Después de los múltiples enfrentamientos, saqueos y estrategias, Riyo Gudako se encontraba en un momento de reflexión. La idea de enfrentarse a Poseidón, una diosa-mamono que controlaba los mares, requería un poder especial, algo más allá de lo común. Había recolectado suficientes Saint Quartz para realizar una serie de invocaciones, esperando obtener un Servant que pudiera ayudarle a enfrentar este próximo desafío.
Con todo preparado, Gudako se encontraba frente al círculo de invocación, rodeada por sus fieles Servants. El ambiente estaba cargado de expectativa. Mash, Emiya, Malef (Alter) y otros observaban con atención mientras Gudako comenzaba el ritual. Cada invocación traía consigo una pequeña esperanza de encontrar a alguien que marcara la diferencia.
Después de 21 invocaciones, solo habían salido Servants comunes, nada impresionante ni desastroso, solo más figuras para su creciente ejército. Pero cuando Gudako decidió lanzar la última invocación, el círculo mágico comenzó a brillar con una intensidad diferente.
Una tarjeta dorada apareció flotando en el aire, girando lentamente. Mash dio un pequeño suspiro de emoción al ver que podría ser algo especial. Sin embargo, lo que ocurrió a continuación fue completamente inesperado.
La tarjeta cambió. Ya no tenía el brillo dorado habitual. En su lugar, adoptó un color oscuro, profundo, un tono que solo podría ser visto en el abismo mismo, donde la realidad se dobla y el caos reina. Del círculo de invocación, una extraña energía oscura emergió, como un portal que conectaba con otro plano de existencia. Una figura encapuchada apareció, con unos ojos brillantes que reflejaban un vacío insondable.
Cuando la luz del portal se disipó, reveló una figura femenina que no se parecía a ningún Servant conocido.
La figura tenía una mezcla aterradora de características que recordaban a las más oscuras leyendas de los monstruos de antaño. Su cuerpo era una amalgama de varias criaturas abismales. Tenía tentáculos similares a los de un Mindflayer, con suaves movimientos hipnóticos; partes de su piel y extremidades parecían tener la textura alienígena y maleable de un Shoggoth. De su espalda emergían sombras aladas que recordaban a las entidades misteriosas y nocturnas como el Night Gaunt, mientras que sus largos y delgados dedos recordaban a las redes de una Atlach-Nacha, tejidas con precisión abismal. Todo en ella parecía estar diseñado para incomodar y fascinar al mismo tiempo.
Su tono de piel era de un gris claro, casi blanco, que daba la impresión de estar atrapada entre dos mundos, con múltiples ojos rojos brillantes que decoraban su cuerpo, todos con pupilas que reflejaban un abismo sin fin.
El aire se enfrió mientras la figura permanecía en silencio. Todos los presentes, incluidos los poderosos Servants como Apep y Malef (Alter), sentían una extraña presión. Era como si el vacío mismo estuviera observándolos, evaluando cada uno de sus movimientos.
Finalmente, la figura habló, con una voz suave pero resonante, que parecía provenir de múltiples direcciones a la vez. —Así que... estoy en la superficie... ¿tú eres la que me trajo? Gracias.
Sus palabras eran inquietantes, pero no mostraban hostilidad, solo curiosidad. La criatura se tomó un momento para mirar a Gudako directamente a los ojos, aunque era difícil saber si estaba mirando con uno o todos sus ojos abismales.
—Te preguntarás quién soy... —continuó—. Esa es la cuestión. No tengo un nombre en el sentido convencional, pero creo que puedes referirte a mí como... 'Abyss'.
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¡QUIERO MAS SAINT QUARTZ!
Humor¿que tan lejos ira riyo gudako para conseguir saint quartz para el gacha? pues destruira un mundo donde solo hay depravacion para conseguirlos poco importandole los que sean inocentes.