Perséfone
Llegamos a casa de mis padres, Zyan baja del auto y cuando yo intento hacer lo mismo me doy cuenta que las puertas están cerradas, frunzo el ceño y miro mal a Zyan cuando esté se pone frente a mí con una enorme sonrisa en su rostro, aprieta un botón en su llavero y las puertas se abren por sí solas, me tiende su mano con una sonrisa.
Zyan: Hermoso solecito— toma mi mano y la lleva a sus labios, me ayuda a bajar del auto y una vez fuera no suelta mi mano— ahora iremos con tus padres, tengo que saludarlos.
Me explica empezando a caminar de forma lenta conmigo tomada de su enorme mano, sé que es consciente que un solo paso de los suyos es equivalente a tres de los míos.
Perséfone: ¿No me dijiste que venías de verte con ellos y que mi mamá te había mandado a buscarme?
Lo miro con los ojos entrecerrados, sus hombros se tensan y su mirada se desvía de la mía de forma inmediata, sonrió al confirmar que me estaba mintiendo.
Zyan: Si, bueno... eso en realidad— rasca su nuca, acelera sus pasos haciendo que yo haga lo mismo con los míos— llegamos.
Abre las puertas de la mansión de mis padres sin dejarme responder, sin soltar mi mano camina hacia la sala de estar donde se encuentran mis padres tomando whisky, busco a mi madre con la mirada viéndola mirar fijamente mi mano entrelazada con la de Zyan con una sonrisa que me causa escalofríos, niego de forma inmediata con mi cabeza cuando veo que su boca se abre para, muy seguramente, decir una imprudencia que me pondrá roja como un tomate.
Marco: ¡Hija!
Deja el whisky a un lado para venir en mi dirección y abrazarme haciendo que mi mano y la de Zyan se separen, suelto un suspiro cuando noto que solo mamá se dio cuenta de que nuestras manos estaban entrelazadas, no quiero que haya una confusión que termine poniendo incómodo a Zyan, uno de los mejores amigos de mis hermanos.
Solo eso.
Leonardo: No sabía que estabas aquí, muchacho.
Se separa de mí al igual que papá Marco y se encamina a abrazar a Zyan.
Zyan: En realidad fue un viaje imprevisto, tenía cosas que resolver aquí así que aprovecharé para pasar algunas semanas por estos lados.
Le regala una sonrisa a mi papá mientras sus ojos no abandonan los míos, mi mamá se acerca y lo abraza fuertemente.
Isabella: Pero mira nada más que grande y guapo estás— mis padres separan de forma rápida a mi mamá de Zyan sacándome una leve risa que me hace ganar la atención de todos— me debes una charla, señorita.
Coloca sus manos sobre sus caderas y me mira con una ceja arqueada mientras mira de reojo a Zyan.
Perséfone: No es nada de lo que tú mente piensa.
Suelto rápidamente al observar el rumbo de sus pensamientos reflejados en sus ojos.
Qué más quisiera.
Isabella: La cena está lista y esperando desde hace media hora por ti— mira al gigante a mi lado con una sonrisa en sus labios— ¿Te quedas a cenar?
Volteo a verlo justo cuando asiente con su cabeza, le regala una sonrisa a mi madre cuando ésta toma su mano y la mía encaminándonos al comedor, nos hace tomar asiento juntos y ella se sienta en medio de mis padres quienes inician una conversación sobre negocios y las mafias con Zyan, empiezo a comer tranquilamente sin prestarles mucha atención hasta qué logro escuchar.
Marco: ¿Cómo te fue hoy, hija?
Tomo un poco de agua antes de responderle con una enorme sonrisa.
Perséfone: Todo salió bien aunque el día estuvo un poco ajetreado— me gano una mirada confusa de parte de mis padres y del hombre a mi lado— paciente difícil.
Es lo único que sale de mi boca y se que es suficiente explicación para ellos, saben que una de las cosas que más respeto como psicóloga es la discreción con respecto a asuntos relacionados a mis pacientes, el hecho de que los investigue antes de agendar una cita con ellos no quiere decir que ande ventilando las cosas que me confían con los demás.
No es ético.
La conversación sigue, hablamos algunas cosas más antes de que todos termináramos de cenar, nos levantamos de la mesa y con una copa de vino nos dirigimos nuevamente a la sala de estar, tomó asiento en uno de los sofás de una persona con Zyan a mi lado y mis padres frente a mi.
Leonardo: ¿Y tú hermanos?
No pasó desapercibida la forma en la que el cuerpo de Zyan se tensa al escuchar la pregunta de mi padre.
Zyan: Las cosas no están muy bien que digamos y tuvieron que quedarse— mira a mi padre antes de cruzar sus enormes y venosa manos sobre su regazo— en realidad estoy aquí para verificar que todo esté bien con las 4E, nos han llegado algunos reportes que nos informan de desvíos en algunas empresas bajo el mando de ellos en las cuales tenemos acciones y eso nos empieza a preocupar bastante teniendo en cuenta que la cosa no parece mejorar y que al parecer las 4E no están en su mejor momento emocional.
Un silencio se instala en la sala, luego de unos minutos miro la hora en mi reloj y me levanto de mi asiento yendo a abrazar a mis padres.
Perséfone: Es tarde y mañana tengo que ir al hospital temprano, nos vemos mañana.
Me despido, Zyan hace lo mismo y camina detrás de mí, veo a John a lo lejos cuidando del panorama junto a algunos hombres de mis padres y cuando intento caminar hacia él para que nos vayamos mi brazo es sostenido por la mano de Zyan.
Zyan: Yo te traje, yo te llevo.
Volteo a mirarlo teniendo que inclinar mi cabeza hacia atrás mientras él mira hacia abajo.
Malditos tacones que no sirven para nada cuando se trata de ellos.
Perséfone: No tienes que hacerlo, no quiero ser una molestia.
Intento que me suelte pero solo logro que me acerque más a su pecho.
Zyan: Nunca serás una molestia para mi, solecito.
Besa mi frente, se separa de mí y nos guía hacia su auto.
Estúpido de mi corazón que se acelera con tan solo pensar en el.
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Dulce Deseo [+21]
RomantizmEs frágil dicen. Puede salir lastimada afirman. Porque sí, Perséfone De Luca es la personificación de un Ángel, lo que ellos no saben es que ese Ángel oculta secretos. ¿Podrán mantenerse alejados de su cuñada a pesar de la evidente tensión entre ell...