Riyo Gudako había estado reuniendo fragmentos de Saint Quartz durante un buen tiempo. Después de muchas saqueos y eventos, finalmente había logrado acumular los necesarios para realizar una invocación. Los nervios y la emoción eran palpables en el aire mientras colocaba el escudo de Mash en el suelo, un método ritual que había desarrollado para invocar a nuevos Servants en su peculiar estilo caótico. Algunos Servants la miraban desde la distancia, cruzando los dedos o rezando internamente para que algo valioso surgiera de esta invocación. Ninguno de ellos quería ser el blanco de su frustración si todo resultaba ser basura.
—Muy bien, es hora de hacer esto. —murmuró Gudako, con una sonrisa extrañamente tranquila.
Con un toque en la pantalla del ritual (su teléfono), el círculo mágico se activó, y la familiar animación de luz y destellos llenó el aire mientras el gacha giraba.
Primera invocación: Craft Essence. Una carta que no prometía mucho apareció, mostrando una imagen artística que Gudako ignoró de inmediato.
Segunda invocación: Llave negra. Un objeto poco útil.
Tercera, cuarta, quinta... más basura. A medida que las invocaciones avanzaban, los tics nerviosos de Gudako comenzaron a hacerse más visibles. Sus ojos, normalmente llenos de caos calculado, ahora mostraban una chispa de creciente frustración.
—Vamos... denme algo decente o todos van a pagar por esto. —murmuró entre dientes, mientras Mash y otros Servants observaban en silencio desde la distancia, sabiendo que su Master estaba al borde de una explosión.
Finalmente, llegó la última invocación. Una carta dorada apareció frente a ella, haciéndola detenerse un segundo. Las invocaciones doradas no eran comunes, pero tampoco siempre eran buenas. Sin embargo, esta carta en particular era diferente.
La imagen mostraba una figura encadenada, con la cabeza agachada, su cuerpo cubierto de cadenas pesadas. Los colores en torno a la carta comenzaron a cambiar, envolviéndose en una energía oscura, roja y dorada. De repente, una luz cegadora envolvió la sala, forzando a todos los presentes a cubrirse los ojos.
Cuando la luz finalmente comenzó a disiparse, todos miraron hacia adelante, tensos y en guardia. El aire se sentía denso y pesado. Frente a Gudako no había una figura humana, sino una gran serpiente, enorme y majestuosa, con el cuerpo serpenteante que recordaba a una cobra de proporciones colosales. Su piel era completamente negra, con muy minusculos detalles dorados que recorrían su longitud, y sus ojos eran rojos, resplandecientes como rubíes encendidos.
—¿Qué es eso? —murmuró Mash, mientras Emiya ya había desenvainado sus armas, listo para cualquier eventualidad.
La serpiente miró directamente a Gudako, quien no mostró ninguna señal de miedo o sorpresa, como si hubiera estado esperando este momento. Entonces, la criatura habló con una voz profunda y siseante.
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¡QUIERO MAS SAINT QUARTZ!
Humor¿que tan lejos ira riyo gudako para conseguir saint quartz para el gacha? pues destruira un mundo donde solo hay depravacion para conseguirlos poco importandole los que sean inocentes.