No presté atención a las palabras de los demás mientras nos congregábamos alrededor del cuerpo de Dave. La realidad de lo que había ocurrido pesaba en mi pecho, y el murmullo de lamentos y recuerdos se convirtió en un ruido lejano, como si estuviera atrapado bajo el agua. Solo podía pensar en la imagen de su sufrimiento, en el momento en que apreté el gatillo.
El rostro de Andrea, desgarrado por la tristeza, se fundía con los gritos de los demás. La culpa me envolvía como una sombra. Debería haber hecho más, haber encontrado otra solución. Pero en ese instante, mis pensamientos se interrumpieron cuando vi a Carl.
Lo vi allí, con la mirada perdida, las lágrimas corriendo por sus mejillas. La tristeza en su rostro me golpeó con fuerza, y de repente, el caos a mi alrededor se desvaneció. No podía dejar que se sintiera solo en su dolor. Me acerqué, dejando que el resto del mundo se desvaneciera mientras tomaba su mano.
—Carl… —dije, mi voz apenas un susurro.
Él me miró, la vulnerabilidad en sus ojos era palpable. Sin pensarlo, lo abracé, rodeándolo con mis brazos, deseando poder aliviar su dolor aunque solo fuera un poco. Sentí cómo su cuerpo se hundía en mí, su llanto desatándose mientras trataba de contener su tristeza.
—No debió pasar… —murmuró entre sollozos.
—Lo sé, lo sé. —Respondí, sintiendo que mis propias emociones se agolpaban en mi garganta. En ese momento, era como si el resto del grupo no existiera; solo éramos Carl y yo
El abrazo se hizo más fuerte, como si de alguna manera intentáramos aferrarnos a lo que quedaba de nuestra humanidad en medio de todo el horror. Mientras sus lágrimas empapaban mi camiseta, sentí una conexión profunda con él, una promesa silenciosa de que no estaba solo en esto.
—Siempre estaré aquí, Carl. —Le aseguré, mi voz firme aunque temblorosa.
Y aunque las palabras eran insuficientes, eran lo único que podía ofrecerle en ese instante de desesperación. Sabía que este momento marcaría un antes y un después en nuestras vidas, y que, de alguna manera, tendríamos que seguir adelante, por Dave y por nosotros mismos.
No dije nada mientras caminábamos hacia la casa, el peso del dolor aún en nuestros hombros. Carl caminaba a mi lado, su expresión era una mezcla de tristeza y culpa. Entonces, se detuvo y me miró con seriedad.
—Thomas, si te digo algo, prometes no decírselo a mis papás, ¿verdad? —su voz temblaba.
Asentí, sintiéndome curioso y preocupado al mismo tiempo.
Carl sacó algo de su bolsillo y, al abrir su mano, vi una pistola. —Es de Daryl. Creo que es mi culpa que Dave esté muerto.
Mi corazón se hundió. —No, Carl, lo mordió un caminante.
—No… Yo vi a ese caminante. Iba a dispararle. Estaba atascado en el lodo. Le tiré piedras para distraerlo, pero se soltó. Si lo hubiera matado, Dave seguiría vivo.
El dolor en su voz me atravesó. Tomé sus manos, tratando de ofrecer consuelo. —Carl, termina con eso, ¿quieres? No es tu culpa. Este mundo es así. Nunca sabemos cuándo nos puede pasar a nosotros.
Vi cómo su mirada se nublaba. Necesitaba que entendiera. Puse mis manos en sus mejillas, forzándolo a mirarme a los ojos. —No fue tu culpa. No puedes cargar con esto. A veces, aunque hagamos todo lo posible, el mundo sigue siendo cruel.
Las lágrimas empezaron a brotar de nuevo en sus ojos. —Tienes que aprender a dejarlo ir. Lo que pasó fue una tragedia. Pero no puedes perderte a ti mismo en el proceso.
Carl asintió lentamente, aunque el dolor seguía en su rostro. Sabía que estas palabras no borrarían lo que había sucedido, pero era un paso hacia la aceptación. La vida seguía, y teníamos que enfrentarlo juntos.
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Love in the Apocalypse
HorrorEn un mundo devastado por el apocalipsis zombie, Thomas ha logrado sobrevivir escondido en un bunker, alejado del caos que azota la tierra. Sin embargo, su vida cambia drásticamente cuando Rick Grimes entra en el bunker qué también estaba escondido...