Capítulo 34

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Perséfone.

Siento como Malik sale de mi interior lentamente, saco mi rostro de su cuello y lo miro a los ojos cuando siento su polla aún erecta reposar entre mis nalgas.

Malik: No me mires así— me da un pequeño beso en los labios— jamás me cansaré de ti.

Artemi sujeta mi cuerpo y hace que me siente a horcajadas sobre su regazo, escondo mi rostro en su cuello cuando lo siento entrar en mi coño lentamente, muevo mis caderas invitándolo a moverse pero no lo hace, sacó mi rostro de su cuello y lo miro a los ojos con el ceño fruncido.

Artemi: Tranquila, pastelito— acaricia mi espalda suavemente— aún falta mi hermano— me regala una sonrisa llena de perversión, siento como alguien se posiciona detrás de mi espalda, volteo levemente mi cabeza viendo a Dominic alineando su polla en mi trasero lentamente— relájate— empieza a mover lentamente sus caderas intentado distraerme de la invasión de su hermano, vuelvo a esconder mi rostro en su cuello cuando siento como Dominic ingresa la punta de su polla en mi ano— joder— maldice mientras aprieta mis caderas cuando mi coño se contrae a su alrededor, muerdo su hombro fuertemente sintiendo las lágrimas bajar por mis mejillas cuando Dominic termina de meter su polla en mi interior, suelto un gemido lastimero cuando me siento llena en medidas monumentales— eres tan jodidamente estrecha.

Lleva una de sus manos a mi clítoris cuando su hermano saca la mitad de su polla para volver a meterla lentamente, ambos coordinan sus embestidas haciendo que mi vista se nuble debido a la sobreestimulación que estoy sintiendo en este momento, mis caderas se mueven de forma inconsciente buscando encontrarme con sus empujes, cuando ambos notan que el dolor paso a un segundo plano empiezan las embestidas brutales que hacen que la habitación se llene del eco de mis gemidos y sus gruñidos, el choque de nuestros cuerpos y el sonido de mi humedad cubriendo sus pollas solo vuelve el momento más obsceno e íntimo.

Perséfone: Más...

Me veo rogando envuelta en una nube de absoluto placer, Dominic propina un golpe en mis nalgas mientras aumenta sus embestidas descomunalmente, rasguño la espalda de Artemi sacándole un gruñido cuando esté lleva una de sus manos entre nuestros cuerpo para acariciar mi clítoris.

Dominic: No creo poder aguantar más.

Mi interior se contrae de forma furiosa entorno a sus pollas, mi cabeza se va hacia atrás cuando una bola de fuego se rompe en mi interior, suelto un grito cuando siento los fuertes espasmos mover mi cuerpo de forma violenta, Dominic sujeta mis caderas mientras Artemi lleva una de sus manos a mi cintura sin dejar de mover sus dedos sobre mi clítoris.

Perséfone: P...por favor.

No se lo que pido, no sé lo que quiero, no sé ni quién mierdas soy.

Artemi: Uno más, pastelito.

Muerdo fuertemente su hombro cuando siento su semen llenar mi interior, siento el sabor metálico de la sangre en mi boca cuando se clavan por última vez en lo más profundo de mi ser causando que otra oleada de placer azote mi cuerpo repentinamente, mi cuerpo tiembla cuando los chicos sacan sus pollas de mi interior, cierro mis ojos con la respiración agitada y les regalo una débil sonrisa post-orgásmica cuando estos se planta frente a mi flácido cuerpo sujetando sus pollas y bombeándolas lentamente.

Quiero más.

Perséfone: Yo... yo...

Mi garganta se siente seca, las palabras no me salen pero mi expresión debe mostrar lo que mi cuerpo anhela, con una sonrisa y sus pollas entre sus manos Dimitri y Zyan se acercan a mi cuerpo.

Zyan: La noche es larga, tenemos todo el tiempo del mundo para complacer a nuestra mujer.

Trago grueso cuando veo sus dedos cubiertos de anillos sujetar su gruesa polla, me apoyo en mis codos viendo el espectáculo que mis hombres me regalan al masturbarse frente a mi mientras miran mi cuerpo desnudo, Dimitri se acerca a mi cuerpo y hace que me acueste de lado mirándolo a la cara, sube una de mis piernas a sus caderas y sin apartar su mirada de la mía ingresa lentamente en mi mientras besa mis labios, su lengua ingresa en mi boca y sus caderas se mueven lentamente al compás de las mías, siento como la cama se hunde y cuando volteo mi rostro veo a Zyan colocarse a mis espaldas, besa mis labios castamente antes de alinear su polla junto a la de su hermano causando que mi cuerpo se tense de forma inmediata.

Dimitri: Tranquila, pararemos si así lo quieres.

Asiento con mi cabeza levemente, el sujeta una de mis manos mientras con la otra sujeta mi cintura, Zyan lleva una de sus manos a mi clítoris y lo acaricia lentamente mientras ingresa su polla en mi coño junto a la de Dimitri, muerdo mi labio inferior hasta sentir como sangra cuando me siento tan malditamente llena, las venas de sus pollas palpitan contra mis paredes vaginales y la sensación es simplemente magnífica.

Siento que puedo morir en paz en este momento.

Perséfone: Muévanse, por favor— pido en un gemido cuando las caricias en mi clítoris sensible no cesan, ambos con una coordinación digna de admirar se mueven en mi interior; Dimitri baja su cabeza hasta mis pecho y se encarga de morder y succionar mis pezones mientras taladra mi coño en conjunto con su hermano, Zyan chupa la piel mi cuello mientras sus embestidas aumentan, tiro de los cabellos de ambos cuando me veo perdida en la sensación de sus pollas palpitando en mi interior, mis ojos se van hacia atrás cuando Dimitri muerde mis pezones y Zyan pellizca mi clítoris— q...quiero orinar...

Tarde.

Los chicos no se detienen al escuchar mis palabras, aumentan sus embestidas haciendo que sus bolas choque contra mi coño cada vez que entran y salen de mi, una gran cantidad de líquido sale de mi interior haciendo que mis mejillas se sonrojen, un fuerte grito escapa de mi garganta mientras siento que mi alma sale de mi cuerpo, mi coño se aprieta fuertemente alrededor de sus pollas mientras el líquido sigue saliendo de mi coño, mi cuerpo se sacude de formas que no creí posibles cuando ellos no se detienen, veo jodidas estrellas y siento que las toco cuando siento el semen caliente de ambos empapar hasta lo más profundo de mi ser, las ráfagas de placer no cesan y sus lentas embestidas tampoco.

Perséfone: Q...quiero más.

Murmuró aún perdida en los brazos del éxtasis, una estúpida sonrisa adorna mi rostro mientras mi coño sigue palpitando furiosamente.

Artemi: Joder, es una ninfómana... me encanta.

Credo di essere in cielo.

Credo di essere in cielo

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Dulce Deseo [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora