Capítulo 22: Del Orgullo a la Ruina

17 3 0
                                    

Riyo Gudako, sentada con una expresión de satisfacción en su rostro, decidió que era el momento perfecto para poner a prueba a su nuevo y poderoso Servant, el Señor Dragón Malef (Alter). El siguiente objetivo era una región conocida como Dragonia, un reino de mamonos de tipo dragón y reptil que no había sido tomado ni por la Reina Mamono ni por ningún otro poder. Un lugar donde el orgullo y la fuerza dracónica gobernaban con soberbia. Perfecto para una incursión destructiva.

Antes de partir, Gudako se preparó adecuadamente. Sacó los Hellfire of Wisdom, unos cristales brillantes con forma de estrella, y los ofreció a Malef. El dragón, aunque reticente al principio, consumió los cristales. Con cada mordida, su aura oscura se intensificó, y su tamaño y poder crecieron notablemente.

No te caigas fácilmente, Berserker. —le ordenó Gudako con una sonrisa traviesa, satisfecha al ver la oscuridad pulsante rodear a su nuevo guerrero.

El equipo estaba listo. Gudako, montada nuevamente sobre la cabeza de Apep, lideraba el ataque. Junto a ellos, EMIYA (Archer) y Hassan de los Cien Rostros actuaban como el núcleo táctico para esta incursión. El objetivo no era solo destruir, sino también saquear Dragonia para conseguir más recursos. A pesar de las advertencias de sus Servants sobre los riesgos de enfrentarse a criaturas tan poderosas, Gudako simplemente sonrió, confiada en que la fuerza de Malef haría el trabajo sucio.

El paisaje cambió drásticamente a medida que el grupo se acercaba a Dragonia. El aire estaba cargado de una energía intensa y abrasadora, y grandes montañas rocosas surgían del desierto como colmillos de piedra. El calor era opresivo, pero no afectaba a Gudako ni a sus Servants. En lo alto, podían verse figuras aladas volando sobre el reino, guardianes de la tierra que eran mitad mujeres, mitad dragones, conocidas como Dragonias.

Ahí está, —dijo Gudako, mirando fijamente a la fortaleza de piedra que se erguía en el horizonte, adornada con esculturas de dragones. Las murallas estaban protegidas por grandes mamonos de tipo dragón y reptil: lamias, wyrms, una que otra mamono de otras de especies y varios tipos de dragones menores.

Pero su confianza pronto se vio erosionada cuando sintieron el aura que emanaba del ejército mamono. Estas no eran criaturas normales. Su presencia dracónica era abrumadora, una mezcla de fuerza ancestral y orgullo inquebrantable.

La batalla comenzó.

El Señor Dragón Malef avanzó al frente, rugiendo con toda la furia de un dragón berserker. Sus alas oscuras y su cuerpo titánico, ahora fortalecido por los Hellfire of Wisdom, lo convertían en un titán de destrucción. Con un movimiento de su gigantesca garra, destruyó las murallas de Dragonia, dejando a las mamonos en un caos total.

Las Dragonias intentaron resistir, lanzando fuego y magia dracónica, pero Malef parecía imparable. Su aura oscura las corrompía, debilitándolas antes de que pudieran siquiera acercarse. A pesar de su ventaja numérica y de su fuerza, el reino dracónico se encontraba rápidamente en desventaja. Malef, con una precisión brutal, invocó su Noble Phantasm: "Cielo Oscuro: Apocalipsis del Dragón Maligno".

Un rayo oscuro cayó sobre la fortaleza central de Dragonia, reduciendo el orgullo de los dragones a cenizas en un solo golpe. Las estructuras, que parecían invencibles, colapsaron en cuestión de minutos, mientras las criaturas más fuertes, incluyendo poderosas wyrms y dracos, caían ante el imparable avance de Malef.

Cuando todo terminó, lo que quedaba del majestuoso reino de Dragonia eran ruinas humeantes. Apep y los otros Servants terminaron de eliminar a las pocas mamonos supervivientes, que o bien huían o suplicaban clemencia. Algunas, como las lamias y wyrms, intentaron rendirse, pero Gudako, fiel a su costumbre, simplemente ordenó que las despojaran de todo lo valioso antes de continuar.

Riyo Gudako, observando desde lo alto de Apep, sonrió con satisfacción.

Primero Dragonia... —dijo en voz baja, casi para sí misma— ...y luego, lo que venga.

Mientras tanto, el Señor Dragón Malef se encontraba parado entre las ruinas, rugiendo victorioso, su energía oscura aún resonando en el aire.

El ataque había sido un éxito rotundo. Dragonia había caído en la ruina, y con ello, Riyo Gudako había añadido otro reino a su creciente lista de victorias. Pero a lo lejos, en las sombras de otras divinidades y poderes ocultos, los ecos de la destrucción de Dragonia comenzaron a resonar.

¡QUIERO MAS SAINT QUARTZ!Where stories live. Discover now