Capítulo 32

970 112 36
                                    

Perséfone

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Perséfone.

Juego con mis manos de forma nerviosa cuando siento las profundas miradas de los cinco Drakos, llevamos diez putos minutos en completo silencio.

Perséfone: Digan algo.

Pido cuando el silencio se me hace agobiante.

Artemi: ¿E...esto es una broma?

Muerdo mi labio inferior tratando de que este no tiemble, desvío mi mirada cuando las suyas se me hacen muy intensas.

Perséfone: No, yo... yo estoy casada legalmente con todos ustedes.

Siento como mis mejillas adquieren un leve tono rojizo cuando admito eso en voz alta, trago grueso cuando escucho los pasos de los chicos al acercarse a mi.

Malik: ¿Cómo pasó esto?

Llevo mis manos a mi espalda mientras sigo jugando de forma nerviosa con mis dedos, abro mi boca incontables veces buscando las palabras adecuadas para decirles que literalmente firmaron el acta matrimonial sin darse cuenta.

Zyan: A sus oficinas siempre llegan incontables papeles para firmar, papeles que no reciben una firma de parte de alguno de ustedes sin antes ser minuciosamente revisados— se posiciona detrás de mi y hace que camine unos cuantos pasos hacia sus hermanos— pero cuando están delante de una pequeña peliblanca de ojos bicolor se vuelven algo estúpidos— dice con burla cuando me deja acorralada entre él y sus hermanos— así que solo tuvimos que llevar unos cuantos papeles delante de ustedes estando en la presencia de mi solecito quien les pedía pastelitos, solo bastó un pequeño puchero para que firmaran sin mirar y fueran a complacerla— mueve una de sus manos mientras suelta con una sonrisa burlona— y estaban lo suficientemente distraídos el día de la boda como para notar que no firmamos ningún papel que legalice nuestro matrimonio porque ya estábamos casados... todos.

Mi rostro se sonroja aún más cuando suelta aquellas palabras, sinceramente no creí que podríamos hacer que firmaran el acta matrimonial sin darse cuenta, grande fue mi sorpresa al ver lo fácil que fue que lo hagan.

Dominic: ¿Desde cuándo?

Levantó mi cabeza para mirarlo a los ojos notando que todos tienen sus miradas fijas en mi persona, mi rostro enrojece al verme tan expuesta ante ellos por primera vez en mucho tiempo.

Perséfone: Una semana antes de la ceremonia.

Murmuró en voz baja sintiendo como mis mejillas están a punto de estallar.

Dimitri: ¿Entonces también eres nuestra esposa?— asiento con mi cabeza mientras retuerzo mis dedos detrás de mi espalda— ¿Por qué no nos dijeron antes?

Joder.

Zyan: Bueno, eso...— rasca su nuca de forma nerviosa— queríamos darles una lección por su cobardía, teníamos pensado decirles pero las amenazas incrementaron y ustedes desaparecieron luego de la boda— mira de forma intercalada a sus hermanos y a mi— tampoco pensamos que la secuestraran.

Yo tampoco lo pensé.

Artemi: ¿Entonces eres nuestra esposa?

Un puchero se instala en mis labios cuando veo sus ojos brillar tan jodidamente lindo, asiento con mi cabeza rápidamente cuando las palabras no salen de mi boca debido al nudo que tengo en la garganta, en muchas ocasiones estuve a punto de decirles que eran míos, que no quería que nadie los tocara o mirara siquiera... solo yo.

Suelto un grito cuando mi cuerpo es elevado del suelo, río cuando siento los incontables besos de Artemi por todo mi rostro, envuelvo mis piernas en sus caderas mientras me aferro a su cuerpo.

Artemi: ¿Eso quiere decir que puedo besarte?— asiento efusivamente con mi cabeza con una enorme sonrisa en mis labios, llevo mis manos a su nuca y acercó nuestros rostros para luego juntar nuestros labios, beso de forma tierna los labios de Artemi queriendo que este momento quede grabado en nuestras memorias para toda la vida— te amo, pastelito.

Vuelve a repartir incontables besos esta vez en mis labios, siento unos brazos apropiarse de mis caderas y apartarme de los brazos de Artemi, me aferro al cuello de Dimitri cuando este impacta sus labios sin ningún tipo de preámbulo contra los míos, suelto un pequeño jadeo cuando muerde y chupa mi labio inferior con fuerza, tiró de los cabellos de su nuca cuando siento su lengua invadir mi cavidad bucal sin siquiera pedir permiso, se separa de mí y pega su frente contra la mía con la respiración agitada, me estrecha aún más contra su cuerpo y susurra sobre mis labios.

Dimitri: Te amo, copito.

Sonrió por su apodo, al parecer están volviendo las costumbres de cuando era una niña.

Dominic: Falto yo— Dimitri me entrega a su hermano y este se encarga de que envuelva mis piernas alrededor de sus caderas, me regala una sonrisa antes de pasar su lengua lentamente por mis labios, lo miró a los ojos esperando que me bese pero no lo hace, frunzo el ceño cuando arquea una ceja en mi dirección— bésame— me pide en un susurro, niego con mi cabeza queriendo que él lo haga primero, un jadeo escapa de mis labios cuando sus manos se aprietan en torno a mis nalgas— que me beses, ratoncita.

Sonrió burlona cuando parece perder la paciencia, una de sus manos va hacia mi nuca y hace que nuestros labios impacten de forma dura, tiro de sus cabellos fuertemente mientras muerdo su labio inferior, su lengua inicia una batalla con la mía que gana cuando cuela sus manos debajo de mi camisa y magrea mis nalgas, muerde mi labio inferior antes de separarse de mí con una sonrisa de suficiencia.

Malik: Faltamos dos— me separa de su hermano y me pone de pie sobre el suelo, Zyan se acerca y me siento aún más pequeña cuando los tengo a ambos delante de mí con una pervertida sonrisa en sus rostros— eres muy pequeña, duendecito— juega con un mechón de mi cabello mientras se sienta en la cama, Zyan se sienta a su lado, Malik golpea suavemente su muslo indicándome que me siente allí, hago lo que me pide de forma rápida— que buena niña.

Llevo mis manos a las nucas de ambos e impacto mis labios contra los suyos sin decir una palabra, sus lenguas ingresan en mi boca, sus manos aprietan mis pechos sacándome un pequeño gemido que se ahoga contra sus labios, ambos se separan de mí luego de dejar un pequeño beso en mis labios, abro mis ojos notando que los de ellos ya están puestos sobre mí, sus ojos se encuentran dilatados y oscurecidos en demencia.

Dimitri: Creo que ya es hora de consumar el matrimonio, copito.

Jodida mierda.

Jodida mierda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dulce Deseo [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora