𝟑𝟖: 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋

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De regreso de su luna de miel, el Polar Tang se deslizó por el mar con el Sunny a su lado, sus guardias al mando. En la sala de lectura, Law y Luffy estaban inmersos en la vista panorámica que les ofrecían las paredes de cristal del submarino. Franky había transformado la habitación en un rincón espectacular con vistas al océano, permitiendo que el mundo submarino se desplegara frente a ellos en toda su majestuosidad, mientras los destellos de luz se filtraban a través del agua.

Ambos estaban bronceados y con el cansancio de días llenos de pasión y aventura grabado en sus cuerpos, pero esa paz era el preámbulo de algo que se avecinaba. Law llevaba puesto un ajustado mono blanco con detalles naranjas, ceñido a su figura de manera provocadora. El uniforme resaltaba cada músculo, cada curva, y Luffy no podía apartar los ojos de su espalda, de su trasero moldeado, de sus largas y firmes piernas. Un deseo salvaje se encendió en sus venas.

Sin pensarlo dos veces, Luffy lo tomó por la cintura, atrayéndolo contra sí, sus labios atacando la piel sensible del cuello de Law. El alfa ronroneó, y sus manos se deslizaron por el pecho tatuado de Law, acariciando con firmeza, notando cómo su respiración se volvía pesada. Sus labios se deslizaron hacia su oreja.

—Eres tan endemoniadamente sexy, Law. Este mono…—murmuró, casi con una reverencia feroz—. Me vuelve loco. ¿Puedo?

Law asintió, mordiéndose el labio, y un gemido escapó de su garganta cuando Luffy comenzó a desabrochar el mono, dejándolo caer lentamente, exponiendo más y más piel. La intensidad de sus miradas reflejaba una necesidad descontrolada. Luffy aspiró profundamente, capturando el aroma de las feromonas de Law, el olor inconfundible de deseo que lo volvía loco.

Apoyando a Law contra el cristal, Luffy liberó su propio miembro, que ya estaba duro y ansioso, presionando contra la piel desnuda de Law mientras sus manos descendían para preparar su entrada. Law gimió al sentir los dedos hábiles de su esposo, y sus gemidos se intensificaron a medida que la preparación avanzaba.

Finalmente, Luffy elevó una de las piernas de Law, y con un movimiento decidido, entró en él, sintiendo la calidez y la presión que lo envolvían. La sensación fue un golpe de electricidad que le recorrió la columna, y una sonrisa de pura satisfacción se dibujó en sus labios. Las embestidas comenzaron, fuertes y precisas, cada una empujando a Law hacia el vidrio, que se empañaba con su respiración entrecortada y sus gemidos intensos.

Law, atrapado entre el vidrio y el cuerpo de Luffy, sentía el calor de su alfa apoderarse de cada centímetro de su piel. Sus manos se apoyaron contra el cristal, sus gemidos escapando sin contención mientras el cuerpo de Luffy lo llenaba, más y más profundo, con una fuerza y un ritmo salvaje que lo llevaban al límite.

—Me enloqueces, Law. Pongas lo que te pongas, siempre quiero devorarte—jadeó Luffy, acercando sus labios a la oreja de Law mientras seguía con sus movimientos intensos.

—Lu... ah, Lu… ¡Ah!—gimió Law, arqueando su espalda, sintiendo cómo Luffy lo llevaba a un estado de puro éxtasis. Las embestidas eran tan profundas que su cuerpo temblaba, cada roce enviándole una ola de placer—. Estás... estás tan profundo… Te estás estirando

Con una sonrisa feroz, Luffy intensificó el ritmo, cada movimiento haciéndose más profundo y desenfrenado. Lo alzó ligeramente, sosteniéndolo en el aire mientras continuaba empujando en su interior con una fuerza que dejaba a ambos jadeando. Cada embestida retumbaba en sus cuerpos, como una tormenta que se desataba en ese rincón íntimo del Polar Tang.

Cuando Luffy sintió el clímax de Law estremecerse contra él, aceleró sus movimientos, alargando el placer hasta el último segundo. Lo inclinó en el respaldo del sofá y a medida que Law alcanzaba su punto culminante, Luffy retiró su miembro en el momento justo, corriéndose sobre el trasero de Law sin dejar que se formara el nudo, asegurándose de que ambos se quedaran exhaustos, pero completamente satisfechos.

EL HARÉN DEL REY:  𝙴𝙻 𝙸𝙽𝙸𝙲𝙸𝙾  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora