Capítulo 10

4.7K 383 17
                                    

+18

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

+18

Perséfone.

Junto mis muslos intentando que la incomodidad en mi sexo disminuya, su intensa mirada baja a mis muslos cubiertos por el vestido, sonríe de lado antes de volver a mirarme a los ojos con sus pupilas dilatadas.

Zyan: ¿Pasa algo?

Susurra con voz ronca, me acerco más a su pecho haciendo que sienta mis pezones erectos.

Perséfone: Pasan muchas cosas— tomó una de sus manos y la pongo sobre mi pecho, lo miró a los ojos viendo como traga grueso— quiero que me toques.

Le pido, su cuerpo se tensa, su mano en mi pecho se mueve hasta tener mi cuello envuelto entre su enorme y venosa mano.

Zyan: ¿Sabes lo que me estás pidiendo?— relame sus labios mientras aprieta el agarre en mi cuello, suelto un pequeño jadeo cuando sus fríos anillos tocan mi caliente piel haciendo un contraste que me está volviendo loca— ¿Tienes acaso una idea de cuánto muero por tocarte?— se agacha a mi altura, me levanto sobre mis talones para hacerle la tarea un poco más fácil, toma mi labio inferior entre sus dientes de forma dura sin dejar de verme a los ojos— ¿Sabes cuánto ansío saborear lo que es mío?

Mi coño palpita dolorosamente cuando escucho sus roncas palabras sobre mi boca, su polla golpea mi vientre sacándome un gemido lastimero.

Perséfone: Necesito que me toques.

Lo miro a los ojos haciéndole ver mi necesidad por sus caricias, una sonrisa ladeada aparece en su rostro, impacta mi espalda contra la fría pared del solitario pasillo, hace que envuelva mis piernas alrededor de sus caderas, cuela sus manos bajo mi vestido y toca mis nalgas solo cubiertas por unas pequeñas bragas de encaje blancas, me mira a los ojos, muerde ligeramente mi mandíbula y hace que me mueva un poco sobre su erección sin dejar de tocar mis nalgas.

Zyan: ¿Así?—asiento con la cabeza perdida en la fricción de su polla contra mi coño, trago grueso cuando se detiene— quiero probarte.

Impacta sus labios contra los míos sin dejarme responder a sus palabras, mete su lengua en mi boca y recorre toda mi cavidad bucal con la misma, aprieta mis nalgas al mismo tiempo que muerde fuertemente mis labios sacándome un pequeño jadeo, una de sus manos se mueve a en medio de nuestros cuerpo, siento como acaricia mis piernas sin dejar de besarme salvajemente, su mano hace presión en mi muslo haciendo que ahora sea mi turno de morder su labio inferior, llevo mis manos a sus cabellos tirando de ellos y sacándole un pequeño gruñido que hace que la humedad entre mis piernas sea aún mayor.

Perséfone: Zyan...

Suelto en un gemido lastimero, mi clítoris hinchado ansia sus caricias.

Zyan: ¿Qué tanto lo quieres?— toca mi coño sobre la pequeña tela de mis bragas haciéndome suspirar, hace una leve presión en mi clítoris hinchado haciendo que tenga que morder mis labios para no gemir— responde.

Lo miro con mis ojos cristalizados por la frustración, hago un pequeño puchero que lo hace flaquear por un breve momento.

Perséfone: T...tanto que duele.

Relame sus labios, sonríe como un maldito demente, hace a un lado mis pequeñas bragas y empapa sus dedos con mi humedad de una manera tan malditamente tortuosa, empapa sus dedos de mi excitación antes de hacer un recorrido lento hasta mi clitoris hinchado, lo acaricia lentamente mientras me mira a los ojos, cierro los míos cuando el placer se hace insoportable, frunzo el ceño cuando dejo de sentir sus dedos contra mi clítoris.

Zyan: No quiero que aparte tus ojos de los míos— abro los ojos y tragó grueso cuando lo veo llevar sus dedos llenos de mi humedad a sus labios, los sabores lentamente sin dejar de verme a los ojos— tan malditamente adictiva— besa mis labios, mete su lengua en mi boca haciendo que pruebe mi excitación, tiro de sus cabellos y me muevo contra su polla sacándole una pequeña risa— ¿Ansiosa?— asiento con mi cabeza de forma rápida, se separa de mi cuerpo y me baja lentamente, lo miro a los ojos pensando que me dejara así, mi cuerpo sufre un pequeño espasmo cuando lo veo arrodillarse ante mí— recuerda, no apartes tus ojos de los míos— ordena, lleva sus manos en un lento recorrido por mis piernas, cuela sus manos por mi vestido y se encarga de acariciar cada rincón de mi piel mientras llega a su destino, sujeta los bordes de mis braga con una sádica sonrisa en sus labios mientras nuestras miradas no se apartan la una de la otra, baja lentamente mis bragas haciendo que alce mi pies para retirarlas totalmente, un jadeo escapa de mis labios cuando lo veo llevar aquel pedazo de tela a su nariz para inhalar profundo, siento mi rostro enrojecer al verlo hacer eso— hueles a obsesión y pecado, hueles a mi puta adicción.

Levanta mi vestido hasta dejar mi sexo a su vista, lo detalla con hambre sonriendo aún más cuando mira lo húmeda que estoy, relame sus labios y acerca su rostro a mi entrepierna, sopla mi sexo haciendo que mis piernas tiemblen, toma una de mis piernas y la lleva sobre su hombro, sin dejar de verme a los hombros lleva sus labios a mi necesitado coño.

Perséfone: Zyan...

Suelto en un gemido cuando su boca devora mi coño con hambre, siento su sonrisa sobre mi sexo, su lengua se mueve de arriba abajo de forma rápida haciendo que mi ojos se nublen por el placer que me hace sentir.

Nunca había sentido algo como esto.

Mis piernas tiemblan aún más cuando su lengua hurga en mi interior descaradamente, su mirada no se aparta de la mía, saca su lengua de mi interior y hace un lento recorrido alrededor de mi clítoris que me saca un fuerte gemido, mis piernas tiemblan aún más cuando divisó cuatro siluetas al final del pasillo, mi cuerpo convulsiona fuertemente.

Zyan: Córrete para mi, solecito.

Su orden, las intensas miradas de esas cuatro personas y la pequeña mordida que le regala a mi clítoris me hacen explotar en un intenso orgasmo que me saca un gemido de lo más profundo de mi garganta.

Perséfone: Merda...

Suelto agitada, siento las lamidas de Zyan quien se encarga de recoger todo mi orgasmo con su lengua, se levanta del suelo acomodando mi vestido, se acerca a mis labios con una perversa sonrisa en su rostro, me besa intensamente haciendo que pruebe mi orgasmo de su lengua, aprieto su camisa cuando siento mis piernas temblar.

Zyan: Te has convertido en mi postre favorito— su polla dura se encuentra sobre mi vientre, lo miro a los ojos antes de llevar mis manos hacia su polla tratando de calmar el dolor que sé que tiene— no— frunzo el ceño— estás cansada— niego con mi cabeza y cuando voy a hablar me interrumpe— verte llena de placer para mi es más que suficiente.

Joder.

Joder

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dulce Deseo [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora