregunta me agarró por sorpresa

-um no lo se Carl espero que si en el fondo se que lo haremos - digo con esperanza

-no tienes que perder la esperanza tu tampoco de que la encontraremos - digo

-ah mira lo que te traje - le enseñó la mochila con dulces veo que su rostro se ilumina hasta que entra Gleen

-tienes que agradecerle casi nos matan por que Thomas defendió tus dulces a capa y espada hasta dejó a un hombre sin ojo - dice Gleen y veo que Carl se mira sorprendido y luego sonríe ante las ocurrencias  de Gleen

Gracias por las 300 lecturas




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