Law seguía caminando en círculos, como si su propio cuerpo no pudiera soportar la desesperación que lo consumía por dentro. Cada paso, cada minuto sin noticias, lo sentía como una sentencia. El tiempo parecía retorcerse a su alrededor, estirándose cruelmente mientras él permanecía atrapado en un limbo insoportable.
Tres horas.
Garp había salido hacía ya un rato, mencionando con una voz cansada y grave que Luffy seguía en estado crítico, que trataban de estabilizarlo. Le hablaron de transfusiones, de medidas desesperadas... Pero nada parecía ser suficiente. Law no entendía. No podía entender cómo alguien como Luffy, tan fuerte, tan lleno de vida, se encontraba ahora entre la vida y la muerte.
Cuando la puerta finalmente se abrió y Chopper apareció, la tensión en el aire se hizo tan densa que le costaba respirar. La mirada del joven médico estaba cargada de tristeza y preocupación. Garp entró a la sala desesperado, dejando a Law con el corazón en un puño. Intentó avanzar, pero Bepo lo sujetó con firmeza.
—Tranquilo, alteza—murmuró su amigo con voz suave, aunque él mismo estaba visiblemente preocupado. Carrot, a su lado, no dejaba de retorcer las manos.
—¡Bepo, déjame! ¡Tengo que saber qué está pasando!—gruñó Law, pero su amigo no lo soltó.
Pasaron unos minutos, tan largos que parecían siglos, hasta que Chopper se acercó a él con pasos lentos y el rostro nublado por las lágrimas que intentaba contener. El pequeño sombrero rosa parecía fuera de lugar en una escena tan devastadora. Se detuvo frente a él y colocó una mano temblorosa en su hombro.
—Esto es importante—dijo Chopper, con la voz entrecortada—. Tenemos que hablar
Law se quedó helado. Sintió un frío desgarrador que le calaba los huesos. Sin decir una palabra, lo siguió. Cada paso que daba detrás de Chopper hacia su oficina retumbaba en su mente, como un eco interminable. El corazón le latía con tanta fuerza que apenas podía escuchar nada más.
Una vez dentro, la atmósfera del pequeño consultorio se sintió asfixiante. Era un espacio que solía tener vida: El escritorio lleno de papeles, los estantes con medicamentos y el olor a desinfectante, pero ahora todo estaba impregnado de algo oscuro y opresivo. Chopper, con la mirada baja, se apoyó en su escritorio, respirando hondo, como si necesitara reunir todo su valor para decir lo que venía.
—¿Qué pasa con él?—la voz de Law salió rota, nerviosa. Era como si sus cuerdas vocales apenas respondieran—. ¿Está bien? ¿Se pondrá bien?
Chopper levantó la mirada, y lo que Law vio en sus ojos hizo que algo en su interior se rompiera. Lágrimas silenciosas empezaban a brotar de los ojos del joven médico.
—Law...—murmuró con un hilo de voz—. ¿Sabes que Luffy es un alfa dominante, no?
Law frunció el ceño, asintiendo lentamente. Era consciente de lo que eso significaba, pero no entendía qué tenía que ver con la situación actual. Chopper tomó aire, tembloroso, antes de continuar.
—Lo que está pasando es... Es que Luffy está muriendo—la voz de Chopper se quebró en la última palabra, y Law sintió cómo el piso se desmoronaba bajo sus pies—. Está muriendo de tristeza
El silencio que siguió fue ensordecedor. Law sintió cómo su cuerpo se petrificaba, como si todas sus fuerzas lo abandonaran de golpe.
—No—murmuró, apenas audible—. ¿Cómo que muriendo? Eso no puede ser...
—Su parte alfa está herida—prosiguió Chopper, intentando contener el temblor de su voz—. Está resentida por el rechazo de su pareja... Por tú rechazo, Law. Ambos lados están luchando, pero no pueden soportarlo

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EL HARÉN DEL REY: 𝙴𝙻 𝙸𝙽𝙸𝙲𝙸𝙾
Fiksi PenggemarTrafalgar Law se ve arrastrado a un destino cruel y despiadado, intercambiado como una mercancía en un oscuro pacto para convertirse en el concubino del pirata más poderoso de todo East Blue. Su libertad, su voluntad, todo sacrificado en un juego re...