Capítulo 8.5: Limpiando el Campo de Batalla

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El silencio se cernía sobre el campo de batalla, roto solo por el ocasional crepitar de las llamas que aún ardían en los restos de las construcciones destruidas. Riyo Gudako, imperturbable como siempre, caminaba entre los cuerpos de las mamonos derrotadas, observando con interés cada uno de los cuerpos que aún estaban en buen estado. Los cadáveres chamuscados o destrozados no le interesaban, pero los que estaban más o menos intactos llamaban su atención.

No hay tiempo que perder, —murmuró para sí misma, inclinándose sobre uno de los cuerpos. Con manos rápidas y expertas, empezó a saquear lo que pudiera tener valor. Armaduras desgastadas, joyas, y, lo más importante, cristales extraños que parecían brillar tenuemente con una energía mágica residual.

Uno a uno, guardó los cristales en una bolsa especial que llevaba consigo, asegurándose de que cada objeto tuviera un potencial uso en su incesante búsqueda de Saint Quartz.

Emiya, siempre atento, la observaba desde la distancia, preparado para cualquier señal de peligro. Mientras tanto, Mash ayudaba a cargar algunos objetos, aunque con cierta incomodidad en su expresión.

¿Master... realmente necesitamos todo esto? —preguntó Mash con duda, mientras veía cómo Gudako inspeccionaba un anillo manchado de sangre antes de guardarlo.

Cada cosa tiene su valor, Mash. Todo esto me llevará un paso más cerca de más invocaciones, y de más Saint Quartz, —respondió Gudako, sin apartar la vista de su tarea.** "No podemos permitir que algo tan valioso se desperdicie".

Una vez terminó de recoger todo lo que consideraba útil, Gudako se enderezó y miró a su alrededor, evaluando el campo de batalla. Su sonrisa se desvaneció por un instante mientras algo cruzaba por su mente. Había una posibilidad de que los cadáveres restantes pudieran ser usados para fines oscuros si los dejaban así.

Con la mente clara, levantó la mano y llamó a uno de sus Servants.

Zhuge Liang (Lord El-Melloi II), —dijo, su tono sereno pero firme—. Quema los cuerpos. No quiero que ningún nigromante o mamono use esto para sus propios fines.

Zhuge Liang la miró brevemente, evaluando la orden, y luego asintió con calma.

Una decisión lógica, Master. No dejaremos cabos sueltos.

Con un gesto rápido, conjuró una serie de hechizos de fuego. Pronto, las llamas envolvieron los cuerpos, consumiendo las formas caídas de las mamonos que habían sido derrotadas. El calor se hizo palpable, y el crepitar de la carne quemándose resonó en el aire.

Riyo Gudako observaba impasible mientras el fuego se alzaba, destruyendo los últimos restos de aquellas que alguna vez habían sido temibles combatientes.

Es hora de irnos —dijo con una sonrisa tranquila. Con un leve gesto de su mano, indicó a sus Servants que se prepararan para continuar.

Antes de marcharse, se detuvo brevemente para asegurarse de que no quedara nada que pudiera ser útil a otros. Satisfecha, giró sobre sus talones, y con su equipo detrás, dejaron atrás el campo de batalla consumido por las llamas.

El camino hacia Lescatie continuaba, y la destrucción estaba lejos de haber terminado.

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fin de capitulo.

¡QUIERO MAS SAINT QUARTZ!Where stories live. Discover now