Law se frotó la cabeza, aún aturdido, con los cabellos desordenados y el traje de la noche anterior aún intacto sobre su cuerpo. Miró a su lado: la cama estaba fría y sin rastros de haber sido ocupada. Luffy no había dormido con él, ni lo había tocado. Solo había quitado la tela sobrante de su alrededor y lo había dejado allí, vestido y solo. Se quitó la chaqueta con movimientos bruscos y se dirigió al baño, donde el agua helada de la ducha le golpeó la piel, arrancándole un gemido. Sabía lo que le esperaba al salir; las miradas inquisitivas, las preguntas veladas, los comentarios mordaces. Ya podía escucharlos.
Se secó rápidamente y comenzó a vestirse. Mientras se abrochaba los pantalones, sintió una presencia detrás de él. No necesitaba voltear para saber quién era, pero lo hizo de todos modos. Sus ojos se encontraron con los de su tío, y en el instante en que reconoció la mirada cruel en su rostro, ya sabía lo que venía. No se inmutó cuando sintió la mano de su tío girarlo.
—Veo que el mocoso no hizo un desastre contigo, no veo ni una marca en ti. ¿Acaso no le gustaste?—Su risa resonó en la habitación, fría y burlona—. Supongo que un omega tan tosco como tú no es de su gusto. Deberías ser más... seductor. Como una perrita en celo
Law sintió un fuego arder en su interior. Las palabras de su tío eran como cuchillas afiladas, pero él no les permitiría cortarlo.
—No lo olvides, Law—se acercó a su oido—voy a matarte si me decepcionas.
Law lo miró fijamente, sus labios se curvaron en una mueca de desprecio.
—Solo hazlo—. Murmuró
—Alístate y ven a desayunar con nosotros—dijo, saliendo de la habitación con un portazo que hizo retumbar las paredes.
Law permaneció inmóvil por un instante. Cerró los ojos y respiró hondo, tratando de calmarse, pero la ira seguía ardiendo como un fuego inextinguible. Sabía que el día apenas comenzaba y que no tendría tregua. Terminaría de vestirse, fingiría indiferencia, pero por dentro, cada palabra se quedaría grabado como una herida más en su alma ya cicatrizada.
Salió de la habitación ya vestido. Afuera, Bepo lo esperaba junto a otros guardias y lo escoltaron a una terraza bañada por la luz del sol, donde su recién nombrado "esposo" comía vorazmente, como si quisiera acabar con todo a su paso. A un lado de Luffy, Violet sonreía, y Dragon ocupaba otra silla, dejando el asiento vacío a la derecha de Luffy, claramente reservado para él.
—Buenos días—lo saludó Violet mientras le extendía una taza de café recién hecho.
Law aceptó la taza sin decir palabra y tomó un sorbo. El mesero apareció casi al instante con un omelette humeante y cubiertos pulidos, dejándolos frente a él.
—Hoy partiremos hacia East Blue. No te preocupes por tus pertenencias, alteza. Serán entregadas mañana—anunció Dragon, su voz grave pero serena mientras daba un sorbo a su copa de vino.
—¿Tan rápido?—Doflamingo no parecía muy contento.
—Es fundamental que el nuevo esposo y rey de East Blue conozca a su gente y se integre rápidamente
—Tienes razón—aceptó Doflamingo—. No queremos dar una mala imagen, ¿Verdad?
Law se limitó a asentir y a seguir comiendo, prefiriendo mantenerse al margen de aquella conversación.
...
Cuando finalmente subió al barco, acompañado de algunos de los suyos, un inesperado alivio se instaló en su pecho. Sentía el aire marino golpear su rostro, refrescando sus pensamientos. La tripulación de Luffy se movía de un lado a otro, ocupados con sus tareas. Law se acercó a la barandilla y miró el vasto océano ante él, tan inmenso y majestuoso. Sus pensamientos navegaban con las olas, lejos de ese lugar.

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EL HARÉN DEL REY: 𝙴𝙻 𝙸𝙽𝙸𝙲𝙸𝙾
Fiksi PenggemarTrafalgar Law se ve arrastrado a un destino cruel y despiadado, intercambiado como una mercancía en un oscuro pacto para convertirse en el concubino del pirata más poderoso de todo East Blue. Su libertad, su voluntad, todo sacrificado en un juego re...