Bienvenidos, ovejitas demoníacas y perversas.
Perséfone, 20 años.
Perséfone.
Termino de acomodar mi vestido rosa pálido mientras me miro en el espejo, el corset en la parte superior del vestido acentúa aún más mi pequeña cintura, los tacones en mis pies me hacen ver un poco más alta, mis blancos cabellos cayendo sobre mi espalda y algunos mechones en mi rostro me hacen ver angelical.
Eso es lo que siempre dicen.
Nunca me gustó mi cuerpo, esas anchas caderas, cintura pequeña, nalgas grandes y respingonas, llamativas se podría decir, y esos pechos medianos siempre lograban llamar la atención, si a eso le sumamos el rostro que todos catalogan como angelical es un completo espectáculo.
Siempre me dicen que soy el prototipo perfecto de mujer, pero también me dicen que soy una prepotente, que no tengo humildad y que lo único que deseo es robar aquello que no es mío. Que soy yo quien provoca a sus parejas, que soy yo quien busca que la miren...
Si tan solo supieran que me importa menos que nada que sus estúpidas parejas me miren.
Si tan solo supieran una de las más leves batallas internas en las que constantemente estoy metida.
Si tan solo supieran que mi mirada pide por ayuda y no por placer.
Que no busco ser observada sino más bien ignorada.
Si tan solo lo supieran saldrían corriendo.
[*🍎*]
Suelto un pequeño suspiro mientras espero que mi último paciente por el día de hoy ingrese en mi consultorio, pasan algunos cinco minutos antes de que un señor mayor entre al consultorio luego de tocar la puerta.
Niko: Buenas tardes.
Niko, un hombre de 65 años, divorciado y en su registro no se habla de ningún tipo de hijos o parientes externos.
Perséfone: Buenas tardes— le digo con una sonrisa, le señaló una de las sillas frente a mi escritorio— toma asiento, Niko.
El señor me lanza una breve mirada antes de tomar asiento donde le indique, cruzo mis piernas y acercó un poco más la silla al escritorio para tomar un bolígrafo y mi cuaderno.
Niko: Se que sabe porque estoy aquí— suelta con desdén, lo miro a los ojos asintiendo con mi cabeza, no tengo porque mentir— no perdamos el tiempo entonces.
Entrelazo mis manos sobre mi regazo sin dejar de ver al señor.
Perséfone: ¿Por qué crees que esto es una pérdida de tiempo?
Mi voz sale calmada y suave, no quiero alterarlo y que termine yéndose sin recibir la ayuda que sé que necesita.
Niko: Disculpe, pero usted solo es un chiquilla a la que sus padres le compraron un hospital solo para que lo use como una casa de muñecas.
Sonrió levemente, no es la primera vez que me dicen algo como esto, verdaderamente ya estoy acostumbrada a este tipo de comentarios y creo que ya dejó de afectarme tanto lo que la gente piense o no de mi.
Si vives para complacer a los demás entonces morirás sin vivir.
Perséfone: Sigue, si descargar tus frustraciones conmigo te sirve de algo te permito hacerlo, te escucho.
Lo invito a seguir, suelta un bufido y se cruza de brazos mirándome amenazante.
Niko: Si estuviera descargando mis frustraciones contigo ya estarías muerta.
Escucho que suelta en un susurro.
Perséfone: Te doy tres opciones— levantó tres de mis dedos cuando ya el cansancio comienza a hacerme enojar— número uno; puedes dejar tu hostilidad y desahogarte con una desconocida capacitada para ayudarte en lo que sea que te atormente— bajo uno de mis dedos viéndolo con una ceja arqueada— número dos; podemos quedarnos en completo silencio hasta que decidas hablar o marcharte si eso te ayuda— bajo otro de mis dedos— número tres; puedes simplemente tomar tus cosas e irte si sientes que no necesitas de la ayuda de una chiquilla que sólo está jugando a la casa de muñecas— muevo una de mis manos restándole importancia— tú eliges.
No es la primera ni la última vez que me topo con este tipo de pacientes, de una forma u otra entendí cómo bajar sus defensas, solo tengo que mostrarles desinterés y entonces los interesados pasarán a ser ellos.
Así de raro es el ser humano.
Niko: No me iré para perder mi tiempo al haber viajado hasta aquí, cuando me dijeron que en este lugar estaba una de las mejores no creí que fuera un niña— suelta y me abstengo de rodar los ojos— bueno, al grano— cruza sus piernas y me mira a los ojos, noto que arrugas resaltan aún más cuando frunce el ceño— hace algunos años mi esposa me dejó— analizó su lenguaje corporal notando como pasa una de sus manos por su canoso cabello negro— se fue con otro y a mi me dejo completamente solo, solo quería lo que todas las mujeres quieren.
Suelta con amargura, sus labios se fruncen y sus ojos se dilatan de forma casi imperceptible.
Perséfone: ¿Qué es lo que quieren todas las mujeres?
Me mira a los ojos intentando intimidarme fallando monumentalmente, cuando tienes tres primos y cuatro hermanos líderes de la mafia Italiana empiezas a intimidarte muy difícilmente, si a eso le agregamos a sus cavernícolas amigos líderes de la mafia griega quien empieza a intimidar si se lo propone empiezas a ser tu.
Niko: Dinero— suelta aburrido— el caso es que todos piensan que tengo pensamientos suicidas o algo por el estilo.
Rueda sus ojos, para ser un señor de 65 años es bastante inmaduro.
Confirmó una vez más que la edad no define tu madurez.
Perséfone: ¿Los tienes?— niega con su cabeza de forma obvia— ¿Crees que es suficiente razón para acabar con tu vida el hecho de que tu esposa te haya dejado por otro?
Lo presionó.
Niko: No, no soy estúpido, las mujeres solo son un objeto para el placer masculino.
Suelta barriendo mi cuerpo con su mirada, miro la hora en mi reloj y por suerte ya la sesión terminó hace cinco minutos.
Perséfone: ¿No te has puesto a pensar que quizá por comentarios como estos es por lo que tu esposa te dejó? ¿Estarías tú con alguien que piense que eres solo un objeto para el placer?— cuando iba a responder lo interrumpo— analiza mis preguntas y las tratamos en la próxima sesión.
Por pensamientos como estos el mundo está donde está.
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Dulce Deseo [+21]
RomanceEs frágil dicen. Puede salir lastimada afirman. Porque sí, Perséfone De Luca es la personificación de un Ángel, lo que ellos no saben es que ese Ángel oculta secretos. ¿Podrán mantenerse alejados de su cuñada a pesar de la evidente tensión entre ell...