Capítulo 11: Salvando unas persona/ heroes

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Riyo Gudako avanzaba implacable con sus Servants, dejando a su paso un rastro de destrucción. Cada mamono, bandido o lo que fuera que tuviera la mala suerte de cruzarse en su camino terminaba brutalmente despachado. Además, como era costumbre, Gudako se aseguraba de saquear cualquier cosa que pareciera valiosa. En esta campaña, Saint Quartz era su único objetivo real, y nadie, ni humano ni mamono, podría detenerla.

Mientras caminaban, encontraron un campamento humano en apuros. Las mamonos atacaban sin piedad, pero los Servants de Gudako no tardaron en tomar acción. Heracles, con su gigantesca espada, y Koyanskaya, con su magia explosiva, derribaron una por una a las mamonos, reduciéndolas a cenizas. Los humanos del campamento, héroes y soldados desertores de Lescatie, observaban con incredulidad cómo sus atacantes caían sin oportunidad de defenderse.

Una vez despachadas las mamonos, Gudako se acercó a los sobrevivientes. Estos le contaron que habían abandonado Lescatie, no por las mamonos, sino por la corrupción que reinaba en las ciudades humanas restantes. Al parecer, nobles decadentes seguían oprimiendo a su propio pueblo, y estos desertores buscaban una "tierra prometida", un lugar libre del control mamono.

—Hmm... — Gudako los escuchaba con una expresión ausente, mientras jugaba con uno de los cristales que había saqueado de los cuerpos—. ¿Y obtuvieron esta información por rumores? —preguntó con una sonrisa torcida.

Los desertores asintieron, describiendo cómo habían oído hablar de ese territorio, pero no tenían más pruebas que rumores esparcidos entre los sobrevivientes. Los ojos de Emiya se entrecerraron al escuchar esto, sospechando de inmediato. Junto a Hassan de las 100 Caras, pidió permiso para investigar el área cercana.

Tras unas horas, ambos regresaron con noticias inquietantes.

La "tierra prometida" no es más que una trampa montada por las mamonos —informó Emiya con gravedad—. Su verdadero propósito es atraer humanos, especialmente hombres, para convertirlos en sus maridos. Las mamonos han creado esos rumores para debilitar la resistencia humana.

Gudako dejó escapar una risa que helaba la sangre.

Parece que nunca cambia esta historia de las mamonos. Todas desesperadas por conseguir un hombre... —dijo con sarcasmo, antes de ordenar a Emiya y Hassan que siguieran recabando más información antes de actuar.

Más tarde, Gudako y sus Servants escoltaron a los desertores por el peligroso camino hacia su "tierra prometida", pero su paciencia tenía un límite. Cuando llegaron al lugar, un grupo de mamonos apareció de repente, revelando la trampa. Las mujeres monstruosas se burlaban de los humanos, creyendo que la victoria ya estaba asegurada. Sin embargo, el caos no tardó en desatarse.

Heracles, Spartacus, y Koyanskaya no necesitaron órdenes. El combate fue breve y brutal. Las mamonos cayeron una tras otra, destrozadas, incineradas o aplastadas, mientras los renegados observaban horrorizados la brutalidad de los Servants.

Una vez que la matanza terminó, Gudako se acercó a los sobrevivientes con su habitual sonrisa perturbadora.

Deberían haberlo pensado mejor —les dijo—. Esta supuesta "tierra prometida" siempre fue un rumor. Un rumor fabricado por las mamonos para debilitar la resistencia humana y asegurarse un suministro fácil de maridos. ¿Acaso nunca pensaron que seguir un simple rumor era una pésima idea? —su tono sarcástico los hacía sentir cada vez más pequeños—. Si no fuera por mí, ya estarían en manos de esas monstruosidades. Recuerden eso.

El silencio dominaba el ambiente mientras los renegados procesaban la información. Gudako, como siempre, se mantuvo imperturbable. Había obtenido lo que quería: información y más Saint Quartz de las caídas.

Vamos, tenemos más mamonos que despachar y más cosas que saquear. El caos no se va a desatar solo —dijo con indiferencia, señalando a sus Servants que continuaran la marcha.

La "tierra prometida" se había desmoronado, y con ella, una nueva oportunidad de Gudako para sembrar más caos en el reino de Lescatie.

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fin de capitulo.

¡QUIERO MAS SAINT QUARTZ!Where stories live. Discover now