𝟏𝟖

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—¡Nos abriremos paso hasta Barbanegra!—gritó Luffy, sus ojos ardiendo con determinación mientras su cuerpo comenzaba a cubrirse con el resplandor del Gear Fourth—. ¡No nos detendrán!

Zoro ya había desenvainado sus tres espadas, sus músculos tensos como un depredador listo para atacar. Con una sonrisa de acero, miró a los piratas que se amontonaban frente a ellos.

—No importa cuántos vengan—murmuró, la emoción de la batalla brillando en sus ojos—. ¡Los cortaré a todos!

Sanji, siempre elegante, soltó una patada que desintegró el primer grupo de enemigos que se abalanzó sobre él, enviándolos volando por los aires. Su cigarrillo brillaba con la misma intensidad que sus ojos llenos de furia.

—Si te atreves a ponerte en nuestro camino—dijo, mientras ajustaba su corbata—. No esperes piedad

Desde la costa, el resto de la tripulación luchaba para proteger el Sunny y mantener la ofensiva. Usopp, con su precisión mortal, disparaba proyectiles desde el barco, derribando a los piratas que se acercaban. Chopper, en su forma Heavy Point, se enfrentaba a los enemigos que intentaban bordear las defensas.

—¡No dejaremos que toquen el Sunny!—gritó Franky mientras disparaba sus cañones—. ¡Vamos a hacer trizas a estos tipos!

Nami, desde su posición en el timón, utilizaba el Clima Tact para crear ráfagas de viento que dispersaban a los enemigos, manteniéndolos a raya. Brook, con su espada de hielo, luchaba junto a ella, riendo entre sus ataques.

—¡Qué batalla tan divertida!—rió Brook, haciendo girar su espada—. ¡Aunque no puedo evitar sentir un poco de frío en los huesos, y eso que no tengo! ¡Yohohohoho!

El caos en la isla se intensificaba a medida que los Sombrero de Paja avanzaban hacia el corazón de Hachinosu. Luffy, impulsado por su ira y determinación, no tenía tiempo para detenerse. Golpeaba a los enemigos con una velocidad brutal, derribando a cualquiera que se interpusiera en su camino.

—¡Law, resiste un poco más!—gritó mientras enviaba a varios piratas volando con un "Kong Gun".

Desde lo alto de una colina cercana, Barbanegra observaba los movimientos de Luffy y su tripulación con una risa estruendosa.

—¡Zehahahaha! ¡Así que Sombrero de Paja ha venido a salvar a su pequeño aliado!—su voz retumbaba como un trueno—. ¡Estaba esperando este momento! ¡Vamos a ver si tienes lo necesario para enfrentarme!

A su lado, algunos de sus comandantes se preparaban para la batalla. Shiryu de la Lluvia, con su mirada asesina, envainaba su espada, listo para desatar su mortalidad. Catarina Devon, con su sonrisa cruel, se deleitaba con la perspectiva de capturar más trofeos. Y Van Augur, con su rifle apuntando hacia Luffy, esperaba la orden para atacar.

—Deja que se acerquen un poco más—dijo Barbanegra, sus ojos llenos de malicia—. ¡Quiero ver la desesperación en sus rostros antes de aplastarlos!

Mientras Luffy y su grupo se acercaban a la fortaleza central de la isla, la presión aumentaba. Los piratas de Barbanegra eran más numerosos y feroces de lo que habían anticipado, pero Luffy no mostraba señales de detenerse. Con cada golpe, su ira crecía, alimentada por el temor de que Law pudiera estar herido o peor.

—¡No vamos a perder!—gritó Luffy, mientras su puño recubierto de Haki destruía una torre defensiva—. ¡¡No esta vez!!

Zoro y Sanji luchaban a su lado, protegiendo a su capitán de los ataques que llegaban desde todas direcciones. Sanji giraba en el aire, sus patadas devastadoras creando ondas de choque, mientras Zoro cortaba el acero y la carne con una precisión letal.

EL HARÉN DEL REY:  𝙴𝙻 𝙸𝙽𝙸𝙲𝙸𝙾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora